La basura desde hace muchos años se ha convertido en la base del sustento económico de muchas familias en Nicaragua, gracias a la práctica del reciclaje, una actividad que también evita mayor contaminación del ambiente. Una de ellas es Sonia Osorto, una mujer con determinación y anhelos de superación en la Costa Caribe Sur de Nicaragua. Con su emprendimiento del reciclaje de botellas plásticas genera empleo a siete familias que antes se dedicaban a la pesca artesanal.
La basura como cartón, plástico, latas, chatarras, entre otros es recolectada por personas que carecen de recursos como una forma de sobrevivencia y en el país es considerado ya como un empleo más.
Por ejemplo en la Costa Caribe Sur, desde hace cinco años se han desarrollado diversas iniciativas para incentivar la práctica del reciclaje, actualmente la iniciativa funciona con emprendimientos privados como es el caso de la señora Sonia Osorto, quien desde su casa ubicada en Bluefields realiza el reciclaje de plásticos para ayudarse económicamente.
“El 95 por ciento del material que se recicla viene de la bahía de Bluefields, esto nos demuestra que estamos en una crisis ambiental y también una crisis económica, nosotros procuramos ser eficientes, porque para que sea rentable tiene que hacerse todo muy rápido” dice Sonia.
En casi todos los departamentos, esta práctica ya es parte de las actividades económicas de muchas familias, tal como ocurre en Estelí donde los acopiadores de chatarras por ejemplo pueden tener ingresos que oscilan entre los 200 y mil córdobas al día.
Pero además en Estelí, existe desde el 2013 la iniciativa de acopio del plástico con la participación de estudiantes de más de 12 escuelas.
Durante el periodo de ejecución del proyecto se han recolectado más de 13 toneladas de material plástico que el alumnado, madres y padres depositaron en los contenedores previamente instalados en los centros educativos. Este material ha sido manipulado para su reciclaje en el centro de acopio y reciclaje que Familias Unidas tiene en Estelí dentro de su programa “Estelí Más Limpia”. Los centros educativos adheridos al programa “Estelí más Limpia”, recibieron unos vales equivalentes al dinero obtenido por la venta de la cantidad de material recogido. Esto supuso una media de 110 euros por escuela que invirtieron en compra de equipos y materiales de deporte, según el sitio web de Familias Unidas en Estelí.
En Nicaragua las empresas dedicadas al acopio de los deshechos carecen de equipos para reciclarlos en el país, por lo que el producto es adquirido por exportadores que lo mueven hacia recicladores de China, Estados Unidos y la India.
Y como todo producto de exportación, esos deshechos también experimentan alzas y bajas en los precios del mercado internacional. A partir de mediados de septiembre del presente año hubo una caída en los precios. Esto impacta no solo a las empresas del reciclaje, sino a la economía del país.
Nuevo problema
Esta crisis ocurre por lo menos cada tres a cuatro años, explica Nora Marín, de la empresa Reciclanica en Managua, quien manifestó que esto se suma a la situación difícil que ya arrastraban desde el inicio de la pandemia de COVID-19, en Nicaragua.
A causa de la pandemia esa empresa debió disminuir de 15 empleados a solo cinco trabajadores y preocupa a Marín que la situación empeore pues esto representará un impacto en el ingreso de la empresa.
“Nosotros hemos perdido dinero, porque por un ejemplo se han ido los contenedores a otros países (…) cuando iban en medio camino los barcos nos dijeron que los precios habían bajado y que los materiales que estábamos mandando los pagarían con el nuevo precio”, explicó la representante de Reciclanica.
“Si antes compraba a usted a 1.80 (un córdoba con 80 centavos) el precio del cartón ahorita estoy comprado a 40 centavos la libra de cartón”, expresó Marín.
La empresa Reciclanica pueda acopiar al mes unas 20 toneladas de cartón.
“¿Qué significa? que si usted se ganaba al día 400 córdobas o 300 córdobas al día, ahora se está ganando 80 a 100 córdobas al día”, refiere Marín, quien explica que estos precios han dejado de ser atractivos para las empresas que les vendían su basura.
Los compradores han alegado varios factores: La guerra en otros países, el alza en los precios del petróleos. También aducen que las navieras están llenas y sin espacio para poder exportar.
Esta baja en el precio del producto ha llevado a Marín a sostener que aún no tenemos en el país la cultura del reciclaje, porque con la pérdida de valor de la basura muchas empresas prefieren botar la basura en vez de seleccionarla.
“Ahora que tiene un valor económico ahora todo mundo se basa por la parte económica. Una empresa que visité me dijo ‘prefiero mejor botarlo en vez de vendértelo, porque yo no voy a estar perdiendo’. ¿Adónde está la responsabilidad social? En la vida real quieren seguir explotando al planeta. Pero no aportan nada al medio ambiente”, criticó.
Marín recordó que esta variación en los precios es similar a otros productos como el queso o la gasolina, que experimentan alzas y bajas.
“No necesariamente usted tenga que dejar de comprar el queso o el combustible. Pero no tenemos la cultura de reciclar y de cuidar el medio ambiente. No nos damos cuenta que al dejar tirado estos materiales el que se está contaminando es el planeta”, apuntó.
Fomentar el cuido del medio ambiente
Recicla Nica nació hace 10 años, como un proyecto de una organización ambiental, luego fue separada de la misma y surgió como una empresa privada, que compra y vende materiales de reciclaje.
A la par de sus tareas diarias Reciclanica actúa con responsabilidad social y junto a otras empresas privadas, promueve el buen manejo y cuido del medio ambiente.
En todo el país cuenta con 10 proyectos ambientales que impulsa junto a otras empresas privadas los que están relacionados con capacitaciones en escuelas, universidades, empresas privadas, negocios, emprendimientos, así como con entrega de juguetes a los niños de la chureca, reforestación y jornadas de limpieza.
Una ambientalista que prefirió el anonimato explicó que en países vecinos como Honduras y El Salvador, existen empresas dedicadas al reciclaje dado que existen incentivos para esa actividad.
Programa Reciclanica
Reciclanica también impulsa un programa para promover la educación ambiental: Alerta ambiental, que es transmitido a través de las redes sociales. Su interés es sensibilizar a la población sobre la importancia de no seguir con la contaminación de los ríos, las playas, los mares, los océanos.
Y trajo a colación lo experimentado con la COVID-19, en el caso del oxígeno “solo lo compraba el que tuviera dinero y los que sobrevivieron fue porque Dios es grande, porque tiene un gran propósito”.
“Con el calentamiento global y todas esas cosas qué puede pasar a futuro, ya nos vamos a quedar sin oxígeno, hay que andar con el tanque atrás como dicen guindado y también va a ser más caro el oxígeno, más caro el agua para poder vivir. Y quiénes son los que van a vivir los que tengan dinero. Los que no tengan no van a poder vivir. Por qué ¿quién va atener para comprar un tanque de oxígeno?” , señaló Marín.
Y en tanto en los océanos “hay un montón de micropartículas de plástico, de botellas de plástico, que están parando allí, todos los deshechos de nosotros (…) y también los animales los confunden como alimentos, se están muriendo las especies marinas. Los ríos también se están contaminando”, refirió la empresaria.
La ambientalista destacó el plástico, por ejemplo, es dañino en general para todas las fuentes de agua ya sea de agua dulce o el mar. Y puede tardar entre 50 a 80 años para degradarse.
“Vas creando todo un problema en las fuentes de agua, se almacena suciedad, contaminantes, etcétera. Es como que vos te metas a tu organismo un agente extraño, ¿Qué le pasa a tu organismo si te metés un clavo? Tu organismo no está diseñado para eso. Igual sucede con las fuentes de agua, las fuentes de agua no están diseñadas para tener basura”, explicó la ambientalista.
“Nosotros podríamos vivir como dicen sin comer si usted quiere un día, pero sin agua sin el recurso naturales que es el agua potable el agua es vida yo creo pues que nadie va a poder vivir”, dijo Marín.
Tras aconsejar: “No tenemos planeta por mucho tiempo, que ya nos estamos acabando lo poco que tenemos y que si seguimos así (…) con las futuras generaciones nuestros nietos tataranietos, no van a tener lo que nosotros tenemos.
Mercados de destino del material reciclado
Las cifras oficiales del Banco Central de Nicaragua (BCN) no especifican el país de destino de los productos que no cuentan con el mayor volumen de exportación.
Sin embargo, hasta el segundo trimestre de 2022, en lo que respecta a los mercados de destino, Estados Unidos continuó siendo el destino principal de las exportaciones generales con el 46.3 por ciento del valor exportado, seguido por El Salvador (8.6%), Costa Rica (5.1%), México (4.7%), Guatemala (3.8%), Honduras (3.4%), Bélgica (3.0%) y Corea del Sur (1.8%). Estos mercados captaron el 76.7 por ciento del valor total exportado al mes de junio del 2022.
Las cifras de la Organización Mundial de Comercio, señalan que Nicaragua experimenta un crecimiento en las exportaciones de material reciclado, pese a la pandemia de la Covid 19.
En 2021, Nicaragua alcanzó los ocho millones de dólares en exportaciones de desechos plásticos y seis millones en papel o cartón reciclado.
La base de datos de UN Comtrade, ubica a Estados Unidos como el mayor comprador de desechos plásticos en 2021, alcanzando los 5 millones 329 mil 408 dólares. Entre 2017 y 2021, el país norteamericano ha sido el mayor importador de desechos plásticos de Nicaragua.
En 2017, el segundo puesto lo ocupaba El Salvador, importando 776,812 dólares, mientras que China se posicionó en el tercer lugar en ese mismo año, con 500,709 dólares.
En 2021, después de Estados Unidos, los países a los que más exporta Nicaragua este rubro son El Salvador ($201,380), China ($55,065), Guatemala ($11,531) y Ecuador ($3,228)
Hasta 2020, año en que llegó la pandemia a Centroamérica, Costa Rica se posicionaba entre los cinco países que más compraba material reciclado a Nicaragua. En ese año, Costa Rica importó del vecino del norte $75,905, menor a lo que importó el año previo ($111,285).