Ante las dificultades económicas existentes en todo el país, la Comunidad La Garnacha, en Estelí, hace esfuerzos para resurgir aprovechando todos los espacios que se les presenta como las ferias locales, donde promueve la venta de sus productos y los servicios que ofrecen como una miscelánea de producción local ecológica sostenible, con lo cual demuestran que cuando se quiere, se puede.
La Garnacha es una comunidad campesina resiliente que al igual que otros sectores económicos ha sido golpeado además por la pandemia de COVID-19, dado que uno de los rubros fuertes de los servicios que ofrece es el ecoturismo y que ahora busca como resurgir con la atracción hacia el turismo nacional que según los lugareños ahora representan el 95 por ciento de las visitas.
La Garnacha es una comunidad del municipio de San Nicolás que está en la ruta de la principal zona turística conocida como el Tizey, a unos 15 kilómetros al sur oeste de la ciudad de Estelí.
En el año 2000 fue declarada área protegida y desde el 2003 promueve el ecoturismo, donde desde tempranas horas del día pueden apreciarse las actividades de los comunitarios: El pasto de las cabras que son ordeñadas para fabricar también el queso Suizo, uno de los productos famosos de la Garnacha.
Igualmente, la producción de diferentes hortalizas, plantas medicinales y ornamentales. En el lugar el visitante también puede disfrutar de un rico café producido en esa comunidad con tortillas y frijoles recién hechos. A su vez, pueden adquirir artesanía local.
Y es que como refirió el lugareño que se desempeña como guía turístico, Eliodoro Miranda cada familia en la comunidad ha desarrollado un pequeño negocio que permita ofrecer una diversidad de productos: “Otros artesanía, otros hospedaje, otros alimento típicos del lugar, otras familias ofrecen verduras, otros servicios de guía turístico”.
Pablo Centeno explicó por su parte, que también cultivan el abono a través de la lumbricultura y además ofrecen el servicio de senderismo, sobre todo a cualquiera de los dos miradores de donde a gran altura el visitante puede apreciar los volcanes del occidente del país.
No obstante, no es suficiente lo que se obtiene. “Hasta el momento no somos sostenibles debido a las bajas que hubieron por la situación que afectó al país” expresó Miranda, quien destacó que aunque la comunidad se abastece y sobrevive de lo que produce “buscamos un mejor mercado en todos los productos, sean paquetes turístico o los productos agrícolas o artesanos”.
La Garnacha es uno de los sitios más hermosos del departamento de Estelí, con un clima muy agradable, cuenta con unas 60 familias que se dedican a diferentes actividades de producción y ofertas de servicios para el consumo de los turistas, según Miranda.
El turismo es uno de los principales rubros que les permite obtener ingresos, a sus habitantes entre quienes tienen cabañas muy bien acondicionadas que sirven para el alojamiento de los turistas extranjeros y nacionales que generalmente llegaban a quedarse pagando una tarifa que oscila entre los 10 y 30 dólares por noche.
Las cabañas están equipadas con servicio de internet, refrigerador, televisión, agua caliente, cocina y un balcón. Los precios de la alimentación están entre los 70 a 200 córdobas.
Los habitantes de esta pequeña comunidad de la zona fresca de San Nicolás, decidieron organizarse para ofrecer sus servicios y así desarrollarse para ser autosostenible, animados y acompañados por el sacerdote italiano Paziente Tirasboschi, mejor conocido como el Padre Patricio, quien predicaba constantemente el principio bíblico de que el pan de cada día debe ganarse con el sudor de la frente.
El padre Tirasboshi ya está de edad avanzada, pero trabajó por muchos años a la par de los comunitarios para hacer producir la tierra con métodos orgánicos.