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Mujeres “empoderadas” se reinventan y emprenden

Tras COVID-19 surgen pequeños negocios en Managua liderados principalmente por mujeres

Como Jessica Melara, otras mujeres de Managua y el resto del país, estaban acorraladas por la crisis económica, por lo que recurrieron a pequeños negocios o a ofrecer diversos servicios para hacer frente en sus hogares al impacto económico por los efectos de la pandemia por COVID-19.

Esto fue lo que hizo Melara, quien junto a su hija Erika, empezó arreglando los artículos de segunda mano para luego ofrecerlos en venta, aunque ahora contratan especialistas que hacen esa parte del trabajo. Pero además de arreglar y vender muebles o equipos, también les tocó sacrificar su tan preciada colección de libros, que tuvo que ponerse en venta para sufragar gastos.
Ellas han servido de intermediarias en la venta de algún artículo, les ha tocado hacer entregas de sus productos en lugares céntricos de la capital y en ocasiones de subcontratistas de servicios, como son las agencias de envíos, lideradas por mujeres.

Fue así como madre e hija instalaron las bases con la cual crearían Portal, una iniciativa de compra y venta de muebles, equipos y todo tipo de artículos de segunda mano, que promocionan a través de las redes sociales y se ha convertido en una alternativa de empleo, para ambas.

 

La feminista y socióloga, Martha Munguía, señala que hay una afirmación que ha sido comprobada: “Las crisis engendran ideas, porque las personas quieren salir de la crisis y donde no pueden (ante) los miles de obstáculos, ellas se reinventan”.

Y considera que esto fue lo que pasó a partir de 2020, frente a las dificultades, sobre todo las mujeres tuvieron que cambiar sus alternativas de trabajo. Y hubo algunos casos de mujeres que poseían grandes restaurantes que tuvieron que convertirlos en pequeños negocios, con servicio para llevar.

“Lo diversificaron en pequeños negocios con productos adaptados a la necesidad de la población. Redujeron los gastos y continuaron con el negocio, los anunciaron con creatividad y la gente pasaba recogiendo la comida o ellas lo llevaban a dejar a las casas”, 

expresa Munguía.

Esto no significa que estas personas no resultaron golpeadas por los efectos de la pandemia. Pero emplearon estrategias de sobrevivencia “para no sacar a los chavalos de la escuela, no perder lo andado”.

Esto lo padeció la creadora de Portal, pues estuvo a punto de sacar a su hija de la universidad, situación que pudo superar gracias a los resultados obtenidos con su iniciativa de empleo.

“Ahora pues tenemos recursos, podemos pagar nuestras cuentas y hemos crecido tanto que ahora podemos ayudar a otras mujeres. Es una sensación que no hemos sentido jamás”, sostiene Melara, aunque esta reconoce que trabajar por su cuenta también demanda mayor tiempo.

Comenta la emprendedora que a veces “son las 12 de la noche, las 3 de la madrugada y estamos contestando mensajes porque pensamos que esa va a ser la venta que vamos a tener (…) o se nos va a ir el cliente”.

“Esa sensación de urgencia porque no tenemos el recurso económico hace que nos desvelemos y obviamente al pasar los días es un cansancio terrible, que no nos deja trabajar bien y no podemos atender a los hijos de la manera que se lo merecen”, explica.

El economista Labarca señala que de acuerdo a la Encuesta Continua de Hogares mencionada por el presidente del Banco Central en el foro, las mujeres aparecen con una menor tasa desempleo en el cuarto trimestre de 2021 con 3.5 %, en relación a la de los hombres que es del 3.8 %.

Labarca dice que posiblemente el hecho de que haya una menor tasa de desempleo entre las mujeres obedezca a la existencia de este tipo de alternativas de empleo.
“Puede ser que la mujer busque otras maneras de trabajar, como empleadas domésticas, vendiendo en las calles, todas esas actividades son calificadas como que están trabajando”, considera el economista.

A criterio de Labarca, las actividades como las emprendidas por la dueña de Portal, solo pueden incluirse en el subempleo que —según la definición del INIDE— se refiere a las personas que trabajan menos de las horas establecidas por semana por causas involuntarias y que están dispuestas a trabajar más horas. También incluye a las personas ocupadas que trabajan más de las horas establecidas y ganan menos.

De acuerdo a la Encuesta de Hogares actualmente el subempleo está en 43.7 % a nivel general, que corresponde a un 40.6 % en el caso de las mujeres y un 46.1% . Labarca señala que este porcentaje de subempleo en el país también está relacionado con la pobreza.

Labarca señala, que si se analiza con años inmediatos al 2020, el punto más alto de la tasa de subempleo fue del 50 % y ocurrió en 2018. Y “fue el mismo pico para las mujeres que fue de 48.5 y 51.5 % para los hombres. Luego se ha visto como que ha bajado (…) si tuviéramos que poner un promedio de los dos años de pandemia andaría como en un 45 %”.

Labarca resalta, que en Nicaragua no hay una oferta laboral suficiente y las personas que están formándose no están siendo absorbidas por el mercado laboral, por lo que solo encuentran un chance en el empleo por cuenta propia o el informal.

Y aunque la Encuesta se refiere a un acápite particular para el empleo de cuenta propia en el que también podrían incorporarse las iniciativas de las mujeres, Labarca aclara que esto aplica siempre y cuando estas iniciativas, no estén incluidas en el trabajo informal. Esto porque muchas personas que laboran por cuenta propia pagan impuestos.

No obstante, de acuerdo a la Encuesta de hogares de INIDE se define como trabajo por Cuenta Propia, a la persona que trabaja por su cuenta, en su propio negocio, empresa, sin establecer relación de dependencia con un empleador y sin contar con personal asalariado. Puede contar con ayuda de familiares no remunerados. Tal situación puede ocurrir con las costureras, zapateros, pulperos, vendedores ambulantes, lustradores, taxistas, lavanderas y planchadoras, etc., dice INIDE.

Labarca señala, que en las actividades de cuenta propia la gente encuentra una forma de sobrevivencia, pero es donde se trabaja más y no se gana lo suficiente. Tampoco están inscritos en la Seguridad Social. Recordó que hace unos dos años una investigación que realizó determinó que solo un 25 % de la población está inscrita en algún tipo de seguridad social, lo que indica que un 75 % está subempleada.

En este grupo de seguridad social incluyó el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), Instituto de Seguridad Social y Desarrollo Humano (ISSDHU), de la Policía Nacional y el Ministerio de Gobernación y el Instituto de Previsión Social Militar del Ejército de Nicaragua, mientras un 2% que paga un seguro médico.

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