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Tras COVID-19 surgen pequeños negocios en Managua liderados principalmente por mujeres

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Mujeres “empoderadas” se reinventan y emprenden

Tras COVID-19 surgen pequeños negocios en Managua liderados principalmente por mujeres

Como Jessica Melara, otras mujeres de Managua y el resto del país, estaban acorraladas por la crisis económica, por lo que recurrieron a pequeños negocios o a ofrecer diversos servicios para hacer frente en sus hogares al impacto económico por los efectos de la pandemia por COVID-19.

Esto fue lo que hizo Melara, quien junto a su hija Erika, empezó arreglando los artículos de segunda mano para luego ofrecerlos en venta, aunque ahora contratan especialistas que hacen esa parte del trabajo. Pero además de arreglar y vender muebles o equipos, también les tocó sacrificar su tan preciada colección de libros, que tuvo que ponerse en venta para sufragar gastos.
Ellas han servido de intermediarias en la venta de algún artículo, les ha tocado hacer entregas de sus productos en lugares céntricos de la capital y en ocasiones de subcontratistas de servicios, como son las agencias de envíos, lideradas por mujeres.

Fue así como madre e hija instalaron las bases con la cual crearían Portal, una iniciativa de compra y venta de muebles, equipos y todo tipo de artículos de segunda mano, que promocionan a través de las redes sociales y se ha convertido en una alternativa de empleo, para ambas.

 

La feminista y socióloga, Martha Munguía, señala que hay una afirmación que ha sido comprobada: “Las crisis engendran ideas, porque las personas quieren salir de la crisis y donde no pueden (ante) los miles de obstáculos, ellas se reinventan”.

Y considera que esto fue lo que pasó a partir de 2020, frente a las dificultades, sobre todo las mujeres tuvieron que cambiar sus alternativas de trabajo. Y hubo algunos casos de mujeres que poseían grandes restaurantes que tuvieron que convertirlos en pequeños negocios, con servicio para llevar.

“Lo diversificaron en pequeños negocios con productos adaptados a la necesidad de la población. Redujeron los gastos y continuaron con el negocio, los anunciaron con creatividad y la gente pasaba recogiendo la comida o ellas lo llevaban a dejar a las casas”, 

expresa Munguía.

Esto no significa que estas personas no resultaron golpeadas por los efectos de la pandemia. Pero emplearon estrategias de sobrevivencia “para no sacar a los chavalos de la escuela, no perder lo andado”.

Esto lo padeció la creadora de Portal, pues estuvo a punto de sacar a su hija de la universidad, situación que pudo superar gracias a los resultados obtenidos con su iniciativa de empleo.

“Ahora pues tenemos recursos, podemos pagar nuestras cuentas y hemos crecido tanto que ahora podemos ayudar a otras mujeres. Es una sensación que no hemos sentido jamás”, sostiene Melara, aunque esta reconoce que trabajar por su cuenta también demanda mayor tiempo.

Comenta la emprendedora que a veces “son las 12 de la noche, las 3 de la madrugada y estamos contestando mensajes porque pensamos que esa va a ser la venta que vamos a tener (…) o se nos va a ir el cliente”.

“Esa sensación de urgencia porque no tenemos el recurso económico hace que nos desvelemos y obviamente al pasar los días es un cansancio terrible, que no nos deja trabajar bien y no podemos atender a los hijos de la manera que se lo merecen”, explica.

El economista Labarca señala que de acuerdo a la Encuesta Continua de Hogares mencionada por el presidente del Banco Central en el foro, las mujeres aparecen con una menor tasa desempleo en el cuarto trimestre de 2021 con 3.5 %, en relación a la de los hombres que es del 3.8 %.

Labarca dice que posiblemente el hecho de que haya una menor tasa de desempleo entre las mujeres obedezca a la existencia de este tipo de alternativas de empleo.
“Puede ser que la mujer busque otras maneras de trabajar, como empleadas domésticas, vendiendo en las calles, todas esas actividades son calificadas como que están trabajando”, considera el economista.

A criterio de Labarca, las actividades como las emprendidas por la dueña de Portal, solo pueden incluirse en el subempleo que —según la definición del INIDE— se refiere a las personas que trabajan menos de las horas establecidas por semana por causas involuntarias y que están dispuestas a trabajar más horas. También incluye a las personas ocupadas que trabajan más de las horas establecidas y ganan menos.

De acuerdo a la Encuesta de Hogares actualmente el subempleo está en 43.7 % a nivel general, que corresponde a un 40.6 % en el caso de las mujeres y un 46.1% . Labarca señala que este porcentaje de subempleo en el país también está relacionado con la pobreza.

Labarca señala, que si se analiza con años inmediatos al 2020, el punto más alto de la tasa de subempleo fue del 50 % y ocurrió en 2018. Y “fue el mismo pico para las mujeres que fue de 48.5 y 51.5 % para los hombres. Luego se ha visto como que ha bajado (…) si tuviéramos que poner un promedio de los dos años de pandemia andaría como en un 45 %”.

Labarca resalta, que en Nicaragua no hay una oferta laboral suficiente y las personas que están formándose no están siendo absorbidas por el mercado laboral, por lo que solo encuentran un chance en el empleo por cuenta propia o el informal.

Y aunque la Encuesta se refiere a un acápite particular para el empleo de cuenta propia en el que también podrían incorporarse las iniciativas de las mujeres, Labarca aclara que esto aplica siempre y cuando estas iniciativas, no estén incluidas en el trabajo informal. Esto porque muchas personas que laboran por cuenta propia pagan impuestos.

No obstante, de acuerdo a la Encuesta de hogares de INIDE se define como trabajo por Cuenta Propia, a la persona que trabaja por su cuenta, en su propio negocio, empresa, sin establecer relación de dependencia con un empleador y sin contar con personal asalariado. Puede contar con ayuda de familiares no remunerados. Tal situación puede ocurrir con las costureras, zapateros, pulperos, vendedores ambulantes, lustradores, taxistas, lavanderas y planchadoras, etc., dice INIDE.

Labarca señala, que en las actividades de cuenta propia la gente encuentra una forma de sobrevivencia, pero es donde se trabaja más y no se gana lo suficiente. Tampoco están inscritos en la Seguridad Social. Recordó que hace unos dos años una investigación que realizó determinó que solo un 25 % de la población está inscrita en algún tipo de seguridad social, lo que indica que un 75 % está subempleada.

En este grupo de seguridad social incluyó el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), Instituto de Seguridad Social y Desarrollo Humano (ISSDHU), de la Policía Nacional y el Ministerio de Gobernación y el Instituto de Previsión Social Militar del Ejército de Nicaragua, mientras un 2% que paga un seguro médico.

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Yahoska Ramirez (51)
Con COVID-19 surgen negocios informales en la capital con ventas en línea o entregas a domicilio
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Mujeres jefas de familia enfrentan más los efectos económicos de la COVID-19

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Ejemplo de lucha y generación de ingresos

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El motor que les mueve a superarse

Ejemplo de lucha y generación de ingresos

Milagro Andrea Silva estudió carreras como magisterio, comunicación y ocupó diferentes trabajos en el campo formal, pero en el 2007, quedó en el desempleo y  comenzó a visualizar una habilidad aprendida varios años atrás, como un medio de generación de ingresos y a pesar de las retos de la pandemia fue la única opción para obtener el sustento en los últimos años.

“Nos encanta tomar un hilo y ver como una simple lana se pueda convertir en algo hermoso” expresó Milagro Silva, quien desde temprana edad aprendió a tejer y en los últimos años ha popularizado la marca AyA (Andrea el nombre de su mamá y Altamirano apellido de sus hijas o Aragón apellido de su hijo)   

“Esto me llevó a tomar un poco más en serio el tejido y a tomarlo ya como un trabajo formal con horarios con monto de inversiones… y ya se integraron más miembros de la familia” dijo Milagros.

Agregó que “con este trabajo hemos logrado sobrevivir de alguna manera algunas situaciones muy complejas de salud (como las afectaciones del Covid 19) en las que ha presentado toda la familia y también algunos gastos en educación en alimentación la situación es difícil es complicada, pero salimos adelante” concluyó Silva.

La genialidad surge de acuerdo a la necesidad de innovar el producto para incrementar la demanda. Las flores hechas en ramos siguen siendo parte del sello distintivo, pero también pueden hacer personajes de caricatura famosas o al cliente que lo solicite.

“En la familia hemos tenido situaciones muy duras en cuanto a la salud se refiere y el tejido nos ha ayudado a solventar bastante la economía familiar. Siempre le decimos al cliente: quizá el material no es lo más caro si no en lo que podemos convertir ese material”, comentó Milagro Andrea.

Ella se visualiza en dos años con mayor éxito, incrementando sus ventas y ofreciendo oportunidades a otras personas con la compra de un Telar.

Cada día representa un gran reto para los estelianos quienes como todos los nicaragüenses han logrado sobrevivir a tiempos buenos y circunstancias difíciles que les han permitido reinventarse .

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El motor que les mueve a superarse
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El motor que les mueve a superarse

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El motor que les mueve a superarse

Sudiel Enoc Rugama, del municipio de La Trinidad, departamento de Estelí, dice estar agradecido con el Altísimo por permitirle seguir manteniendo el servicio que ha denominado Encarguito Express, una marca que surgió en pleno tiempo de la pandemia hace unos dos años, y que ya es muy conocida en La Trinidad donde sus habitantes pueden pedir, desde un objeto olvidado hasta el alimento para sus animales.

Rugama relató, que vivió momentos difíciles durante el 2020 en el contexto de la pandemia cuando su salario como guarda de seguridad y el de su esposa como enfermera del hospital Pedro Altamirano de la Trinidad, ya no les estaba ajustando ni para la comida porque tenían que pagar la cuota del préstamo que obtuvieron en el banco para la compra del terreno y la vivienda que comenzaron a construir, después de que se casaron.                

A mayo de 2020 el costo de la canasta básica era de 14 mil 742, según el Banco Central, citado por INIDE y el salario promedio de los nicaragüenses era de un poco más de 11 mil córdobas, por lo que un asalariado no ganaba lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas y Rugama con su esposa Yanir Betanco no eran la excepción.

“Mi sueño era que pudiéramos construir la casita. Nosotros nos enjaranamos con mi esposa y mi sueldo quedaba en el banco, a veces solo sobrevivíamos con el sueldo de mi esposa y había meses que no ajustábamos, nos faltaba y yo me desesperaba solo pedía a Dios, que tuviera la oportunidad de emprender”

relató el joven.

Rugama pertenece a la pastoral de la iglesia católica de su ciudad, y mantiene un espíritu de servicio como el que practicó en el hospital donde trataba de ayudar a los enfermos de COVID-19 desinfectando el área, mientras su esposa también atendía a los contagiados.

Tenían de esa manera, un contacto con la enfermedad a pesar del temor que confiesa haber experimentado. En ese contexto él usaba su motocicleta para llevarle la comida a su esposa y algunos compañeros de trabajo aprovechaban para pedirle que también les llevara los alimentos.

Fue así como le surgió una idea. A través de las redes sociales dio a conocer su número de teléfono y ofreció el servició de Delivery a través de lo que denominó; Encarguitos Express para hacer los mandados a quienes no querían salir de sus casas por temor a la pandemia.

Encarguitos Express, no tuvo mucha demanda en los primeros días, pero poco a poco fue popularizándose su servicio, tanto así que se vio obligado a invertir en otras motocicletas hasta alcanzar las 4 que actualmente están disponibles para brindarle el servicio a la población.

Pero no solo Rugama y sus clientes se beneficiaron con el servicio, también pudo apoyar a tres de sus amigos que se habían quedado sin empleo producto de la pandemia. Ellos le comenzaron a trabajar como repartidores.

“La pandemia es la que abrió la puerta a Encarguitos Express. Al principio no conocíamos la pandemia y teníamos una idea errónea, y aunque fue mortal, pero vimos la necesidad y la oportunidad de emprender este negocio junto a mi esposa que siempre ha estado a mi lado con la contabilidad y otras cosas” expresó Rugama.

El emprendedor no solo logró ponerse al día con el pago del préstamo, sino que construyó su casa y espera hacer una mejor estructura de la misma porque poco a poco han logrado tener mejoría en sus vidas y ahora cuentan con su propio vehículo.  

Siempre hay camino por recorrer según Rugama quien aconsejó a las demás personas que estén pasando momentos difíciles tener siempre presente a Dios y que también busquen alguna actividad que les permita sobrevivir.

La mitad de la PEA no está en la formalidad en Estelí

En el 2011, un estudio del Inifom calculaba en 35.5 por ciento la población Económicamente Activa en Estelí.  

Con una población de 229 mil habitantes, en Estelí según el INIDE en el 2020 había 40 mil 670 personas cotizando en el Instituto de Seguridad Social, y de esos 33 mil 351 son asalariados, el resto están bajo el régimen de seguro facultativo.

El gran empleador en Estelí es la manufactura. El tabaco genera 18 mil 695 empleos en este departamento con un salario aproximado de 8 mil 500 córdobas. La agricultura en tercer lugar genera más de 6 mil 700 empleos, mientras el comercio y restaurante en cuarto lugar estaba generando 2 mil 863 empleos.

El Anuario del Instituto de Seguridad Social (INSS) año 2017, indica que en el departamento de Estelí había casi 3 mil cotizantes más que en el 2020. Es claramente una reducción del empleo formal tanto por la represión gubernamental a las protestas sociales como por la pandemia que inició sus afectaciones en marzo de 2020.

Instalar una mesita frente a sus casas o en establecerse en el trayecto de las calles de Estelí para ofrecer algún producto, ha sido una práctica común de los estelianos que no encuentran empleo formal o que han quedado sin su empleo.

Ya desde el 2011, según los mismos estudios del Instituto de Fomento Municipal (INIFOM), indicaban que una gran parte de la población desempleada de Estelí “busca refugio en el sector informal, en el cual las mujeres y niñas participan en un elevado porcentaje. Las mujeres tienen gran incidencia en las microempresas y principalmente bajo la forma de autoempleo, que por lo general solo genera ingresos de subsistencia”.

El mismo estudio refiere que más del 20 por ciento de la población de Estelí ha llegado de otros departamentos y gran parte de ellos engrosan el empleo informal. Tal es el caso de Karla Velásquez quien desde hace 5 meses vende frutas en un espacio de la calle central de la ciudad. Su mamá se dedica a la misma actividad desde hace 15 años.

Aunque la pandemia les dio temor y estuvieron tres meses sin trabajar, asegura que siempre se mantuvieron con la esperanza de seguir ofreciendo sus productos.

Todos los días a las 6 de la mañana, Karla inicia su jornada hasta las 7 de la noche para poder obtener los recursos necesarios que le permiten subsistir. Las historias de quienes venden carne asada, café, verduras, fajas y otra clase de productos es muy similar, ya que con el ingreso de las ventas logran obtener el dinero para conseguir sus alimentos y brindar educación a sus hijos y cubrir otras necesidades básicas.

El economista Marco Aurelio Peña, sostiene que la informalidad podría superar el 70 por ciento del mercado de trabajo en Nicaragua. 

“Cuando hay informalidad se escapa de la supervisión. Cuando no existen condiciones se va multiplicando la informalidad, porque la gente quiere sobrevivir, pero se pierde regulación y supervisión” expresa Peña quien agrega que también la población en esas condiciones pierde muchos beneficios sociales que el trabajo formal debe garantizar como el seguro

Mano de obra calificada

El estudio situación del desempleo en los jóvenes universitarios de Ciencias Económicas de la UNAN Managua / FAREM Estelí presentado en 2021, refleja las afectaciones del desempleo en estudiantes de economía.

Según los encuestados, la principal razón por la que no encuentran empleo es la poca experiencia laboral con un 41.3%. El 25.4% considera que la principal razón por la que no encuentra empleo es no haber encontrado todavía el trabajo ideal que se adapte a sus cualificaciones y gustos. Por otra parte, el 22.2% establece que la principal razón de su desempleo son los salarios muy bajos.

El 3.2% de los jóvenes desempleados establecen que el progreso tecnológico es una de las razones de su desempleo, lo que obliga a los trabajadores a reinventarse. El 6.3% estableció otras razones por las que no encuentran empleo, entre ellas, la falta de tiempo por sus estudios y por la pandemia del COVID-19.

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El 2020 fue un año de muchas oportunidades para los emprendedores

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Los emprendimientos a raíz de la Covid-19

El 2020 fue un año de muchas oportunidades para los emprendedores

Kenner Martínez actualmente tiene una pulpería en uno de los barrios orientales de la capital nicaragüense. El comunicador social asegura que el camino ha sido difícil, pero que ha dado sus frutos.

Desde los trece años empezó a trabajar con su papá y en 2017 decidió montar su primer emprendimiento, que consistía en un taller de reparación y mantenimiento de celulares.

“En 2018, mucha gente se fue o se quedó sin empleo y cómo dábamos fiado, quedó en la quiebra. Los clientes me iban pagando quincenal. Perdí mucho dinero, porque tenía un capital de trabajo grande de varios teléfonos inteligentes más sus accesorios. Volví al mercado y le dije a mi papá que fracasé y que necesitaba trabajar en su puesto en el mercado. Todos los sábados en la tarde me pagaba 1,500 córdobas”, indica Martínez.

Posteriormente, logró un trabajo en una aseguradora, en medio de una fuerte crisis económica y el embarazo de su esposa.

“Me metí al mercado, ofreciéndole seguros a los que yo conocía y repartí 500 tarjetas de presentación que di a hacer de mi propia bolsa. Pero no logré cumplir con la meta y me reclamaron de recursos humanos”, señala Martínez.

No obstante, al mes siguiente las tarjetas de presentación dieron resultado.

Luego, con la llegada de la pandemia de la Covid-19, decidió poner una pulpería en su casa, junto a su esposa.

“Los primeros días fueron difíciles, pero poco a poco logramos tener clientela”,

asegura Martínez.

En su momento, cuando todavía laboraba para la empresa aseguradora, Martínez recuerda que lo enviaron a su casa y que posteriormente, le incrementaron las metas.

“Me aumentaron la meta a 5,000 y ahora a 7,500 dólares, que es muy difícil. Lo que pasa es que los jefes saben que tenés que vender, pero no conocen las realidades”, asegura.

A criterio de un sociólogo consultado en condición de anonimato, la Covid-19 puso en evidencia las desigualdades de los trabajadores para poder hacer su trabajo desde casa de manera eficiente.

“Esa disparidad del acceso a las tecnologías para realizar el trabajo. A algunos se les mandó a su casa, pero las personas deberían tener herramientas para trabajar desde su casa”, asevera el especialista.

El desempleo genera resiliencia

A criterio de un sociólogo consultado bajo condición de anonimato por temor a represalias gubernamentales, las crisis en Nicaragua han generado solidaridad entre la población.

“Estamos sumergidos en situaciones que debemos luchar en varios frentes, entonces, no queda otro camino que enfrentarlos. El nicaragüense ha tratado de enfrentarse a las situaciones de la mejor manera”, explica.

“Esto ha permitido la consolidación de la solidaridad, la valentía, la superación, la paciencia y la compasión. Eso genera, en la sociedad que tenemos, una suerte de cohesión social”, agrega.  

Las realidades del desempleo durante la pandemia

En el primer trimestre de 2020, la tasa global de participación laboral a nivel nacional, tenía un 70.9%, según datos del Instituto Nacional de Desarrollo (INIDE). En el segundo trimestre del mismo año, se registró una abrupta caída a 66.5%, mostrando una leve recuperación en el tercero y cuarto trimestre.

En el área urbana, la tasa global de participación laboral fue de 67.4 por ciento  (68.4% en el cuarto trimestre de 2019). Este comportamiento fue el resultado de las  tasas de participación observadas tanto en la ciudad de Managua (65.7%), como el  del resto urbano del país (69.2%). En el área rural, la tasa de participación fue mayor  y se ubicó en 74.3 por ciento (75.0% en el cuarto trimestre de 2019).

El desempleo abierto se ubicó en 5.4% en el segundo trimestre de 2020, pasando de 4.8% en el trimestre anterior. 

El subempleo pasó de 44.8% a 46% en el segundo trimestre de 2020.

A criterio del economista Marco Peña, el porcentaje de subempleo revela que, aunque el INIDE establece que hay más una tasa neta de ocupación a nivel nacional de 95.2% la mitad de la población posee un subempleo.

 “Acá no se toma en cuenta la calidad y complejidad del empleo, que tenga protección social y que genere ingresos con el pago de impuestos sobre la renta. Eso explica que la tasa de ocupación sea alta”, explica Peña.

Adicionalmente, personas que trabajan como  cuenta propia se incrementaron en 5.2% en 2020, al ubicarse de 36.7 por ciento en   el cuarto trimestre de 2019 a 38.6 por ciento en el mismo trimestre de 2020.

“El año pasado se dio la recuperación de la economía a nivel mundial y también el llamado efecto rebote estadístico, en el que las economías centroamericanas registraron tasas de crecimiento inusuales”, puntualiza Peña.

“En otros países el subempleo forma parte de las estadísticas de desempleo, pero en Nicaragua es lo contrario. Si sumás el subempleo al desempleo, según los datos del INIDE, tenés casi el 50% de la Población Económicamente Activa en el desempleo”, añade.

Desempleo impacta negativamente en la salud mental de la población

A criterio de la psicoterapeuta Fanny Álvarez, el desempleo puede incidir negativamente en la salud mental de las personas y generar procesos de depresión.

“Otra de las cosas que después viene sentir el dolor. En este sentido, llorás de la desesperación, porqué obviamente es un sentimiento de que si es primera vez, es algo impactante porqué obviamente no es algo que lo esperabas, entonces es un duelo y hay muchos sentimientos que pueden surgir en ese momento”, dice Álvarez.

La especialista recomienda no reprimir los sentimientos y emociones ante la pérdida de un empleo.

“Como todo estado, es necesario sentirlo, es decir, si ya sentiste el dolor, la frustración, el enojo, aquí viene la resiliencia, es decir que capacidad tenés vos como persona para superar las adversidades”, destaca.

Asimismo, destacó que ante la búsqueda de nuevos empleos, influye la parte emocional y el autoconocimiento.

“Creo que también depende mucho de tu estado emocional, es decir, de tu confianza a vos mismo, porqué si yo no tengo confianza, no tengo seguridad, no tengo esas herramientas emocionales, entonces no voy a poder salir de la situación pronto”, apunta.

Álvarez manifiesta, que el estado de ánimo ante la pérdida de empleos, debe tratarse a tiempo, antes de caer en depresión o incluso, decidir acabar con su vida.

Según el Mapa Salud del Ministerio de Salud de Nicaragua, entre 2017 y 2022, el año con mayor cantidad de suicidios fue 2018, el año en el que estalló la crisis sociopolítica, registrando 372 defunciones por esta causa.

Las cifras oficiales señalan, que en 2020, Nicaragua registró 330 suicidios y en 2021 se registró un pico  de 365. Mientras en lo que va del 2022, se contabilizan 208 fallecimientos por esta causa.

No todos están llamados a emprender

A criterio de un sociólogo consultado para este reportaje en condición de anonimato, por temor a represalias gubernamentales, no todas las personas tienen interés de innovar o emprender ante el desempleo.

“Esto a algunas personas no les gusta porque no genera estabilidad y entonces se producen los efectos migratorios”, afirma el sociólogo.

“Creo que es válido que las personas decidan no optar por un emprendimiento, porque es difícil, lo han intentado y no les dio resultado”, añade.

¿Qué deben hacer los emprendedores a la hora de iniciar un negocio?

La especialista en temas económicos y financieros, Gisella Canales, señala, que el primer paso para iniciar un emprendimiento es realizar un pequeño estudio de mercado.

“No necesitás ser un mercadólogo o un administrador de empresas para poderlo hacer, podés incluso de manera empírica, pero tenés que saber exactamente en qué terreno vas a empezar ese negocio, quiénes podrían ser tus posibles clientes y esos posibles clientes qué necesidades tienen, qué tanta competencia vas a tener, qué precios tiene esa competencia, qué modalidades de venta, qué tan bien recibido sería el tipo de negocio que estás pensando poner en el lugar donde estás pensando hacerlo”, expresa.

Canales asegura, que otro punto importante es conseguir el financiamiento, evitando tasas de interés demasiado altas.

“Cuando uno suscribe un crédito, tiene que pagar lo que te prestaron más cualquier comisión adicional, por ejemplo por desembolso, más los intereses, entonces quiere decir que el negocio arranca ya con el compromiso de pagar una cantidad mayor a la que recibió”, refiere.

Además que,  a la hora de renunciar a un empleo para dedicarse al negocio, como fue el caso de Luis Arvizú, se debe tener claro que los frutos no se van a ver inmediatamente.

“Si está esperando vivir de eso al mes siguiente que renunció, está equivocado o equivocada, cualquier negocio no importa su tipo, tiene cierto tiempo de maduración, tiempo en que la gente se dé cuenta, por ejemplo, de que existe ese negocio para empezarle a comprar, entonces puede llegar a la desesperación que es ese otro error frecuente de los emprendedores, quieren ver resultados desde el primer día”, agrega.

Canales indica que el emprendimiento, bajo ese nombre, es relativamente nuevo, pero que en Nicaragua siempre ha existido, puesto que la economía del país centroamericano no tiene la capacidad de generar mayores empleos.

“Entonces, como no existe esa cantidad de empleos, la gente genera su propio empleo a través de un negocio, o sea, no es algo que surgió con la crisis, puede ser que con la crisis que viene combinado con el boom de las redes sociales, se ha visibilizado más, pero no quiere decir que hasta ahora está pasando”, resalta.

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Los emprendimientos a raíz de la Covid-19
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Estudiar y emprender para sobrevivir
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Estudiar y emprender para sobrevivir

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Los emprendimientos a raíz de la Covid-19

Estudiar y emprender para sobrevivir

A las cinco de la mañana, Ashley Flores ya está lista para asistir a su trabajo, pero antes, deja listo algunos menesteres de su emprendimiento, una tienda virtual llamada Cami’ Colections, que comercializa zapatos.

Ashley estudia Contabilidad en la Universidad Centroamericana (UCA) y a la vez trabaja haciendo prácticas profesionales.

“Entré en un año difícil, el 2018, prácticamente no he tenido ni un año de clases decente, porqué iniciando nuestro ciclo universitario, se nos vino el problema sociopolítico que hubo en el país, y tratando de salir adelante y la tienda se vino desarrollando después de la pandemia, tratando de sobrevivir a todo esto, la verdad”, refiere Flores.

Flores comenta que las ventas de la semana las planifica desde el jueves de la semana previa y que su trabajo en la tienda es estar pendiente de la información y coordinar las entregas para la próxima semana.

“Entonces lo más cansado para mí son esos días, porqué lo tengo que dedicar al estudio, lo tengo que dedicar a la tienda, y pues gracias a Dios, no trabajo sábado y domingo, ahí por ese lado me la he podido jugar, por así decirlo, porqué no es toda semana la que paso pendiente en la tienda”, expone Flores.

Flores señala que las primeras entregas fueron “frustrantes” puesto que muchas personas que encargaban artículos, luego se retractaban.

“Eran gastos, yo pagaba el muchacho del delivery y todo eso corrió por mi cuenta. Entonces las primeras entregas fueron frustrantes, pues sin experiencia y sin el carácter que ahora tengo”, expresa.

 

Aunque actualmente el negocio va bien, Flores no lo ve como un proyecto de vida.

“No lo miro como que sea algo principal en mi vida pero si quiero que ahí esté, quiero que crezca”, señala.

A criterio del economista Marco Aurelio Peña, la mayoría de negocios que surgieron a raíz de la pandemia de la Covid-19, tenían como objetivo garantizar la sobrevivencia a raíz de la pérdida de empleos.

“El país no está bien y no tiene más alternativa que poner su negocio para sobrevivir. No es lo mismo emprender para generar más ingresos a emprender para sobrevivir”, dice Peña.

Por esta razón, buena parte de esos negocios cerraron luego que las oportunidades laborales se recuperaron.

“Es una alternativa que hay que decidir. No se puede depender solo del trabajo asalariado, porque las condiciones no son propicias. Se debe procurar aplicar muchos conocimientos para que el emprendimiento sea exitoso”, detalla Peña.

Un sociólogo consultado para este reportaje coincide con Peña, asegurando que en Nicaragua, si bien existen formas creativas de emprender, esto se vio impulsado por la necesidad de sobrevivir

“Hay dos realidades para los emprendimientos: Una porque te has orillado a una situación crítica con un capital mínimo y otra porque tenés la decisión más pensada, con más recursos. En ambos casos, el proceso de recuperación de la inversión es difícil”, menciona el sociólogo.

“A como estamos actualmente, en cuanto a realidad económica sociopolítica, los emprendimientos y todo el aspecto de economía creativa es para sobrevivir, sin saber qué va a pasar el día de mañana”, añade.

La tecnología mermó el impacto de la pandemia

A criterio de la especialista en redes sociales, María de Cristo Cano, la pandemia de la Covid-19 pudo haber afectado más si no se hubiera contado con el desarrollo tecnológico.

Empresas de delivery y nuevos emprendimientos encontraron en las redes sociales y plataformas digitales, nuevas formas de comercializar sus productos.

“Explotar las redes sociales es muy importante, porque esto permite un alcance y que las personas te conozcan. El objetivo es que a través de las redes sociales convirtamos a un usuario en un cliente”, explica Cano.

Según datos del Instituto Nicaraguense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), el país centroamericano cuenta con 6 millones 652 mil 140 líneas telefónicas en 2022. Sin embargo, se registró una caída entre 2018 y 2019, pasando de 7 millones 415 mil a 5 millones 741 mil.

En 2017, Nicaragua llegó a un récord de 8 millones de líneas telefónicas

El país ha logrado una buena cobertura de los servicios móviles, con el 100% de los municipios con algún tipo de tecnología, el 85%de la población con cobertura de Internet móvil y el 45% de los municipios con LTE.

Hasta 2022, Nicaragua cuenta con 4 millones 616 mil 849 líneas de internet.

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Los emprendimientos a raíz de la Covid

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Los emprendimientos a raíz de la Covid-19

Son las seis de la mañana en Managua y  Luis Arvizú ya tiene abiertos sus puestos de venta de carne en la Carretera Nueva a León, en la capital. Con una sonrisa, el comunicador comenta que nunca imaginó emprender en ese tipo de negocios, pero que la pandemia de la Covid-19 no le dejó otra opción.

Sin embargo, la vida de emprendedor de Arvizú no comenzó como distribuidor de alimentos, sino como productor de eventos. Aunque actualmente se dedica también al montaje de actividades, le dedica buen tiempo de sus horas de trabajo a su distribuidora.

Arvizú inició sus emprendimientos aún laborando para la extinta Radio Universidad, propiedad de la Universidad Centroamericana (UCA). En 2012 inició con una revista a la que llamó “Zona Escolar” y que en poco tiempo, debido a su giro estudiantil, lo empujó a realizar giras escolares.

“Al poco tiempo, me empiezo a dar cuenta que el negocio estaba en las giras de colegio. Cuando miramos, estábamos haciendo giras colegiales bien hechas y las marcas me llamaban para hacer las actividades”, cuenta Arvizú.

“Nos hemos ido adaptando a las necesidades de los clientes y en 2015 hicimos más giras comerciales. Zona Escolar es pionera en giras colegiales porque les metimos producción a los eventos”, añadió.

“Nos hemos ido adaptando a las necesidades de los clientes y en 2015 hicimos más giras comerciales. Zona Escolar es pionera en giras colegiales porque les metimos producción a los eventos”, añadió.

A este emprendimiento, poco a poco se sumaron otros, como “El Cine Ambulante” y “Total BTL”. Este último absorbió a los anteriores.

Sin embargo, ese camino de emprendimiento no siempre fue “color de rosas” para el comunicador. El primer golpe para sus proyectos fue en 2018, con el estallido de las protestas sociales en Nicaragua.

“El 2018 representó la ruptura de muchas amistades y las pérdidas de muchos contratos. Pasé cuatro meses sin eventos, todo lo que duró la parte más crítica de ese año. Había una necesidad muy fuerte de reactivarse y en julio fue un despegue de eventos”, comenta.

El segundo golpe llegó dos años después, con la pandemia de la Covid-19, que representó una disminución drástica del flujo de trabajo, llevando casi nueve meses sin facturar.

“Con la pandemia nos veníamos recuperando de lo del 2018 y me tocó vender equipos. Con un cheque que nos debían, junto a mi esposa, decidimos emprender en un negocio que no tuviera nada que ver con los eventos, poniendo una venta de carne y mariscos”, dijo.

Arvizú cuenta actualmente con tres sucursales de distribución y con eventos cada fin de semana en dos centros comerciales de la capital nicaragüense.

“Ahora el negocio de la carne me presta dinero cuando los eventos están mal. No estamos haciendo mucho dinero, pero tenemos un respaldo económico. Puse la carnicería, no por cabeza loca, sino que porque me di cuenta que los eventos son un poco inestables”, señaló.

La Covid-19 marcó un antes y un después en las cifras del mercado laboral

La Pandemia de la Covid-19 produjo una reducción en las ofertas laborales en Nicaragua, según demuestran cifras del Instituto Nicaragüense de Información de Desarrollo (INIDE)

En 2020, año en que la pandemia llegó a Nicaragua, la Tasa Global de Ocupación en el país centroamericano, se ubicaba en 70.9%, alcanzando el 82% en febrero.

Sin embargo, el primer caso de Covid-19 fue reportado oficialmente por el Ministerio de Salud, el 18 de marzo de 2020. A partir de ese mes, la Tasa Global de Ocupación registró una caída a 61%.

Pese a esto, la Tasa de Desempleo Abierto se ubicó en 4.2% en marzo de 2020, alcanzando a 5.7% en mayo, el pico más alto en ese mismo año.

Según cifras del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), entre diciembre de 2019 y el mismo mes en 2020, Nicaragua perdió al menos 3,816 empleos formales, pasando de 727,025 afiliados a 723,206 en el mismo período.

Sin embargo, esto solo da cuentas del empleo formal, pero no del subempleo y el desempleo informal.

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Estudiar y emprender para sobrevivir
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El 2020 fue un año de muchas oportunidades para los emprendedores
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Multifacética / abogada y dependiente

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“Mientras hay vida, hay esperanzas”

Multifacética / abogada y dependiente

Anita Johnson combina su profesión con la docencia, la asistencia y servir el café.

Anita Jonhson, es una mujer afrodescendiente, ella es abogada, y en los últimos dos años, tras la pandemia del COVID 19, las crisis sociales económicas y políticas que vive el país, se ha convertido en una mujer multifacética que acompaña a los aspirantes a embarcarse o en procesos para salir del país, la espera de los días cuando bajaron a los trabajadores de los cruceros, nadie estaba preparado para eso.

“Creo que tanto nosotros los blufileños como gente del mundo entero que tienen familiares trabajando en barco fue un golpe difícil porque no nos preparamos para esos días, esos días lluviosos que decían nuestros abuelos”

“No nos preparamos para esos días y entonces de repente te dicen en el barco todos tienen que regresar a la casa, hubo muchachos que se quedaron en barcos, hasta dos meses esperando ser repatriados a su casa, luego vienen aquí con lo que tienen, con lo poco del dinero que ellos traen en ese momento y no sabíamos las familias, no sabíamos que ese momento iba a pasar dos años”

Anita reflexiona y afirma que la mayoría de esos jóvenes que estaban embarcados, se fueron a Estados Unidos porque aún en la crisis y sin empleo la vida se tornó muy difícil para las familias.

“Ya no entraba más dinero, había una sola entrada y ese es el esposo, la madre o el padre que estaba en el barco y ahora esa persona estaba en casa, el dinero que ellos trajeron se tuvo que ser elástico, para poder al menos comer en esos dos años, no sabíamos cuando los iban a volver a llamar, no sabíamos cómo iba a terminar la industria del del turismo de los embarcados, esa tristeza del padre o la madre que trabajaba, de estar en la casa y ver que entraban los cobros cada mes”.

“Teníamos que volvernos psicólogas para poder ayudar tanto al a nuestros maridos como a los hijos para que todos entendiéramos y aceptáramos y tuviéramos un cambio en nuestras vidas, en esos dos años que no había tanto dinero entrando a la casa”.

“En la vida hay que buscar de todo, para sobrevivir”

Considera que el mayor drama en este flujo migratorio en busca de mejores oportunidades de vida, es la desconexión familiar, un golpe emocional muy duro que sufren los que se van y quienes se quedan en casa.

“La mayoría de los embarcados que llegaron con la pandemia del COVID, se fueron a Estados Unidos porque todos ellos tienen visa laboral que dura 6 meses, el costo de eso es dejar sus familias, porque una vez vencido ese plazo pasan a ser ilegales, muchas familias fracturadas porque quien se fue, o buscara como llevarse su familia de aquí, o creara una nueva donde se encuentre, ese un dolor que se vive”

Anita, quien también tiene a su esposo embarcado, señala que las cosas han cambiado en este ramo, ya no son los mismos beneficios, ni los mismos salarios frente a los altos costos de los productos en la actualidad, uno de los problemas sociales de los embarcados es no contar con un seguro social para su vejez porque se atiene únicamente a la liquidación que le entrega la compañía, dinero que no será suficiente para mantener una familia en varios años.

Debido a la crisis económica que vive el país, ella misma ha tenido que emprender y buscar los ingresos del hogar, trabaja como abogada litigante, profesora en la universidad, asesora embarcados y recién junto esfuerzo con su hermana Verónica y juntas pusieron un comedor popular de comidas tradicionales en el centro del barrio Beholden, en el local también tiene su escritorio de abogada y así transcurre el tiempo entre atender clientes por casos judiciales, una persona que solicita asesoría viajar fuera del país, hasta servir un plato de arroz con chacalines, un rondón o un ginga beer (refresco de jengibre).

“La mayoría de nosotros los negros, nuestra familia es grande, es grande porque en la mayoría de casas está la abuela, el abuelo u otra familia u otros hijos que es de mi hermana, pero viven conmigo y mientras más grande la familia, más sentimos el peso de la economía que está muy baja”

Y para levantar la economía familiar, las hermanas Jonhson también reinventaron las ideas que muchas familias quizás las han pensado pero no las concretan, ofrecer en el comedor la comida que ese día se hará en casa, pero además están vendiendo el bojo de comida a precio accesible, ofrecen los “bolones” que es el rice and beans (gallopinto con coco) acompañado de la salsita del camarón, del pollo o del pescado, dependiendo de lo que se haya cocinado ese día, así quién no puede pagar 130 córdobas por el plato de comida, se puede alimentar con un bolón por tan solo 20 córdobas.

“Ellos tuvieron dos años, dos años estuvieron a casa en casa para conocernos más, esa fue la parte positiva la parte negativa es que esa persona que estaba embarcado está aquí y saben que tiene X cantidad de dinero y está más preocupado estresado por si ese dinero le va a durar hasta que lo vuelvan a llamar o no”

“Entonces esa es la parte negativa, la frustración en momentos, no se no se pueden controlar, se pelean y eso es más o menos lo normal, sí, sí, si mi esposo está aquí y él pierde su trabajo es la forma normal que también actuaría, no. Y entonces somos humanos es difícil no hacer eso”

“Pero cuál era el papel de nosotras las que vivimos aquí, las esposas que estamos aquí, era entenderlos, hablar con ellos decirle que esto va pronto va a pasar, al menos en mi caso. Yo traté de hacerlo mucho y y en mi caso, pues siempre, Las esposas Teníamos que volvernos psicólogas para poder ayudar tanto al a nuestros maridos como a los hijos para que todos entendiéramos y aceptáramos y y tuviéramos un cambio en nuestras vidas”

“La Pandemia de la COVID 19 nos ha recordado que debemos estar juntas como hermanas y como socias, que podemos crecer en nuestros emprendimientos promoviendo nuestra identidad cultural afrodescendiente”

comenta Adelys

Fuertes frente a las adversidades

Los afrodescendientes son quienes optan por embarcarse y durante la pandemia del COVID 19, el retorno imprevisto de los trabajadores en el exterior, ocurrida en Bluefields en el 2019, generó la creación de nuevos negocios, sin embargo, debido a las bajas en la demanda de clientes por la situación económica agravada, algunos se han tenido que reestructurar para continuar abiertos.

Frente a las nuevas realidades estas emprendedoras se han reinventado propuestas de negocios y aprendieron que trabajar desde casa es una garantía para permanecer en el mercado.

Así, aunque no haya fiestas de palo de mayo todo el año, Esther puede cocinar cualquier comida que le soliciten los clientes, porque lo hace desde la cocina de su hogar.

Anita, valoró que, aunque es vecina de la casa de su hermana Verónica, tenía que trasladarse a ese punto que está en la orilla de la calle, así ella además de permanecer en familia, puede compartir desde escritorio algún proceso litigante, o ir a una de las bancas de corredor para asesor a quienes buscan empleo en el exterior, o servir a un comensal su vaso con limonada o el arroz con chacalines a la hora del almuerzo.

30 años de mano de obra para cruceros

De acuerdo a la investigación: Situación socioeconómica de las familias afrodescendientes de los trabajadores en barcos turísticos del barrio “Punta Fría”, Ciudad de Bluefields,2008, la migración laboral de jóvenes afrodescendientes de la Costa Caribe de Nicaragua, tuvo un auge a partir de 1990 con la transición de la democracia en el país, y se calcula que más de 12 mil costeños se han embarcado en los últimos 25 años,

En Bluefields, el señor Wade Hawkins (QEPD) era el representante reconocido por las agencias para la compañía Royal Caribbean, en la que se enviaban trabajadores a los barcos y ahí se desempeñan como personal de limpieza, meseros, camareras, bartender y afanadoras.

En 15 años la agencia Sr. Wade envió más de 4,200 personas a laborar en cruceros, a partir del año 1993, otras compañías está captando trabajadores de la región, entre estas NCL (Norwegian Cruise Line), Mediterraneo, Royal Caribbean International y Celebrity Cruise Line.(Ing. Wade Hawkins, Febrero 2008)

Las remesas de los embarcados y de los trabajadores en el exterior continúa siendo el único alucinante en la economía local y nacional, de acuerdo al banco central de Nicaragua, aumentó el flujo de remesas recibido del exterior, en el primer trimestre de este año, totalizó 632.6 millones de dólares, registrando un crecimiento interanual de 26.4 por ciento, lo que significó 132.2 millones más que lo registrado en igual periodo de 2021 (US$500.4 millones) y los principales países de origen de las remesas continúa siendo: Estados Unidos con el 70.0 por ciento del total, seguido de España (11.1%), Costa Rica (10.9%), Panamá (2.5%), y Canadá (1.2%).

Psicólogo recomienda: Tener un plan familiar antes de migrar

En el informe sobre el “Estado de la Economía y Perspectivas” del banco central de Nicaragua, este año 2022 el producto interno bruto (PIB) de Nicaragua subirá entre un 4 y 5 %, sin embargo, de acuerdo al informe del Banco Mundial “Nicaragua: panorama general” se espera que el crecimiento se desacelera a 2,9 por ciento, “Nicaragua sigue siendo uno de los países menos desarrollados de América Latina, donde el acceso a los servicios básicos es un desafío diario” señala el informe.

La región Caribe sur, han desempeñado un papel importante como mano de obra a cruceros como una de las pocas alternativas de trabajo, la cual consideran ellos mismos que no es la mejor opción; pero debido al alto índice de desempleo, esta es una salida y s una forma de subsistencia de muchas familias.

La situación laboral de los trabajadores en estos barcos turísticos muchas veces es difícil, porque son experiencias para las cuales en muchos casos los trabajadores no tienen un manejo concreto de los derechos humanos que ellos tienen como trabajadores.

Aunque la tecnología ha facilitado la comunicación entre los embarcados y sus familias, el drama emocional está presente para quienes se van y los miembros en casa, para el psicólogo Kesley Kelly, un plan familiar y tener claro los motivos y recursos de esa movilidad migratoria.

“Las personas que migran, que van en busca de empleo en el exterior deben tener su plan familiar, que ellos vean cuáles son los objetivos y cómo los va a obtener, deben tener una claridad del proceso y con quién se puede apoyar, la red de apoyo es importante porque disminuye los riesgos y le permite la agilidad y seguridad donde obtendrá ese empleo, en todo momento la personas que se está moviendo debe mantener la comunicación abierta para reducir el estrés de sus familiares que es importante que esta persona también se comunica y tenga la apertura comunicativa”

Para la familia en casa, desde antes de la salida de su miembro se debe garantizar los recursos necesarios, todos deben estar claros cual es el norte que deben seguir, deben estar claros sobre las motivaciones del porque están haciéndolo y siempre en comunicación con su familiar que salió de casa.

Dice el psicólogo que cualquier movimiento no debe ser antojadizo, debe ser planificado, pensado y se debe concientizarse sobre las diferencias culturales que pueden encontrar.

“Se debe hacer una gestión emocional y psicosocial sobre a dónde va, cuáles son esas herramientas que yo necesito para mí bienestar psicológico, para mi salud mental y para entender que voy a otro territorio en donde quizás mi sistema de creencias, mi forma de hacer las cosas, es distinto”
Las compañías de cruceros tienen décadas de estar reclutando costeños y costeñas, son personas a quienes les ofrecen contratos por el dominio del inglés, por sus esfuerzos personales, cuyas consecuencias implica permanecer lejos de sus familias.

Migrar no es la única opción en una economía de sobrevivencia

El psicólogo Kesley Kelly, argumenta que además del plan familiar para enfrentar el distanciamiento físico y emocional

“Todos nuestros estados como personas son transitorios, y debemos aprender que, frente a las dificultades, por malo que parezca un problema, este no es para siempre, y tampoco debemos precipitarnos por el futuro, debemos saber que hay cosas de la vida que no podemos controlar, pero nuestra actitud la podemos modificar para no atormentarnos por el pasado o por cosas que no ha ocurrido”

Como las hermanas Molina, Anita y Esther, buscan adaptarse a las formas necesarias para emprender en medio de las crisis impredecibles de la vida, la necesidad les ha obligado a emprender por el mejor bienestar de sus familias, son mujeres que no se quedaron con los brazos cruzados, no se rindieron con los desaciertos al inicio de abrir un negocio, ellas están claras que, si hoy no funciona, mañana puede ser diferente.

En una región pobre con una de las economías más costosas, con los altos índices de desempleo, y un país sumergido en la incertidumbre sociopolítica, en medio de la nada, cada día miles de costeños se la rebuscan para asegurar el pan en casa, unos dentro otros fuera, y en lo cotidiano del día a día se esconde el dolor del trauma de permanecer cerca a los suyos, albergados con la esperanza que mañana será mejor.

“De cada problema que uno vive, debemos preguntarnos ¿Qué puedo aprender de esto? ¿Cuál es el lado positivo? ¿Qué haré para mejorar en la próxima?, recomiendo el psicólogo Kelly. “Así nuestra vida tiene sentido, porque quejándonos no haremos nada. tenemos que crear un entorno que en momentos de necesidad nos apoye y nos ayude a superar situaciones de las que solo es mucho más difícil salir, se trata de redireccionar nuestras energías negativas en actos que nos dan satisfacción”

Señala el psicólogo, y como dice Esther “No me voy a quedar de brazos cruzados esperando que otros resuelvan nuestras necesidades, si ayer el negocio no fue tan bueno, seguro hoy será mejor”

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Esther W
Abuela universitaria
Hermanas Molina (3)
Adelys y Wendi, las hermanas empresarias
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Abuela universitaria

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“Mientras hay vida, hay esperanzas”

Abuela universitaria

Esther Wilson “La vida me enseñó que tenía que estar al lado de mi familia”

Como las hermanas Molina, cientos de costeños sobreviven de múltiples maneras, desde hace más de 30 años, embarcarse ha sido una de las pocas aspiraciones que enfrentan los jóvenes afrodescendientes en edad laboral y en una de las regiones con mayor índice de pobreza y desempleo del país. 

Esther Wilson tiene 55 años, es madre de 3 hijos y laboró durante 16 años en cruceros internacionales, recorrió más de 61 países en su trabajo continuo, lo hizo como todos los que se embarcan, desean el bienestar de sus familias, sin embargo, se retiró del barco hace 6 años porque considero que ese tiempo ya era suficientes y permanecer al lado de sus hijos. 

Relata que para una persona embarcada “Ship-out” como les llaman en Bluefields, la vida no es tan fácil, asegura que trabajan los 7 días de las semanas con sus respectivos descansos, pero en ese momento a ella como mujer y madre esa era la única oportunidad que tenía para sacar adelante a su familia. 

 

La primera vez que se embarcó duró un año y medio para regresar a casa, extrañar a sus hijos cada día de su vida no era fácil, tenía una lucha interna entre asegurar las necesidades básicas de su familia o estar con ellos, aunque eso signifique serias limitaciones económicas en casa, y con ese dilema, en una de las ocasiones bajo del barco y regreso a Bluefields para tratarse un problema en su vista.

Pero al transcurrir de los días, el olor a casa, el amor de sus hijos y cada minuto que compartía, recuerda lo frágiles que somos las personas, que la vida puede cambiar de un día para otro y lo único que queda en la memoria, son los recuerdos de lo que pudo haber hecho, y aquella tristezas de embarcarse por asegurar a los suyos un bienestar que se contrapone con la felicidad de vivir momentos en familia, “esta es mi casa, es mi familia y me siento feliz de tenerlos conmigo” se decía así misma, y decide “No más barco”.

“Yo extrañaba todo, extrañaba mi casa, mis hijos, y no es una situación ni una sensación muy agradable, lo único que a mí me mantenía viva era el trabajo y poder ofrecerle lo que lo que ellos necesitaban, pero sin darme cuenta en ese momento…lo que más necesitaban era mi persona y eso es lo que duele hasta el día de hoy”.

Esther nos comenta que la vida ha sido un aprendizaje, “no naces siendo mamá, solo sabes que tienes que cumplir tus responsabilidades y cumplirlas lo mejor que puedas” ahora con casi 7 años de haber decidido quedarse al lado de los suyos, reconoce que la vida es un proceso donde se aprende de las experiencias, y ella como mujer, madre y abuela siempre trata de verle el lado amable a la vida. 

Ha transitado de ser embarcada, a poner un comedor, luego una casa de campo y vender comida desde casa

Una vez en casa, el dinero que les dan no es lo suficiente para mantenerse y aunque aún, su esposo continúa embarcado, se necesita complementar los ingresos de la familia, hace tres años juntos emprendieron un negocio de comedor en la entrada de la Ciudad, ahí ofrecían comidas y bebidas los tres tiempos, sin embargo, hace 9 meses, cerraron el local debido a la baja en la demanda y el pago permanente de los impuestos.

A pesar de las adversidades, Esther se ha adaptado a las diversas estrategias de vida, el local de la trocha, donde fue el comedor ahora la ofrece como rancho de alquiler por día, para quienes deseen pasar un fin de semana en familia, lejos del bullicio de la ciudad, ella siempre ve lo positivo en los desaciertos del negocio.

Durante el mes de mayo de este año, en las festividades del carnaval, que es una temporada alta del comercio en Bluefields, Esther preparó cien servicios de comidas para vender a los visitantes a precios accesible, sin embargo, apenas logró vender unos cuantos platos, sin embargo, aprovechó esta situación para compartir los alimentos con sus vecinos y los policías que resguardaban la fiesta. 

Su casa siempre está disponible para quienes necesitan cocinar y ayudar en otras actividades benéficas porque está convencida que la ayuda mutua es necesaria en estos tiempos donde el dinero parece resolver casi todas las necesidades, ella no se aferra a los días malos del negocio porque está segura que uno de esos días será de provecho.

 

Con el tiempo Esther se ha conocido así misma, es una mujer que no se queda atrapada en el pasado o en las dificultades, ellas es de las personas que convierte los problemas en actos de filantropía, en los actos de emprendimiento hay épocas buenas, regulares y malas, y no por eso se quedó sentada a que le caiga maná del cielo, hizo de cada desafío una acción para contrarrestar resultados deplorables. 

“Cuando el negocio del comedor ya no funcionaba, lo cerramos un tiempo mientras ideamos que hacer con el local, ahora lo convertimos en una casa de campo con dos habitaciones y lo rentamos en 40 dólares por día, pueden ser para familias, grupos de amigos o parejas que simplemente quieren respirar aire puro y alejarse del bullicio de la ciudad” 

El local “Esther´s Place”, en una típica casa caribeña construida con madera y materiales de la localidad, ofrece un ambiente acogedor con dos cocinas, dos cuartos, sala, una piscina para quienes desean tomarse un descanso natural cerca de casa, un espacio para salir de la rutina y vivir nuevas experiencias conectadas al medioambiente. 

 

Sean persistentes, que no se dejan abatir por un mal momento o por los malos momentos, que si hoy no les va bien, sé que nos sentimos desanimados, pero siempre hay que echarle ganas porque así es el negocio, el negocio, hoy va bien y mañana tal vez no más muy bien, como yo ahorita en esta situación, pero no me dejo porque de la casa yo siempre trabajo no estoy ahí en el negocio en la trocha, pero aquí estoy siempre en el trabajo en la casa ofreciendo mi comida y así sucesivamente

dice Esther

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Hermanas Molina (3)
Adelys y Wendi, las hermanas empresarias
Anita J2
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Adelys y Wendi, las hermanas empresarias

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“Mientras hay vida, hay esperanzas”

Adelys y Wendi, las hermanas empresarias

Aunque las hermanas Adelys y Wendy no pudieron concluir la universidad porque necesitaban trabajar, la vida les enseñó que mantenerse unidas, como socias y buenas vendedoras, podían tener lo propio. 

Mientras Wendy está trabajando en el barco, Adelys está en la tienda y así, juntas las hermanas Molina emprenden su negocio para el sustento familiar, una realidad que enfrentan muchas familias para salir adelante. 

En junio de 2020 a causa de la pandemia mundial del COVID 19, cientos de costeños, la mayoría mujeres que trabajan en los cruceros internacionales fueron enviados a casa. Wendy Molina, una costeña afrodescendiente con varios años trabajando en esta industria, tuvo que improvisar junto a su hermana Adelys para asegurar los ingresos para el sostén de la familia.  

Hace dos meses, Wendy regreso al barco y durante los dos años 2020 – 2022, que permaneció en Bluefields, recordó la herencia de sus padres para hornear diferentes tortas y empanadas a base de frutas: zanahoria, banano, fruta de pan, quequisque, yuca, Paty, ella misma las llevaba a los hogares y vendía en las vitrinas afuera de la tienda. 

Wendy y su hermana Adelys son mujeres jóvenes que han experimentado diversas situaciones en su vida de las cuales encontraron que la sociedad entre hermanas es una gran fortaleza cuando aspiras por mejores cambios en tu vida.

Asociatividad, solidaridad, compañía y el respeto entre ellas es la clave para que sobreviva el negocio

Estas mujeres aprendieron desde muy pequeñas el trabajo duro, su negocio y emprendimiento ha sobrevivido las amenazas de la pandemia del COVID, la situación política que vive el país y los altos precios de los productos básicos en el país. 

Ellas han rescatado la herencia del trabajo asociativo, pero sin perder la esencia de sus raíces culturales afrodescendiente, de niñas, las hermanas Molina Andrew crecieron trabajando al lado de sus padres en su natal: Beholden, un tradicional barrio afrodescendiente de Bluefields.  Su mamá horneaba ricos bocados tradicionales del Caribe, mientras su padre salía de pesca, ahí las pequeñas aprendieron no solo a hornear, también aprendieron a tratar con la gente, a vender, ayudando a sus padres a generar ingresos en la familia.

En sus esfuerzos por mejorar sus condiciones de vida, las hermanas trataron de ingresar a la universidad en la carrera de administración de empresas, pero por la necesidad de ayudar en la economía del hogar, les fue difícil concluirlos.

Adelys trabajaba en un hotel y Wendy en una tienda, ahí estaba como contadora, pero como en la mayoría de los trabajos, ambas hacían de todo, y esto les obligó a replantearse que no podían seguir trabajando para otros.

“El trabajo es mucho y la paga no ajusta para los gastos en la casa”, Por lo tanto, tenían que hacer algo para mejorar sus vidas. 

Estaba decidida con su visión de tener su propio negocio, pero necesitaban capital para invertir y no se puede tener si se trabaja para otros negocios, así Wendy decide embarcarse o laborar en un crucero, la idea es ahorrar y junto a su hermana probar el negocio que les gustaba desde niñas en vender y comerciar.

Fortalecer su identidad afro

“Si eres mujer, joven, sin experiencias ni recursos económicos, ningún banco o financiera te presta para que desarrolles tus sueños de valerse por sí misma”

dice Adelys.

Cuando Wendy se va embarcada tuvo la oportunidad de visitar diferentes países, particularmente en las islas del Caribe que son comunidades semejantes a Bluefields, vio cómo la comunidad afrodescendiente inviertes en el cuido de su cabello, las trenzas, los estilos, los colores y vio grandes inversiones.

“Somos Crioles, nos parecemos con esta gente y nos encanta vernos bien por eso invertimos en nuestro cabello, en Bluefields ni en la Costa he visto un negocio como este” le comentó Wendy a su hermana. 

Así, Wendy habló con una señora en la isla San Martín (Mar Caribe, a 240 Km de Puerto Rico) era una de las dueñas de un establecimiento con productos para el cabello, el pelo falso las trenzas, y así pudo conocer más de los productos.

“Comenzamos a comprar esos productos y los pusimos en una mesa en el corredor en la casa de mi mamá, ahí vendíamos pelo falso y tratamientos en envases pequeños” recuerda Adelys.

El negocio comenzó a funcionar y decidieron alquilar un pequeño local en el centro de la ciudad y en el año 2011 lograron abrir la tienda: Beauty Supply Kivia, y luego de cuatro años de estar alquilando, construyeron el local en casa de Wendy, siendo hoy una tienda de referencias en trenzas en la Ciudad. 

Ahora la tienda ofrece cosméticos para maquillaje, extensiones para cabello, para uñas acrílicas en polvo y líquido y para diseños, las brochas para aplicarlas, también tratamientos capilares, champús, uno de los servicios que realizan es recomendar a la clientela asesorarlos en el uso de los productos, comenta Adelys.

Diversificando los proveedores y conquistando nuevos clientes

“Si la clienta nos dice que tipo de problema tiene entonces le recomendamos que puede utilizar, sea para caída, para puntas abiertas, para resequedad, cualquier problema que tenga la persona y les dicen que es lo correcto es usar la línea completa” 

Para tener este negocio han tenido que enfrentar algunas dificultades, los productos vienen del exterior, muchos de Estados Unidos, en ocasiones la aduana dificulta los procesos que retarda sacar sus compras.  

“Si invertimos en este mes, compramos el producto viene llegando uno o dos meses después, para recibir la mercadería, los que transportan no sacan contenedor hasta que esté lleno de productos y hay que esperar”

Pero ellas siempre buscan potenciar el lado bueno de las cosas, y también han tenido logros muy importantes, Wendy tiene el contacto directo con los proveedores extranjeros, Adelys ha viajado y ha tenido la oportunidad de conocerlos también de buscar a otros proveedores.

En algunas ocasiones Wendy aplica y pone las extensiones, ella recibió un curso en Costa Rica para aprender a colocarlas en cosidos, hileras, pegar pelucas a algunas clientas. Tienen clientes de Managua, Corns Island, Puerto Cabezas, Laguna de Perlas en Tasbapauni y Nueva Guinea.

El respeto y aprecio que se tienen como hermanas ha logrado que se mantengan posicionada aun frente a las adversidades de la pandemia, la crisis económica, el desempleo, aun con sus esfuerzos se establecieron en su propio local para dejar de pagar por renta y tampoco tuvieron que hacer préstamos a bancos ni financieras porque fue un sueño de niñas y una lección de adultas de valerse por sí mismas. 

“Yo me sentía muy bien porque las dos trabajamos muy unidas y juntas entonces en ese momento que esos dos años que ya estaba aquí el negocio, ha crecido bastante también ella vino y emprendió lo que es las tortas y hacemos las cosas y buscamos la forma como salir adelante, no solo quedar pensando en la parte negativa. Buscamos opciones, opiniones y tratamos de implementar y hacer las cosas para que podamos salir” 

Al comienzo es un poco difícil, pero hay que tener fe, no todos los días la venta va a ser grande, no todos los días cuando uno sale a vender o ofrecer las cosas le va a ir bien, pero hay que tener y tener ánimo y fe para que uno puede progresar y tener esperanza y paciencia, porque esto no es de un día para otro nuestro negocio va a cumplir el otro año Dios primero diez años, pero es 10 años de sacrificio no es fácil, pero uno se puede cuando hace la lucha y tenga fe y tenga todo tenga su mente positiva lo va a lograr”

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Esther W
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