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Las remesas, un gesto de amor por los que quedan

Cada mes, Espinal debe garantizar un envío a Nicaragua de entre 250 dólares y 300 dólares, para que su madre y una  hermana suya puedan suplir parte de sus necesidades básicas que además incluye la compra de medicamentos. La otra parte la deben poner sus otros hermanos.

De esa manera, Espinal sostiene dos hogares: Uno en España donde reside actualmente con su hija de 12 años y el otro en Nicaragua donde habita su madre y una hermana encargada de su cuido que en el país no ha encontrado empleo. 

“Ya sabemos que con 100 dólares que le mandemos a nuestra madre (…) no va a sobrevivir, he tenido que aumentar la cantidad de dinero que le mando mensual”, expresa Espinal, quien lamenta que coincidentemente  también en España donde reside han aumentado el costo de la canasta básica, y estima que esto está relacionado con acontecimientos externos como la guerra en Ucrania, mientras los salarios siguen congelados.

“Por ejemplo, antes yo compraba a la semana con 30 euros ahora tengo desembolsar 50 euros. Me afecta”, sostiene la migrante nicaragüense, quien señala que desde su llegada a España ella había empezado a ahorrar, pero en momentos de urgencia  ha tenido que  echarle mano a los ahorros, cuando no logra cubrir con su salario el monto que debe enviar a Nicaragua, por lo que debe generar más ingresos para mantener ambas casas, la de Nicaragua y la de España, para lo cual necesita como mínimo 1,200 euros, pues en su caso además de los alimentos que consumen, debe pagar renta de casa, energía eléctrica, calefacción y otros.

“Aquí para poder sobrevivir no solo basta tener un trabajo de lunes a viernes, sabe, con una jornada de 8 horas, no, para mantener dos hogares, sea el de España como te dije tengo a mi hija de 12 años que está estudiando y pues implica gastos, como inversión, como le quieras llamar. Y mantener a mi madre pues mira, tengo a veces que trabajar hasta los fines de semana, también hacer turnos por la noche, ya sea en un hospital o en una casa de algún abuelo o una abuela, e ir a acompañar a dormir a esa persona, que siempre están buscando, sabe, entonces tengo que generar más ingresos”, explica.

En Nicaragua Espinal se desempeñaba como docente universitaria, y aunque en ese país europeo cuenta con una residencia, lo único que le ha permitido es el contar con un trabajo fijo. Pero debido al tipo de actividad que desempeña que es de atención al cliente en una empresa de telefónica, por cuestiones de salud la ley le impide que realice horas extras dado que  durante 40 horas a la semana, “tengo que estar allí escuchando, atendiendo sentada”, las quejas de los usuarios de ese servicio. Por tanto Espinales debe rebuscar el ingreso extra de otra forma.

 “Ya tengo residencia española, lo cual se te hace un poco más fácil no significa que tengas residencia española se te va a llegar todas las oportunidades de trabajo ni trabajar en lo que vos querés o en lo que vos a estudiado en tu país, trabajás en lo que salga”, comenta que además de su jornada laboral ordinaria “si por la noche me sale de ir a cuidar a un abuelo o abuela a un hospital, pues me voy, si me sale ir a acompañar a un abuelo, una abuela a una casa me voy y si el fin de semana me salen horas de limpieza o cuidar niños, lo que sea pues yo me voy, pues tengo que mantener prácticamente dos hogares”.

 Esto porque un trabajo extra de fin de semana, le representa  unas 20 horas, por las que le pueden pagar entre 70 y 100 euros y un turno en un hospital de unas 10 horas  por la noche recibe 40 euros.  

Esto lleva a la nicaragüense a considerar que  “España ha sido el país donde más he trabajado y he sentido que ha sido el trabajo más pesado que he tenido. En Nicaragua  yo era docente de una universidad, no implicaba trabajo físico sino mental. En España he venido hacer trabajos físicos como cuidar abuelos, desde levantarlos en una cama, de ducharlos en cama con esponja, desde sentarlos en una silla de rueda o haciendo uso de grúa para levantar a una persona que está en una cama. Ha sido ese trabajo físico muy desgastante”.

El trabajo de atención al cliente que realiza Espinal y que se resume en estar contestando llamadas telefónicas, ese no es de desgaste físico, pero también es un desgaste mental, “porque solo te entran llamadas para asuntos de reclamo de facturas, averías, que el cliente por supuesto no está contento y pues te ofende creyendo que ofendiéndote a ti, lo hace contra la empresa, cuando es contra una persona que es un trabajador más. También ese desgaste mental a veces, contestar un teléfono 8 horas recibiendo llamadas porque no hay un descanso, solo los 20 minutos que te dan; te atiborras de información y la mente se te satura”.

Y aunque  ella también se hace un tiempo para la recreación sobre todo por su hija, que aún es pequeña y por cuestiones de salud, debe saber balancearla, pues la recreación también  significa gastos.  ”Yo trato de hacer un balance para no desgastarme más sentimentalmente, emocionalmente físicamente más de lo que estoy”, dice,  pues expresa que  independiente de la labor que desempeñe a diario se le suma los pensamientos de interrogación sobre su familia en Nicaragua, “eso se desencadena en un estrés”.

“Yo por ejemplo ahora tengo serios problemas de salud a mis 40 años, por cuidar abuelos tengo dos hernias, esa ha sido una de las consecuencias y por el mismo estrés me ha salido una fisura y una fístola anal. No creas, ha sido muy duro que nosotros en las redes sociales solo presentamos como lo bonito de lo que vivimos. Pero las cosas malas, los desgastes, lo que implica estar en un país que no es el tuyo que sentís que no te apoya nadie, porque estás solo, es muy doloroso”, refiere la nicaragüense.

Las historias son similares

Doña Reina Lazo quien habita en un barrio de Estelí, afirma que con la remesa que recibe de sus dos hijas que se fueron a principios de este año a los Estados Unidos, logra satisfacer una gran parte de sus necesidades. Puede comprar los alimentos, puede pagar el agua, la energía eléctrica.

Entre las dos ajustan más de 800 dólares mensuales para que su madre cubra gastos también de los 4 hijos menores que ambas dejaron bajo el cuido de ella, además para pagar el préstamo que hicieron para viajar a los Estados Unidos.

Mientras tanto, “Fernanda”, otra nicaragüense que contó su historia a Periodismo Unido, se encuentra laborando en Costa Rica desde hace trece años.

Cuando llegó a este país en 2007, logró encontrar trabajo en menos de un año, aunque de forma irregular.

“Dejé a mis hijas en Nicaragua y les enviaba dinero mensualmente. Al inicio, no podía enviar mucho porque en Costa Rica, todo es caro”, dice Fernanda, quien explica que  no solo enviaba para la manutención de sus hijas, sino que aportaba también para la casa de sus padres, que estaban a cargo del cuidado de sus menores en Nicaragua.

Actualmente, por la situación económica y el crecimiento de sus hijas, no envía remesas a Nicaragua, porque “la situación es muy cara en Costa Rica. Lo que antes se compraba con lo que uno ganaba ahora no alcanza”.

La remesa que llega a Nicaragua

“María Teresa”, a quien nombraremos así por razones de anonimato, recibe mensualmente 400 dólares que le envía su hermano mayor desde Estados Unidos.

María Teresa destina la mayor parte del dinero que recibe mensualmente para la manutención de su mamá, de 90 años.

María Teresa y su mamá son mayores de edad. Ambas reciben la ayuda económica de su familiar en Estados Unidos por su incapacidad de María Teresa para continuar laborando y la demanda de atención de su progenitora de 90 años.

“Si tengo jubilación, pero con lo que percibo no logro completar para la comida de la casa y las necesidades de mi mamá. Ella necesita pañales, medicamentos y alguien que me ayude a movilizarla. Algunos medicamentos no se los dan en el seguro social”, dijo María Teresa a Periodismo Unido.

María Teresa considera como fundamental la remesa que recibe de su hermano mayor.

“Sin esa remesa, no hubiera podido jubilarme y ya lo necesitaba por mis enfermedades y para atender a mi mamá”, comenta.

Las múltiples enfermedades, especialmente las óseas, no le permitían seguir laborando, aunque necesitara tener más poder adquisitivo.

“En días de fiesta, también recibía dinero de primos que vivían en el exterior”, añade.

De acuerdo al informe  del tercer trimestre 2022 del Banco Central Nicaragua las remesas recibidas  durante ese período alcanzaron los 862.2 millones de dólares. En igual período de 2021 las remesas fueron de  527.1 millones lo que representa un incremento en las mismas.

Las remesas recibidas en el trimestre tuvieron como principales fuentes de origen Estados Unidos, al representar el 78.8% del total, seguido por Costa Rica con un 7.7%, España con 7.5%, Panamá 1.8%  y Canadá 1.0%, entre otros.

El economista Marco Peña, lo explica así: De cada 10 dólares de remesas monetarias 7 provienen de Estados Unidos. Y en el  caso de  Costa Rica, representa que nuevamente se volvió el segundo país destino de los migrantes nicaragüenses de donde podría estar ingresando  entre el 13 a 15 % de remesas monetarias en el año.

Según el informe del Banco Central, los flujos de remesas procedentes de Estados Unidos sumaron 679.2 millones de dólares en el tercer trimestre, registrando un crecimiento de 102.0 %  con respecto a igual período de 2021que fue de  336.2 millones dólares.

Del total de remesas recibidas en el tercer trimestre, los principales departamentos de destino fueron: Managua en un 25.0%, Chinandega 10.6%, Matagalpa 10.5%, Estelí 9.0%, Nueva Segovia 8.4%, León 6.4%, Jinotega 4.7%, y Boaco 3.1%, los que captaron el 77.7 por ciento del total.

En el acumulado hasta septiembre de 2022, las remesas totalizaron 2,258.4 millones de dólares, registrando un crecimiento interanual del 45.0 % . En ese mismo período de 2021 las remesas fueron de 1,557.3 millones de dólares.

La  tendencia del flujo macroeconómico de remesas monetarias ha sido creciente para Nicaragua aún en tiempos de crisis interna y global, apunta Peña, quien estima que esto también evidencia   que los nicaragüenses han conservado su trabajo en tiempos de crisis o si lo perdieron, lograron ubicarse nuevamente en un  menor tiempo posible en otra actividad laboral y en algunos casos cumplen hasta dos jornadas de trabajo. Igualmente esto tiene que ver con que los mercados de trabajo de los lugares de destino de los nicaragüenses se han reactivado económicamente, apunta el especialista.

Esto refleja, dice, que son las familias ayudándose entre si, “sin intervención de nadie más ni del gobierno ni del Estado, las familias buscando un mejor estándar de vida”,  Pero también representa la salida de una fuerza de trabajo joven,  “fuga de cerebro que se está yendo la fuerza de trabajo principalmente joven, que se está yendo el talento humano de Nicaragua (…) el capital humano”, indica Peña.

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La basura con valor, es fuente de empleo  

La basura desde hace muchos años se ha convertido en la base del sustento económico de muchas familias en Nicaragua, gracias a la práctica del reciclaje, una actividad que también evita mayor contaminación del ambiente. Una de ellas es Sonia Osorto, una mujer con determinación y anhelos de superación en la Costa Caribe Sur de Nicaragua. Con su emprendimiento del reciclaje de botellas plásticas genera empleo a siete familias que antes se dedicaban a la pesca artesanal.

La basura como cartón, plástico, latas, chatarras, entre otros es recolectada por personas que carecen de recursos como una forma de sobrevivencia y en el país es considerado ya como un empleo más.

Por ejemplo en la Costa Caribe Sur, desde hace cinco años se han desarrollado diversas iniciativas para incentivar la práctica del reciclaje, actualmente la iniciativa funciona con emprendimientos privados como es el caso de la señora Sonia Osorto, quien desde su casa ubicada en Bluefields realiza el reciclaje de plásticos para ayudarse económicamente.

“El 95 por ciento del material que se recicla viene de la bahía de Bluefields, esto nos demuestra que estamos en una crisis ambiental y también una crisis económica, nosotros procuramos ser eficientes, porque para que sea rentable tiene que hacerse todo muy rápido” dice Sonia.

En casi todos los departamentos, esta práctica ya es parte de las actividades económicas de muchas familias, tal como ocurre en Estelí donde los acopiadores de chatarras por ejemplo pueden tener ingresos que oscilan entre los 200 y mil córdobas al día.

Pero además en Estelí, existe desde el 2013 la iniciativa de acopio del plástico con la participación de estudiantes de más de 12 escuelas.

Durante el periodo de ejecución del proyecto se han recolectado más de 13 toneladas de material plástico que el alumnado, madres y padres depositaron en los contenedores previamente instalados en los centros educativos. Este material ha sido manipulado para su reciclaje en el centro de acopio y reciclaje que Familias Unidas tiene en Estelí dentro de su programa “Estelí Más Limpia”. Los centros educativos adheridos al programa “Estelí más Limpia”, recibieron unos vales equivalentes al dinero obtenido por la venta de la cantidad de material recogido. Esto supuso una media de 110 euros por escuela que invirtieron en compra de equipos y materiales de deporte, según el sitio web de Familias  Unidas en Estelí.  

En Nicaragua las empresas dedicadas al acopio de los deshechos carecen de equipos para reciclarlos en el país, por lo que el producto es adquirido por exportadores que lo mueven hacia recicladores de China, Estados Unidos y la India.

Y como todo producto de exportación, esos deshechos también experimentan alzas y bajas en los precios del mercado internacional. A partir de mediados de septiembre del presente año hubo una caída en los precios. Esto impacta no solo a las empresas del reciclaje, sino a la economía del país.

Nuevo problema

Esta crisis ocurre por lo menos cada tres a cuatro años, explica Nora Marín, de la empresa Reciclanica en Managua, quien manifestó que esto se suma a la situación difícil que ya arrastraban desde el inicio de la pandemia de COVID-19, en Nicaragua.

A causa de la pandemia esa empresa debió disminuir de 15 empleados a solo cinco trabajadores y preocupa a Marín que la situación empeore pues esto representará un impacto en el ingreso de la empresa.

“Nosotros hemos perdido dinero, porque por un ejemplo se han ido los contenedores a otros países (…)  cuando iban en medio camino los barcos nos dijeron que los precios habían bajado y que los materiales que estábamos mandando los pagarían con el nuevo precio”, explicó la representante de Reciclanica.

“Si antes compraba a usted a 1.80 (un córdoba con 80 centavos) el precio del cartón ahorita estoy comprado a 40 centavos la libra de cartón”, expresó Marín.

La empresa Reciclanica pueda acopiar al mes unas 20 toneladas de cartón.

“¿Qué significa? que si usted se ganaba al día 400 córdobas o 300 córdobas al día, ahora se está ganando 80 a 100 córdobas al día”, refiere Marín, quien explica que estos precios han dejado de ser atractivos para las empresas que les vendían su basura.

Los compradores han alegado varios factores: La guerra en otros países, el alza en  los precios del petróleos. También aducen que las navieras están llenas y sin espacio para poder exportar.  

Esta baja en el precio del producto ha llevado a Marín a sostener que aún no tenemos en el país la cultura del reciclaje, porque con la pérdida de valor de la basura muchas empresas prefieren botar la basura en vez de seleccionarla.

“Ahora que tiene  un valor económico ahora todo mundo se basa por la parte económica. Una empresa que visité me dijo ‘prefiero mejor botarlo en vez de vendértelo, porque yo no voy a estar perdiendo’. ¿Adónde está la responsabilidad social? En la vida real quieren seguir explotando al planeta. Pero no aportan nada al medio ambiente”, criticó.

Marín recordó que esta variación en los precios  es similar a otros productos como el queso o la gasolina, que experimentan alzas y bajas. 

“No necesariamente usted tenga que dejar de comprar el queso o el combustible. Pero no tenemos la cultura de reciclar y de cuidar el medio ambiente. No nos damos cuenta que al dejar tirado estos materiales el que se está contaminando es el planeta”, apuntó. 

Fomentar el cuido del medio ambiente

Recicla Nica nació hace 10 años, como un proyecto de una organización ambiental, luego fue separada de la misma y surgió como una empresa privada, que compra y vende materiales de reciclaje.

A la par de sus tareas diarias Reciclanica actúa con responsabilidad social y junto a otras empresas privadas, promueve el buen manejo y cuido del medio ambiente.

En todo el país cuenta con 10 proyectos ambientales que  impulsa junto a otras empresas privadas los que están relacionados con capacitaciones en escuelas, universidades, empresas privadas, negocios, emprendimientos, así como con entrega de juguetes a los niños de la chureca, reforestación y jornadas de limpieza. 

Una ambientalista que prefirió el anonimato explicó que en países vecinos como Honduras y El Salvador, existen empresas dedicadas al reciclaje dado que existen incentivos para esa actividad.

Programa Reciclanica

Reciclanica también impulsa un programa para promover la educación ambiental: Alerta ambiental, que es transmitido a través de las redes sociales. Su interés es sensibilizar a la población sobre la importancia de no seguir con la contaminación de los ríos, las playas, los mares, los océanos.

Y trajo a colación lo experimentado con la COVID-19, en el caso del oxígeno  “solo lo compraba el que tuviera dinero y los que sobrevivieron fue porque Dios es grande, porque tiene un gran propósito”.

“Con  el calentamiento global y todas esas cosas qué puede pasar a futuro, ya nos vamos a quedar sin oxígeno, hay que andar con el tanque atrás como dicen guindado y también va a ser más caro el oxígeno, más caro el agua para poder vivir. Y quiénes son los que van a vivir los que tengan dinero. Los que no tengan no van a poder vivir. Por qué ¿quién va atener para comprar un tanque de oxígeno?” , señaló Marín.

Y en tanto en los océanos  “hay un montón de micropartículas de plástico, de botellas de plástico, que están parando allí, todos los deshechos de nosotros (…) y también los animales los confunden como alimentos, se están muriendo las especies marinas. Los ríos también se están contaminando”, refirió la empresaria.

La ambientalista destacó el plástico, por ejemplo, es dañino en general para todas las fuentes de agua ya sea de agua dulce o el mar. Y puede tardar entre 50 a 80 años para degradarse.

 “Vas creando todo un problema en las fuentes de agua, se almacena suciedad, contaminantes, etcétera. Es como que vos te metas a tu organismo un agente extraño, ¿Qué le pasa a tu organismo si te metés un clavo? Tu organismo no está diseñado para eso. Igual sucede con las fuentes de agua, las fuentes de agua no están diseñadas para tener basura”, explicó la ambientalista.

“Nosotros podríamos vivir como dicen sin comer si usted quiere un día, pero sin agua sin el recurso naturales que es el agua potable el agua es vida yo creo pues que nadie va a poder vivir”, dijo Marín.

Tras aconsejar: “No tenemos planeta por mucho tiempo, que ya nos estamos acabando lo poco que tenemos y que si seguimos así (…) con las futuras generaciones nuestros nietos tataranietos, no van a tener lo que nosotros tenemos.

Mercados de destino del material reciclado

Las cifras oficiales del Banco Central de Nicaragua (BCN) no especifican el país de destino de los productos que no cuentan con el mayor volumen de exportación.

Sin embargo, hasta el segundo trimestre de 2022, en lo que respecta a los mercados de destino, Estados Unidos continuó siendo el destino principal de las exportaciones generales con el 46.3 por ciento del valor exportado, seguido por El Salvador (8.6%), Costa Rica (5.1%), México (4.7%), Guatemala (3.8%), Honduras (3.4%), Bélgica (3.0%) y Corea del Sur (1.8%). Estos mercados captaron el 76.7 por ciento del valor total exportado al mes de junio del 2022.

Las cifras de la Organización Mundial de Comercio, señalan que Nicaragua experimenta un crecimiento en las exportaciones de material reciclado, pese a la pandemia de la Covid 19.

En 2021, Nicaragua alcanzó los ocho millones de dólares en exportaciones de desechos plásticos y seis millones en papel o cartón reciclado.

La base de datos de UN Comtrade, ubica a Estados Unidos como el mayor comprador de desechos plásticos en 2021, alcanzando los 5 millones 329 mil 408 dólares. Entre 2017 y 2021, el país norteamericano ha sido el mayor importador de desechos plásticos de Nicaragua.

En 2017, el segundo puesto lo ocupaba El Salvador, importando 776,812 dólares, mientras que China se posicionó en el tercer lugar en ese mismo año, con 500,709 dólares.

En 2021, después de Estados Unidos, los países a los que más exporta Nicaragua este rubro son El Salvador ($201,380), China ($55,065), Guatemala ($11,531) y  Ecuador ($3,228)

Hasta 2020, año en que llegó la pandemia a Centroamérica, Costa Rica se posicionaba entre los cinco países que más compraba material reciclado a Nicaragua. En ese año, Costa Rica importó del vecino del norte $75,905, menor a lo que importó el año previo ($111,285).

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La pandemia de COVID-19​ tres años después

La pandemia de COVID-19

tres años después

Hace tres años el mundo experimentaba una de las peores pesadillas: El coronavirus o COVID-19, se propagaba rápidamente pese al control férreo de las fronteras, incluidas las más recónditas. Familias enteras sufrieron el aislamiento para evitar el contagio del virus y aún así muchas de ellas sufrieron la pérdida de uno o más de un familiar.

En Nicaragua los primeros contagios fueron reportados de forma oficial en marzo de 2020, cuando ya el mundo advertía de la gravedad de una crisis sanitaria. Muchos de estos casos dejaron secuelas en los sobrevivientes que han aprendido a convivir con ellas muchas veces emocionales.

Pasado este tiempo todavía ningún país ha podido erradicar el virus, que por etapas parece sufrir repuntes y con esto el rebrote de la pandemia.

Mientras, en países pequeños como los de la región la población está ensimismada en resolver los problemas económicos para la subsistencia, preocupaciones que han prevalecido durante este período. A la fecha la mayor parte de la población ha empezado a restarle atención a los cuidados de prevención e higiene para evitar el contagio.

En países del área como Costa Rica, ya es menor la cantidad de personas que utiliza la mascarilla y aunque en Nicaragua la gente sigue utilizándolas, poco a poco se aprecia como un poco más de relajamiento de las medidas de prevención: Algunos ya empiezan a quitarse los tapabocas en sitios públicos como parques o iglesias, cada vez menos gente usa la mascarilla, hay menor preocupación por el lavado de manos o uso del alcohol, el distanciamiento físico es menos frecuente.

“Esto no ha acabado”, advirtió el doctor Leonel Argüello en su programa en línea, Por tu Salud Nicaragua, por lo que aconseja “No bajar la guardia” seguir con las medidas de prevención pertinentes.

Para iniciar recordemos que significa COVID-19: “Enfermedad por coronavirus 2019”. La causa de la enfermedad es un virus llamado SARS-CoV-2. El virus apareció por primera vez a fines de 2019 y se propagó rápidamente por todo el mundo, recordó la doctora Lezmisa Sandino.

Las personas que contraen COVID-19 pueden tener fiebre, tos, dificultad para respirar cuando el virus infecta los pulmones y otros síntomas. Aclaró que los expertos siguen estudiando cómo es la recuperación de COVID-19, en base a los estudios de análisis y observación de los diferentes cuadros que desencadena.

“Si posterior al haber presentado un cuadro de COVID grave, o un cuadro de COVID prolongado, y persiste la fatiga o se siente cansado”, Sandino recomendó a estas personas mucho descanso.

A su vez aconsejó a quienes han sufrido el contagio: 

  1. Planificar hacer tareas importantes cuando prevé que tiene más energía, que normalmente es por la mañana. Pero sea mesurado para no hacer demasiado a la vez, y haga pausas durante el día si se siente cansado.
  2. Piense en cuáles son las tareas y las actividades más importantes de cada día para no gastar más energías de la necesaria.
  3. Si no está durmiendo bien, mejore la “higiene del sueño” puede ayudar, por ejemplo, acostarse y despertarse a la misma hora todos los días, evitar la cafeína y el alcohol a última hora del día. Y no mirar pantallas antes de acostarse.
  4. Según la situación particular de una persona es posible que también necesite: Medicinas para aliviar síntomas como la tos o el dolor.
  5. Rehabilitación cardíaca: Consiste en mejorar la salud del corazón con medidas tales como el ejercicio, cambios en la alimentación y dejar de fumar, en caso que sea fumador.
  6. Rehabilitación pulmonar: Esto incluye ejercicios respiratorios para ayudar a fortalecer los pulmones
  7. Tratamientos para la ansiedad o la depresión: Puede hacer uso de medicinas y/o terapia psicológica, ejercicios y estrategias, alimentación saludable, e ingerir abundante agua.

No deshacerse de las mascarillas

El 13 de enero de 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualizó sus directrices sobre el uso de mascarillas por parte de la población, la atención clínica y los tratamientos contra la COVID-19. La OMS continúa recomendando llevar mascarilla en determinadas situaciones con independencia de la situación epidemiológica local. 

Estas recomendaciones abarcan a las personas expuestas recientemente al virus causante, a las que tengan o sospechen que tienen COVID-19, a las que corran un riesgo elevado de presentar síntomas graves de esta enfermedad y a todas aquellas que deban estar en lugares abarrotados, cerrados y con mala ventilación.  

Al igual que en las recomendaciones anteriores, la OMS afirma que puede ser conveniente llevar mascarilla en otras situaciones, en función de la evaluación de los riesgos. En este sentido, se deben tener en cuenta factores como las tendencias epidemiológicas o el aumento de las hospitalizaciones a nivel local, la cobertura vacunal, la inmunidad de la población y las características del lugar o el evento, refiere una nota de la organización. 

A su vez, en las nuevas directrices de la OMS se recomienda que los pacientes con síntomas se aíslen durante 10 días contados a partir del primero en que hayan tenido síntomas.  

Para las personas que den positivo para la COVID-19 pero que no presenten signos o síntomas de la enfermedad, la OMS recomienda ahora cinco días de aislamiento, en comparación con los 10 días recomendados anteriormente.

El paciente puede salir del aislamiento antes si da negativo en una prueba rápida de detección de antígenos.

El aislamiento de las personas que tienen COVID-19, que es importante para evitar que transmitan la enfermedad, se puede hacer en su propio domicilio o en un establecimientos especializados como un hospital o una clínica privada.

En Nicaragua los primeros contagios fueron reportados de forma oficial en marzo de 2020, cuando ya el mundo advertía de la gravedad de una crisis sanitaria. Muchos de estos casos dejaron secuelas en los sobrevivientes que han aprendido a convivir con ellas muchas veces emocionales.

Pasado este tiempo todavía ningún país ha podido erradicar el virus, que por etapas parece sufrir repuntes y con esto el rebrote de la pandemia.

Mientras, en países pequeños como los de la región la población está ensimismada en resolver los problemas económicos para la subsistencia, preocupaciones que han prevalecido durante este período. A la fecha la mayor parte de la población ha empezado a restarle atención a los cuidados de prevención e higiene para evitar el contagio.

En países del área como Costa Rica, ya es menor la cantidad de personas que utiliza la mascarilla y aunque en Nicaragua la gente sigue utilizándolas, poco a poco se aprecia como un poco más de relajamiento de las medidas de prevención: Algunos ya empiezan a quitarse los tapabocas en sitios públicos como parques o iglesias, cada vez menos gente usa la mascarilla, hay menor preocupación por el lavado de manos o uso del alcohol, el distanciamiento físico es menos frecuente.

“Esto no ha acabado”, advirtió el doctor Leonel Argüello en su programa en línea, Por tu Salud Nicaragua, por lo que aconseja “No bajar la guardia” seguir con las medidas de prevención pertinentes.

Para iniciar recordemos que significa COVID-19: “Enfermedad por coronavirus 2019”. La causa de la enfermedad es un virus llamado SARS-CoV-2. El virus apareció por primera vez a fines de 2019 y se propagó rápidamente por todo el mundo, recordó la doctora Lezmisa Sandino.

Las personas que contraen COVID-19 pueden tener fiebre, tos, dificultad para respirar cuando el virus infecta los pulmones y otros síntomas. Aclaró que los expertos siguen estudiando cómo es la recuperación de COVID-19, en base a los estudios de análisis y observación de los diferentes cuadros que desencadena.

“Si posterior al haber presentado un cuadro de COVID grave, o un cuadro de COVID prolongado, y persiste la fatiga o se siente cansado”, Sandino recomendó a estas personas mucho descanso.

Capacidad de modificación del virus

Argüello en su programa en línea señaló, que a 3 años de la pandemia  “todavía falta, porque este virus ha tenido una gran capacidad de estar cambiando de estar modificando su forma”, como ha sido la variante ómicron,  se ha quedado estacionada, se ha reproducido y ha tenido más de 500 cambios.

“Unos son más peligrosos que otros”, expresó Argüello, quien dijo que el más contagioso, XBB, es más transmisible porque se pasa por las vías respiratorias entre una persona y “se escapa más a las vacunas”. No obstante, aclaró que aunque la vacuna no impide que una persona se infecte, puede “protegerte contra complicaciones y muertes”.

Argüello se refiere a una subvariante de ómicron, llamada XBB.1.5, es la variante del coronavirus prevalente en el planeta. Ómicron fue la variante que siguió a Alfa, Beta, Gamma y Delta. Y fue la que se convirtió en dominante desde que surgió a finales de 2021. A partir de allí se han producido una serie de subvariantes de ómicron, cada una más contagiosa que la anterior. 

Argüello explicó, que esta variante de ómicron afecta más la parte alta del sistema respiratorio, afecta un poco menos los pulmones. Y dijo que sigue siendo efectivo hasta el momento las medidas de prevención: El distanciamiento físico, el estar en lugares ventilados, el lavarse las manos con agua y jabón y vacunarse. 

El médico estimó que un porcentaje alto de la población de Nicaragua ha padecido la “COVID persistente”, que es una manifestación de la enfermedad que se produce tres meses después de que la persona la padeció.

 “Por ejemplo hoy tengo la COVID, en una semana estoy bien. Pero en 3 meses comienzo a sentir una serie de síntomas”, explicó Argüello quien dijo que la mayor parte de esos síntomas se manifiestan de diferentes maneras y estimó son más de 200 tipos esa manera de manifestarse de la COVID persistente. Un una de esas formas de manifestarse puede ser dolores constantes en el cuerpo, en las articulaciones, agotamiento, “por suerte son 2 a 3 días, que sucede eso”. Y aunque  “se te va y luego puede regresar a la semana, 15 días o al mes”. Por eso dijo “es que se llama persistente, es una enfermedad crónica”.

Entre las manifestaciones describió: Dificultad para dormir, dificultad para recordar cosas, afectación del estado de la salud mental de una persona,  más ansiedad, tristeza, depresión, hay dificultades para respirar, en algunas personas caída del pelo. Es por ello que aconsejó: “No hay que minimizar esta enfermedad”, pues dijo  “no te mata pero quedás con secuelas posteriores”. 

De acuerdo al Observatorio de la COVID-19 en América Latina y El Caribe, CEPAL en Nicaragua desde el 3 de enero de 2020 hasta el 23 de enero de 2023 ha habido 15,541 casos confirmados del virus con 245 muertes reportados a la OMS. Al 6 de enero de 2023 se han administrado un total de 12,132, 093 dosis de vacunas.  

Según la OMS en las Américas se han registrado en este mismo período 187.862.206 casos confirmados de COVID-19

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El Caribe sobrevive

tras la pandemia

Aunque el MINSA registra un esquema completo al 56.69% de la población, las organizaciones indígenas señalan que se necesita llegar a las comunidades más pobres y aisladas.

Las regiones autónomas de la Costa Caribe nicaragüense, es la región más extensa del país, con una población étnica diversa de 705 mil ciudadanos que constituyen los 6 grupos étnicos que están distribuidos en 20 municipios que se comunican en su mayoría por vías acuáticas por la dispersión entre sus comunidades.

Tras la pandemia de COVID-19, la región ha sufrido los embates de la enfermedad, situación que se agrava por la continua racha de los últimos huracanes como la julia, ETA y OTA, pese a estas situaciones las comunidades indígenas y afrodescendientes desde el inicio de la pandemia optaron por medidas preventivas, en la Región Autónoma Costa Caribe Sur (RACCS) sus gobiernos territoriales establecieron cuarentenas que consistía en no permitir el ingreso a personas a la comunidad por un período de 21 días.

Comunidades

hicieron cuarentena

Las comunidades de la cuenca de Laguna de Perlas, Tasbapounie, Sandy Bay, Karawala, La Cruz de Río Grande y el territorio Rama y Kriol que se extiende desde Bluefields hacia Grayton y San Juan de Nicaragua, establecieron acciones concretas para salvaguardar a sus comunitarios como la restricción de actividades públicas, recreativas, cierre de bares y ranchos. La regulación del transporte, la llegada de foráneos, el control de circulación y aglutinamiento de la población de la comunidad. También las comunidades indígenas han utilizado la medicina tradicional que se basa en cómo sus ancestros utilizaban infusiones o cocimientos de hierbas para tratar las enfermedades. 

En Bluefields como en la mayoría de las comunidades de la región, los cultos y las misas se hacían con pocos feligreses y se transmitían en la red social de Facebook y solo en el último año entre el 2021 y 2022 se comenzaron a realizar las actividades religiosas presenciales, y hasta fines del año pasado la mayoría de los negocios como bancos, tiendas, mercados, terminales de transporte se suspendió el uso de mascarillas y el distanciamiento social. 

Perdió 7 familiares

por COVID

Rendell Hebert, miembro de la comunidad indígena Ulwa, padeció la triste experiencia de perder a 7 familiares y considera que el intubamiento fue fatal. “Mis familiares todos estaban intubados y murieron, la gente no ha investigado eso, porque se mueren la mayoría de las personas que estaban intubadas. Si me da COVID por favor a mí que no me entuben” señala.

Hebert comenta que, ante la ausencia del gobierno de suspender las actividades en las comunidades indígenas, las autoridades comunales y territoriales hicieron uso de sus facultades autonómicas  para salvaguardar a sus comunitarios “como dice el dicho: solo el pueblo salva al pueblo, las comunidades hicieron cuarentena para proteger sus vidas y mantenerse a salvo en la medida de lo posible.  

Sobreviviente le dio dos veces

pero no decayó

Erlinda Aragón, es una joven abogada de Bluefields que sobrevivió los embates de la pandemia de COVID – 19, en dos ocasiones, la primera vez que le dio fue cuando estaba en lo fino, en 2019, y después de 6 meses volvió a recaer.  Aunque ella solo padece de la gastritis, logró controlarse y mantenerse segura en casa. 

Siendo la esposa de un médico, ella pudo contraerlo y se considera que es muy fuerte porque en ninguna de las dos veces que le dio, tomó cama. “Yo creo que, si uno toma cama, es peor porque aumentan de temperatura y el calor se mantiene en el cuerpo” señala.

Ella recuerda que por el ambiente de su esposo de permanecer en el hospital siempre estaba el riesgo de contraerlo y aunque expresa, que en casa realizaron una serie de medidas para mantenerse seguros, era inevitable. “Fue difícil para todos porque imagínate es mi esposo, siempre estamos juntos, por eso pusimos varias medidas desde la entrada a casa, el lavado de manos, la mascarilla y sobre todo estuvimos tomando todos los té que mi madre nos pasaba sin entrar a la casa, tomamos té de limón, jengibre, canela, ajo, zacate limón, eucalipto, eso era diario y constantemente”, explica Aragón, cuya mayor preocupación era la salud de su madre como adulta mayor, por lo cual le pedía que dejara las cosas en el corredor para evitar tener contacto con la familia.

En su hogar, además de ella y su esposo el virus también afectó a sus dos hijos. Sin embargo, en todos los casos no hubo gravedad tampoco ameritó hospitalización de alguno de ellos, “solo mi esposo permaneció en cama como 5 días, pero gracias a Dios al resto nos dio leve”, comenta Aragón quien asegura  que fue una etapa difícil. Pero considera que ya la pandemia se ha reducido a una gripe. 

Hebert comenta que, ante la ausencia del gobierno de suspender las actividades en las comunidades indígenas, las autoridades comunales y territoriales hicieron uso de sus facultades autonómicas  para salvaguardar a sus comunitarios “como dice el dicho: solo el pueblo salva al pueblo, las comunidades hicieron cuarentena para proteger sus vidas y mantenerse a salvo en la medida de lo posible.  

Nuevo esquema de vacunas

para el 2023

El doctor Mario Méndez, director del hospital Regional de Bluefields “Ernesto Sequeira” dice que mantienen vigilancia epidemiológica sobre la pandemia y que la población no debe confiarse y cumplir su esquema de vacunas. 

El galeno explica, que este año  aplican la vacuna Sinopharm,  en dos dosis, la primera  una vez cumplidos los 6 meses de su ultima vacuna, y la segunda dosis se aplica 21 días después para completar su esquema 2023.

Méndez recomienda, que la población debe mantener las medidas preventivas como lavarse las manos frecuentemente, distanciamiento físico entre personas, el uso de mascarillas en lugares aglomerados y ponerse su dosis de vacunas

Desafíos

Según las estadísticas del SILAIS RACCS al 29 de julio de 2022, en la vacunación voluntaria contra la COVID han sido vacunado con al menos una dosis a 132 mil 297 equivalente al 69 % de la población total de 2 años a más y se aplicó un esquema completo a 108,709 personas, lo que representa el 56.69% de la población, de acuerdo al informe  “La recuperación de COVID-19 y los derechos de los pueblos indígenas”,  presentado ante el Consejo de Derechos Humanos en su 48ª sesión en septiembre de 2021.  del Centro por la Justicia y Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua (CEJUDHCAN).

El sistema de salud en las zonas donde habitan los pueblos indígenas es deficiente, en la mayor parte de las comunidades no existen centros de salud o puestos de salud con los requerimientos necesarios para atender los casos que se presenten.  Además, no todas las comunidades cuentan con un puesto de salud, y donde hay puestos de salud son atendidos por enfermeras o promotores de salud tradicionales y parteras, pero están desabastecidos de medicamentos y materiales médicos indispensables para brindar atención de primeros auxilios. 

El informe también señala que pese a los préstamos autorizados a Nicaragua por organismos internacionales para atender la pandemia no alcanza a los pueblos indígenas “El Estado no ha adoptado planes de recuperación económica hacia los pueblos indígenas en el contexto del COVID-19, tampoco se ha garantizado los derechos sobre la tierra y los recursos naturales”, destaca el informe. 

A mediados del año 2020, la Comunidad indigena Ulwa de Karawala clamo por ayuda de alimentos y suministros médicos tras la cuarentena y la situación de emergencia por la pandemia,  la comunidad Costeña con el liderazgo de la   iglesias Moravas de Pearl Lagoon,  Kukra Hill y Bluefields, enviaron ayuda humanitaria al centro de salud de Karawala.

Las heridas que deja

la Covid-19

A casi año y medio de haber estado internado en un hospital capitalino, Rubén Flores, de 25 años, todavía vive las secuelas de la COVID-19 a nivel físico y emocional.

La pandemia que ha cobrado la vida de al menos 245 personas, según cifras oficiales, también le arrebató a un amigo y un familiar: su padre.

Actualmente, no le queda más que enfrentar las heridas dejadas por la pérdida y seguir luchando.

“Al final, toca aceptar las secuelas, no hay mucho que hacer al respecto. Uno queda más delicado y pendiente de no contagiarse, usando mascarillas y alcohol”, dijo Flores. 

El joven de 25 años expresa, que luego de haber sobrevivido a la COVID-19  entre agosto y septiembre de 2021, todavía enfrenta severos daños en su salud.

“Cuando tuve las secuelas, sobreviví con apoyo familiar para comprar medicinas y mejorar el sistema inmunológico porque queda muy frágil. Antes no me daba tos seguidamente, ahora una vez cada dos meses me da una de esas gripes”

Este virus ha tenido una gran capacidad de estar cambiando su forma. Estamos siendo afectados por la COVID-19 con su variante ómicron.

El epidemiólogo Leonel Arguello señala que además de las secuelas de la COVID-19, existe “La COVID persistente”, en la que se manifiestan los síntomas de la enfermedad nuevamente.

“La COVID persistente si puede dar dolor en el cuerpo. Es una manifestación de la enfermedad que se da tres meses después de haberla padecido. Hay más de doscientos tipos de forma de manifestarse”, señaló.

Aunque el Ministerio de Salud (MINSA), no se refiere al respecto, Arguello expresa que un 50% de las personas que él acompaña clínicamente han presentado COVID persistente.

“La mitad de las personas que me han consultado han registrado la COVID persistente. Hay problemas en el corazón, en los pulmones, dificultad para respirar, secreciones nasales o dolores de cabeza. Estos síntomas persisten”, señala.

Ante esta situación, instó a seguir tomando las medidas de prevención para evitar contagios.

“Hay que seguir tomando las medidas de prevención pertinentes. Es una enfermedad prevenible y debemos estar claros y alertas de que esto no ha acabado. No podemos bajar la guardia”, expresó.

La enfermedad lo atacó

“de forma silenciosa”

Rubén Flores no tiene la menor idea del lugar donde pudo haberse contagiado de la enfermedad. Él señala que se mantenía al día con las medidas de prevención.

“No estoy muy seguro, pero si estuve yendo al mercado muy seguido, usando mascarillas y alcohol. Mi papá pudo haberse contagiado en la universidad donde daba clases, porque ahí sí hubo una crisis fuerte. Puede ser que de ahí se viniera a casa (el virus)”, detalló.

Flores recuerda que el primer día sintió un malestar y una debilidad “horrible y bastantes mareos”.

“Era un malestar general que no podría definirlo con palabras. En los dos días siguientes ya se presentó la fiebre y la diarrea. Por un momento creí que era una congestión por haber comido demasiado días antes. Yo fui al hospital y no me mandaron a emergencia respiratoria, sino que a otra área, porque no tenía tos. Pero luego me mandaron a casa”, señaló.

Dos días después, Flores ya no podía respirar de forma normal; tenía un rango de respiración bastante bajo, inspiraba un poco y sentía un bloqueo, tenía que exhalar rápido.

“Me fui a un centro de salud, donde me canalizaron y me pusieron un nebulizador. En ese lugar me dijeron que era COVID. Me mandaron a casa, dándome las pastillas y me dijeron que al día siguiente llegarían a casa”, comenta.

Las heridas que deja la Covid-19 - Periodismo Unido
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Hospitales abarrotados

en 2021

Pero al día siguiente, empeoró y decidió ir al hospital. Lo internaron el 28 de agosto de 2021 en un hospital capitalino, donde permaneció por quince días.  

“El hospital estaba muy lleno y áreas que comúnmente eran pediatría, u otras, fueron dedicadas a COVID”, señaló.

En un momento, una enfermera lo vio sin poder respirar, pidió una camilla y le pusieron oxígeno. Era el único que requirió estar acostado y con oxígeno.

“Yo creía que si me dormía, no iba a ser capaz de controlar mi respiración y que ahí iba a quedar. Pero me quedaba dormido por media hoya y luego me despertaba preguntándole a los doctores qué hora era. El calor era insoportable y la misma mascarilla provocaba sofocaba”, señaló.

La incomunicación

lo más horrible de la enfermedad

Flores recuerda que cuando ingresó al hospital le retiraron su dispositivo móvil, por lo que quedó completamente incomunicado.

“La incomunicación era lo más horrible. Si hubiera podido cambiar algo, hubiera sido la comunicación. No conocía el estado de las personas con las que me comunicaba. En ese momento, ocurrieron varias cosas, como el fallecimiento de varios amigos, y familiares enfermos. Yo no me daba cuenta de nada de eso”, dijo.

Cinco días después de haber ingresado, su padre también fue internado en otro hospital por la COVID-19. El mismo día que ingresó falleció. Flores ni lo sospechaba.

“El 5 de septiembre, alguien me prestó su teléfono y entré a Facebook. Ahí me di cuenta del fallecimiento de mi papá, que cayó como un balde de agua fría”, dijo.

“Fue bueno haberme dado cuenta antes de salir pero después de que sucedió. Crea una experiencia distinta, porque me di cuenta cinco días después que sucedió”, expresó.

“Un duelo incompleto”

Rubén califica como “un duelo incompleto” la experiencia, debido a que se enteró posteriormente a la muerte de su padre.

“Por mucho tiempo sentí que era un duelo incompleto. Usualmente sueño frecuentemente con mi papá y mi mamá”, señaló.

La progenitora de Flores falleció cinco años antes.

Flores apunta: “El hospital deja experiencias extrañas y ciertos traumas. Cuando falleció mi mamá estaba mi papá. Pero ahora, no hay columnas donde recostarse. Todo se desequilibró. Yo fui a su tumba hasta diciembre. La casa se sentía totalmente vacía”.

“Un sobreviviente

afortunado”

Después de haber permanecido 13 días ingresado en la sala de cuidados intensivos de un hospital a causa de COVID-19 Julio López aseguró “yo creo que soy un sobreviviente afortunado” de la pandemia.

Según López, esto lo logró “porque llegué en el momento adecuado al hospital, creo que si me he tardado otros minutos más no la libro y porque tuve la suerte de tener gente que se puso las pilas para contribuir con mi caso, de que la atención en el hospital fuera oportuna otra gente no tuvo la oportunidad de recibir una atención en el momento adecuado por diversas circunstancias”.

Además del contagio sufrido en 2021, un año antes López  podría haber estado entre los casos sospechosos de COVID-19 no verificados, debido a que en ese entonces solo pudo hacerse una prueba rápida en un laboratorio privado en el país. 

Posterior a su internamiento por el coronavirus en un hospital de San José, Costa Rica, López considera que “las defensas han quedado muy bajas, porque lo que he notado es que fácilmente me resfrío, con que me exponga un poquito al frío, acá porque en San José hace mucho frío en un ratito ya ando estornudando y paso dos a 3 días así”. 

También está la parte emocional y que López ha identificado claramente.  “Hay una afectación porque cuando yo sé que estoy cerca de una persona que tuvo COVID, inmediatamente siento los síntomas y me pongo fatal. Pero luego trato, no, esto es cuestión mía es algo mental, estoy vacunado. Ciertamente la vacuna no es una garantía de que no me va a dar COVID, pero digo yo no puedo cerrarme a eso, hay que seguir la vida”, dice el sobreviviente de COVID-19.

A eso le añade que posterior al contagio una vez que ha estado cerca de personas afectadas por la pandemia y ha tenido algún síntoma de gripe de tos, de malestar en la garganta, al menos en tres ocasiones se ha realizado una prueba con resultados rápidos. Todas resultaron negativas. 

Y aunque dice es normal que una persona tenga cierta aprehensión cuando conoce que una persona ha sido contagiada del virus, reconoce que esta “también necesita ayuda”.

“Y uno no puede excluir a que otra persona tenga o no la enfermedad, simplemente hay que tratar de mantener las medidas en el lavado de manos, acá ya no se usa la mascarilla, por ejemplo, es difícil ver a una persona que use mascarilla, pero yo por ejemplo al trabajo voy caminando; uso transporte (público) solo que sea muy largo, trato en lo que sea posible evitar aglomeraciones y yo creo que eso es muy importante para prevenir”, expuso el sobreviviente del coronavirus.

No obstante, reconoció: “Tampoco uno puede dejar de vivir por eso”.

Tras señalar: “Yo siempre he sido cuidadoso, de hecho la vez que tuve sospechas de COVID no confirmado, (el virus) llegó a la casa, no fue que yo salí a buscarlo sino que llegó a la casa y así fue que adquirí el virus”.

Además como medida preventiva López toma Vitamina C, en forma natural por lo que consume muchas frutas sobre todo cítricos,  algún tipo de té natural y miel para ayudar un poco al sistema. 

También refirió, que trata de caminar, pues “a veces le puede ayudar a uno a mejorar la circulación, porque al final el nivel de oxigenación depende de cuánto la sangre puede circular, caminar le ayuda mucho a la circulación y yo trato de hacer eso salir a caminar a veces y mantener obviamente las medidas de protección”.

“Un sobreviviente afortunado” - Periodismo Unido
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Contagio

en soledad

El contagio del virus sorprendió a López recién llegado a Costa Rica, lo que a su criterio no solo fue difícil por el nivel de gravedad, sino porque estaba solo sin una familia, tampoco contaba con un seguro social para la atención médica. “No es igual como estar uno  en su país donde se sabe que la familia aunque no lo pueda ver a uno, sí está pendiente, si puede llevar cosas al hospital con mucha más facilidad; estando uno en otro país donde prácticamente depende de la generosidad de las amistades que uno tiene, eso fue como lo más complejo”, expresó López.

A la gravedad propia del contagio por el cual fue aislado en un hospital,  López le sumó la sensación de soledad que le llevaron a tener toda clase de pensamientos, incluso en la probabilidad de la muerte lejos de su familia y más allá de su muerte. 

“Uno empieza a pensar en un montón de cosas y eso al final a uno lo termina como afectando más, porque en principio yo pensaba en mi mamá, en mi familia, porque uno debía prepararse de que morir era una posibilidad. Más cuando uno ya estaba en UCI y cuando yo sentí que me iban a dar respiración, no podía por si solo era momento de buscar ayuda.
A mi me pasaba por la mente ¿Qué va a pasar si me muero? Porque yo sabía que me podía morir pero más allá de eso no tenía un plan” comentó López.

Incluso a López le preocupaba el hecho de que si moría  su cuerpo fuese enterrado en una fosa común en Costa Rica o si lo podrían repatriar “todas esas cosas uno la pensaba, entonces no quería imaginarme a mi mamá o a mi familia en esa situación. Eso a uno lo deterioraba más en realidad, porque se llenaba uno de incertidumbre, de ponerse a pensar si me llega a pasar esto”.

Sin embargo,  la atención  oportuna y de calidad, le permitió a López sobrevivir al coronavirus, aunque los primeros días fueron como los más complicados.

Primero síntomas

fueron de gripe

La enfermedad le empezó con una gripe normal, que le hizo pensar en alguna alergia, pese a que en el lugar donde habitaba ya había un caso  positivo y él había apoyado con la atención de esa  persona. Debido a ese caso le habían mandado una orden sanitaria, que representaba que durante 10 días no podía salir del apartamento.

Después de los 10 días de restricción la orden sanitaria fue levantada automáticamente “pero yo empiezo a sentir síntomas de gripe, estornudos, malestar en la garganta y yo digo bueno lo más probable es que sea COVID porque hay un caso positivo y yo ya estoy experimentando los síntomas”.

Ya para entonces López había tenido la pérdida de olfato. “Yo me acuerdo que partí una cebolla, y a mi no me gusta la cebolla, la detesto igual el ajo, y yo partí una cebolla la olí y no sentía nada. Yo dije ya estoy confirmado que sea COVID, me entró como una especie de ansiedad y empecé a leer en internet toda la información posible sobre COVID, prevención tratamiento que hacer en caso de tales cosas”, recordó el sobreviviente de COVID.

 Después de eso siguieron “la fiebre, la tos más intensa, dolores de cabeza y ya cuando fue avanzando el tiempo a los 4 a 5 días, yo ya sentía como dificultad para respirar en esa búsqueda de información yo recuerdo que compré un oxímetro, por envío a domicilio, y me estaba midiendo el nivel de oxigenación lo hacía cada hora”.

“Yo mismo me empecé alarmar y traté de dormir esa noche, pero al siguiente día yo me levanto fatigado y lo primero que hago es tomar la oxigenación y vi que estaba como en 85 (…) cuando miro le hablo a la persona que está en el apartamento y le digo mirá yo me tengo que ir al hospital. El nivel de oxigenación está demasiado bajo, siento que no puedo respirar por mi mismo”, recordó López. En el hospital le confirmaron que padecía COVID-19 y que el nivel de oxigenación estaba en 83, “era muy bajo”, por lo que le suministraron oxígeno y fue internado. A criterio de López el hecho de que él no tenía ninguna dosis de vacuna contra la COVID-19  contribuyó a grabar su condición. 

“Por suerte” había una cama, lo que a criterio de López “al final fue lo que terminó salvándome la vida, porque sin disponibilidad de camas es ahí donde las cosas se complican”. A esto se agrega que sus amigos gestionaron de forma rápida y lograron que ACNUR le proporcionara un seguro para que permaneciera internado en el hospital costarricense.

Recuperación lenta

Tras 13 días en cuidados intensivos, “en principio la recuperación fue muy lenta, porque me cansaba demasiado, yo no podía caminar, cinco metros cuando ya iba agotadísimo, subir gradas u otro tipo de pendientes era complicado para mí, me cansaba mucho”.

Tras añadir: “Me llevó alrededor de 6 meses recuperar totalmente el nivel de poder caminar sin cansarme. Eso fue como lo más complicado. Como yo estuve con sondas, sangraba mucho de la nariz (…) luego he tenido como brotes en la piel, específicamente de donde me ponían las agujitas para poner la canaleta.  (…) Eso poco a poco ha ido desapareciendo. Después que salí del hospital esperé 3 meses para ponerme la primera dosis porque como era un caso grave me indicaron que tenía que esperar un poco para aplicarme la primera dosis”.  

Con la fe y la esperanza van superando

las huellas del virus

Mirna Gutiérrez junto a sus hijos están en un proceso de recuperación, no solo por las secuelas que dejó en su cuerpo el COVID- 19 que afectó a toda la familia, sino también el gran dolor que les dejó la muerte de su esposo y padre de sus hijos por el mismo virus.

Mientras la pandemia afectaba fuertemente al país, Mirna tuvo que permanecer en un hospital en julio de 2020, porque su hijo mayor sufrió un grave accidente en motocicleta.

“Estaba conectado y solo le dije: que Dios te proteja mi hijo y el respondió gracias” lo cual sorprendió a los médicos, pero ante la necesidad de que le practicaran la operación en la cabeza Mirna por los nervios reconoce que le habló fuerte a Dios: “Mire Señor, si me lo va a dejar vivo: Ni loco, ni enfermo, que vuelva a trabajar y vuelva estudiar”. Y el joven no requirió de la operación en la cabeza. 

Lo más sorprendente hasta para los médicos fue la pronta recuperación del muchacho. “Mi hijo quedó bueno y tiene 23 años y ya está por salir de la universidad”.

El primer contacto

con el virus

En mayo de 2021, Mirna quien trabaja en una empresa de Estelí, refirió que sintió las primeras señales del virus que le tocó enfrentar con muchos de sus síntomas graves.

“Me dio muy fuerte con todos los síntomas, con tos imparable y cansancio que hasta me orinaba. Mi esposo muy preocupado  me llamó un taxi y me iba a llevar a la clínica y yo le dije a Dios: ‘no me dejés y no me desamparés’ y estaba delirando, se me presentaron mis dos abuelitas (ya fallecidas) y me llamaban”. 

“Mis hijos se me pusieron en fila y yo le dije: ‘Señor Jesús no me dejes y no me desampares porque mis hijos todavía me necesitan’”. Asegura que de repente sintió como si su garganta se limpiara, a su vez una mejoría, por lo que ya no fue necesario ir a la clínica y fue así que superó la enfermedad en su casa.

Sin embargo, en agosto, sus dos hijos menores de 12 y 17 años y su marido, de 55 años, comenzaron con los síntomas. 

El marido de Gutiérrez, siempre tuvo temor de padecer la enfermedad y trató de negarla, yendo a trabajar para continuar con su rutina. Pero el mismo día le dijo que no se sentía bien por lo que llegaría temprano a su casa donde su situación empeoró, cuando la oxigenación le bajó a menos de 70. Aún así se resistía a ir a una clínica. Tenía miedo.

Al verlo que no podía más, los hijos también le pidieron que fuera a la clínica y allí vinieron los tiempos más difíciles porque su oxigenación no mejoró.

La peor noticia estaba llegando. Sus pulmones ya no funcionaban. El médico le dijo que debía intubarse. El hombre con quien compartió su vida por más de 20 años, murió pocos días después, por un paro cardíaco.

Sus hijos experimentaron el dolor tan grande que renegaron de Dios.

“‘Qué Dios tan bueno que aleja al padre de sus hijos, ¿Acaso no sabe cuánto lo necesitamos?’ ‘Cuánto tiempo me arrodillé para que lo sanara’”, recuerda que decía su hija. Mientras el menor de los varones no paraba de llorar día y noche y hasta le decía que haría pacto con el diablo para entregar el alma de su madre y la de él.

Luego vinieron los conflictos y las malas calificaciones en la escuela.

Ha sido una lucha constante, en la que la familia de Gutiérrez ha  sido acompañada por el sacerdote de la parroquia donde asiste, también ha recibido la ayuda del psicólogo.  Y aunque considera que sus hijos poco a poco han venido aceptando la pérdida, mejorando las calificaciones de la escuela, el llanto aparece de repente y ella está lidiando con las alteraciones en la presión y la migraña que dejo como consecuencia el virus. Mantiene su trabajo y su hijo mayor se reincorporó a su carrera universitaria.

Gutiérrez mantiene viva su fe y confía en que el Señor les seguirá acompañando en las diferentes situaciones de la vida en la que también pueden compartir momentos felices.

Una joven que sigue resistiendo

a los embates del Covid 19

Sobrevivir a una enfermedad como la COVID- 19 que se ensañó con la población, es un milagro no solo para las personas de avanzada edad sino también para  jóvenes entre quienes muchos perdieron la vida, expresó la joven de 22 años a quien llamaremos Regina Lazo, habitante de Estelí quien todavía es atendida por las secuelas del coronavirus.

“Con una visita inesperada adquirí el virus y en menos de 3 días de presentar los primeros síntomas ya estaba en estado grave en 2021.  Pase 12 días en la posición indicada y con oxigeno debido a la baja saturación. Fui atendida en casa con toda mi familia pero diagnosticada con la prueba del Minsa en el hospital” expresó Lazo

Regina Fue recuperándose, pero a los 3 meses el asma reapareció después de años de no padecerla y “mi sistema nervioso sufrió gran deterioro”

El neumólogo diagnosticó insuficiencia pulmonar que hace que “me falte el aire, además de la presión arterial baja, padezco de confusión y cansancio extremo”

Esta situación sumada a los problemas familiares debido al alto costo de las consultas médicas y él medicamento por ser una  paciente del neumólogo, también Regina tuvo que frecuentar el psiquiatra para enfrentar la depresión.

Son graves las consecuencias que ha dejado el covid 19 en muchas personas, pero aún así la mamá de Regina, sus hermanos están siempre dándole ese apoyo emocional para poder vencer este episodio triste.

Muchos de los problemas respiratorios están siendo superados y creen que en medio de tantas dificultades la fe en Dios, les podrá ayudar para superar también las dificultades económicas agravadas por los gastos médicos.

“Dios nos dará las fuerzas y las herramientas para lograrlo” expresó  la madre de Regina.

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Claves del éxito de nicaragüenses en el extranjero

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Claves del éxito de

nicaragüenses en el extranjero

Las historias de éxito que han tenido muchos nicaragüenses en Costa Rica, España y Estados Unidos por mencionar algunos países son alentadoras y en su mayoría están ligadas a una buena actitud y la disponibilidad y el esfuerzo por alcanzar sus metas. Tal es el caso de Lisbeth Lainez.

La claridad en sus metas, el esfuerzo permanente y las convicciones de que los sueños se cumplen, forman parte de las claves del éxito que ha tenido Lisbeth Láinez, la nicaragüense que a la edad de 17 años decidió emigrar de su natal Somotillo, departamento de Chinandega en busca de sus sueños.

Pastelería Lainez ya es un referente de la buena degustación y elaboración creativa de los pasteles o tartas y servicio de cafetería en Zaragoza, municipio de España, capital de la provincia homónima y de la comunidad autónoma de Aragón.

Lisbeth Láinez nos cuenta que siempre tuvo esa chispita de buscar su autorrealización y teniendo buenos referentes en su papá y su mamá que también han desarrollado habilidades en el comercio y la administración decidió emigrar hasta la madre patria y fue recibida en la vivienda de una tía, donde su jornada de trabajo y preparación inició a partir de su llegada en el 2008.

Para viajar a España ya sea por motivos de estudios, residencia o petición de refugio, los migrantes tienen que buscar la asesoría adecuada porque los procesos duran entre uno a tres años para regularizar la estadía.

Lisbeth explicó que siempre le ha gustado socializar, por lo que estaba segura de su vocación por las relaciones públicas, la atención a las personas.

“Desde un inicio trabajé en bares” expresó Lisbeth, quien también logró laborar en museos donde hacía exposiciones de obras de arte, arquitectura, también de ropa porque “estuve en un centro comercial, en gerencia llevando el marketing. Hacíamos desfiles de modas, hacíamos pasarelas según la marca que sacaba una fábrica.

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En España existe la oportunidad de trabajar en fábricas y en residencias cuidando adultos mayores o niños, pero ante su deseo de poder socializar más con las personas, Lisbeth decidió formarse en lo que le gustaba.

A la par de su trabajo logró realizar diferentes estudios y obtuvo títulos como Azafata de congresos y Relaciones públicas, Cummity management, Marketing y ventas, Recursos humanos, Gestión de personal y Facturación electrónica.

“Desde que entras por esa puerta tienes que trabajar. Aquí una semana de vida es mucha carga para la persona que te recibe. La luz, el agua la habitación, el piso, la comida” expresó la emprendedora nicaragüense quien agregó que “cuando sales del país tienen que hacer un esfuerzo doble para poder evolucionar”.

En el 2014, Lisbeth Láinez inició su formación en el colegio de Zaragoza en temas de impuestos y como hacer un negocio y suplir sus gastos. Así es que surgió el proyecto de Pastelería Láinez.

“Es una pastelería cafetería con degustación, con tartas artesanales, con pedidos. Le damos opciones al cliente…de acuerdo a las configuraciones que le proponemos con la moda americana personalizada, caracterizamos personajes o imprimimos en papel de azúcar… y dependiendo de las expectativas mandamos a hacer los materiales. Cada día es constante la evolución” explicó Lisbeth.

Ahora con 32 años de edad, la propietaria de Pastelería Láinez considera que la idea es mantenerse y pensar que siempre hay metas por cumplir teniendo en cuenta el crecimiento del negocio que compite con las mejores pastelerías españolas y su autorrealización.

Nicaragüenses que triunfan

Una gran cantidad de nicaragüenses han tenido el ingenio para desarrollarse en distintas actividades, muchas de ellas emprendedoras que están dejando buenos frutos y aportes en la economía del país donde se desarrollan, además de que pueden ayudar a sus familias en Nicaragua.

Tal es caso de la emprendedora Chontaleña, Rosa Gaitán de 32 años licenciada en Administración de Empresas, creadora de su propia marca de ropa nicaragüense, La Maje que vende en España.
Gaitán relató que las condiciones en España han sido difíciles como para todo inmigrante, porque tuvo que empezar de cero, sin familia, pero con la plena confianza en Dios.

La Maje es una línea de camisetas y gorras con la marca y sello nicaragüense que vende en línea y “empezó con la idea, de generar más ingresos, y dar a cada Nica en España algo representativo con cada uno de ellos, como todo Nica siempre buscamos como salir adelante y más yo, tengo mi hijo el cual depende solo de mi” expresó Gaitán.

En un país tan lejano como España Rosa Gaitán experimentó también la soledad, la nostalgia de la familia, lo cual expresó es muy duro, pero actualmente dijo sentirse estable, y “seguimos con la fe puesta en Dios que las cosas avancen más”.

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“El dulce resurgir” de Lisbeth Ortega en Costa Rica

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“El dulce resurgir”

de Lisbeth Ortega en Costa Rica

Lisbeth Ortega estudió Banca y Finanzas en Nicaragua y aunque uno de sus grandes sueños es poner una pastelería, nunca se imaginó que tendría que hacerlo en el país vecino del sur, Costa Rica.

Junto a su esposo y su hija, Ortega migró a Costa Rica en febrero de 2019.  Pese a que considera que actualmente su negocio se está fortaleciendo, señala que al inicio era muy difícil abrir la puerta de este mercado.

“Pocas personas te conocen, no tengo muchos conocidos donde vivo por lo que la mayoría de las personas son costarricenses. Ellos están en su mundo y esto es uno de los grandes obstáculos”, dijo Ortega a Periodismo Unido.

Señala que aunque el negocio “va creciendo”, aun no ajusta para pagar los impuestos que exige el Gobierno de Costa Rica, el seguro y la inscripción ante el Ministerio de Hacienda.

Cifras de migración aumentan

La socióloga Elvira Cuadra, directora del Centro Transdisciplinario de Estudios Centroamericanos (CETCAM), considera que el fenómeno migratorio a Costa Rica tiene vieja data, pero que se incrementó a raíz de la crisis sociopolítica.

“Antes de 2018, la migración estaba motivada por la situación económica, pero a raíz de ese año hubo una oleada que se extendió a 2019, que se podría considerar como desplazamiento forzado por razones de persecución política”, señaló.

“En 2020, esto disminuyó significativamente y en 2021 se incrementó el flujo de migración y desplazamiento forzado. Ahí se combinan varias razones: la prolongación de la crisis sociopolítica, el efecto de la pandemia, la situación económica, la incertidumbre sobre el futuro del país y la violencia estatal sobre el pueblo nicaragüense”, añadió Cuadra.

“El dulce resurgir” Periodismo Unido
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“Me veía como administradora”

Ortega expresó que en Nicaragua siempre tuvo presente su sueño de crear una pastelería y llevar la administración de la misma.

“Siempre me han gustado las panaderías, pero nunca fue algo que hice. Lo quería crear y ser administradora. En Nicaragua teníamos una constructora y yo llevaba parte de la contabilidad. Pero mi sueño era hacer la panadería”, expresó.

“Estando acá, tuvimos que buscar qué hacer. Luego vino la pandemia y me regalaron un curso de pastelería y así fue como arranqué. Sabía que en algún momento iba a tener mi emprendimiento de pastelería, pero lo pensaba más como administradora”, destacó.

Hizo varios intentos por incorporarse al mercado laboral

Ortega señaló que antes de empezar su negocio, en diciembre de 2021, hizo varios esfuerzos por laborar en empresas en Costa Rica.

“Cuando llegué, me pagaban menos del mínimo. Es complicado trabajar acá en lo que estudiaste, porque solamente me pudieron convalidar mi quinto año y eso cuesta mucho dinero. Mandar a traer papeles de Nicaragua es muy complicado. la opción que nos dieron fue comenzar a estudiar algo diferente o estudiar de nuevo. Pero para estudiar, necesitás recursos. Es como empezar de nuevo. Sería más fácil si pudiera homologar mi título, pero es muy complicado”, señaló. 

Ortega expresó que las condiciones cambiaron rotundamente al momento de salir de Nicaragua. 

“Venía de estar bien, de mi casa, que tenía un lugar y estaba construyendo una empresa. Tuvimos que venir y traer nuestros pocos ahorros a un país que es muy distinto. Como turismo es muy diferente, pero para quedarse es complicado”, señaló.

Fuga “de cerebros”

La socióloga Elvira Cuadra señala que el panorama social de Nicaragua promueve la migración de la Población Económicamente Activa y de recursos humanos calificados.

“Es una realidad; ya está ocurriendo la fuga de cerebros. Se está yendo del país gente de la Población Económicamente Activa y quienes aportan sus mayores energías a la productividad del país”, señala.

Al respecto, señaló que Costa Rica es un país que se encuentra saturado con la gran demanda de empleo por parte de población migrante.

“Hay una fuga de recurso humano calificado. Costa Rica está bastante saturado porque el flujo de desplazados y refugiados es bastante fuerte. La gente que va a Estados Unidos, por muy calificados que sean, no siempre tienen la posibilidad de ejercer la profesión o la especialidad que tienen, por lo que llegan a realizar trabajos precarios o de baja calidad”, dijo.

Cuadra añadió que la estructura poblacional también va a registrar cambios, debido a la migración.

“Va a quedar una estructura de población compuesta por personas de la tercera edad y por niños. La fuerza de trabajo joven está buscando como salir. Por otra parte, formar recursos humanos calificados toma varias generaciones y Nicaragua lo está perdiendo”, añadió.

Una Caravana liderada por mujeres - Fotografía: Mario Marlo

Costa Rica dice “No” a más migrantes

En su conferencia de prensa semanal, el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, aseguró que revisará la forma en que los migrantes hacen solicitud de refugio político para asentarse en Costa Rica con fines económicos.

“Sin embargo, se ha utilizado el régimen de refugiados políticos, nuestra legislación, nuestra apertura por parte de grupos que no son refugiados políticos sino que son migrantes económicos”, manifestó.

Caves aseguró que la comunidad internacional no está colaborando con Costa Rica para soportar el flujo de migrantes que llegan al país centroamericano.

“La comunidad internacional no está colaborando con los recursos que necesita este país para ser un bien ciudadano mundial, lo queremos seguir siendo, pero si no hay de dónde no podemos seguir pagando, seguir aceptando gente que no son refugiados políticos que son refugiados económicos», insistió.

Una Caravana liderada por mujeres - Fotografia: Mario Marlo

Costa Rica “a tope” con migración

Previo a las declaraciones de Chaves, la socióloga Elvira Cuadra coincidió que Costa Rica está saturado a nivel laboral.

“El Gobierno de Costa Rica tiene una responsabilidad con relación a la población que está llegando desde Nicaragua buscando refugio. Pero la sociedad costarricense tiene una capacidad de absorción de esa fuerza laboral técnica y calificada que tiene un límite”, dijo Cuadra.

“Es posible desarrollar espacios cuando hay un flujo migratorio gradual. Pero en este caso, que el desplazamiento es de manera rápida, es muy difícil”, añadió.

La situación económica de Nicaragua

El Cetcam, en un reciente informe titulado “El incierto Bienestar”, señala que  durante el período 2007–2017 se registró un crecimiento económico sostenido, que tuvo una variación en 2009,debido a la estabilidad macroeconómica que el Gobierno heredó de la administración Bolaños, la cooperación millonaria procedente de Venezuela y la mejora de los precios de los productos nicaragüenses de exportación, en los mercados internacionales. 

Después, el crecimiento se desaceleró y se quedó estable hasta que en 2018, la situación sociopolítica impactó negativamente en la economía del país y perturbó de forma continuada, un sistema económico modesto, altamente sensible a la inestabilidad política y social.

El shock interno en 2018 coincide en tiempo con el descenso (iniciado un poco antes), de la cooperación procedente de Venezuela, y el desplome de los precios internacionales del petróleo. Los analistas y especialistas en seguridad social habían predicho que la quiebra del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), exigía una reforma profunda. 

Las discrepancias en torno a la reforma del INSS fue el punto de quiebre entre el Gobierno y la élite empresarial, lo que significaba que se había agotado la estrategia de crecimiento sandinista “de diálogos y consensos”.

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Sobreviven a la ausencia

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Sobreviven

a la ausencia de sus hijos

Para las familias de migrantes “el trabajo cotidiano, la mente ocupada y la comunicación por videollamadas es una manera para enfrentar la nostalgia y el vacío en el hogar”.

Hace 7 meses, el joven Jonathan Munguía emigró hacia Estados Unidos. Sus padres Marlene Sinclair y Aversio Munguía, sienten cada día su ausencia y aunque saben que su hijo está mejor fuera del país, su ausencia es inevitable. Pero gracias a su trabajo la familia puede ayudarse a solventar los gastos del hogar. 

Y es que el logro de un migrante también puede traducirse en la capacidad de ayuda que puede enviar a los demás miembros de la familia que quedan en el país, como sucede con algunas familias de migrantes en el Caribe Sur, que han podido prosperar con iniciativas de negocios que han emprendido con la ayuda económica de quienes han dejado el país en busca de sus sueños. 

Tal es el caso de la familia del migrante Jonathan Munguía. “Su madre se preocupa mucho y siempre me pregunta ‘¿Cuándo lo veremos?

La mamá me dice cuándo voy a volver a ver a mi hijo’, yo le dije: ‘Ahora sí, ahora está la tecnología. Ahí está el Facebook. Ahí está el WhatsApp, vas a poder platicar con él todos los días’, expresa Munguía padre.

Munguía es un joven con una vida económicamente muy activa, su familia son una referencia como “cambistas” o “cambia dólares”, en el centro de la Ciudad de Bluefields. Sin embargo, el joven explorando otros mercados se había establecido en Bilwi, Puerto Cabezas, con una casa de cambio en la localidad. Pero su padre comenta, que de repente le dijo que se marchaba. 

“Me dijo: Papá me quiere ir a los Estados Unidos’ y fue una noticia impactante no como para un padre porque sabes que no vas a ver a tu hijo fácilmente nuevamente, yo le dije que la vida ahí es dura. Pero aun así él se fue, ahora me comenta que está muy bien, aunque reconoce que es duro porque tiene que levantarse tempranito para ir al trabajo, debe de tomar dos rutas durante dos horas dilatadas y es diario ese trajín”, relata el padre del joven migrante.

Aunque tus hijos sean adultos, los sigues viendo como niños

“Como padres nos afecta porque ya no estás con tu hijo, y aunque ya es mayor, pues él no es un niño, es una persona que tiene 30 años, pero a pesar de eso, como padres vos queres estar con tus hijos, con tu familia”, dice Munguía tras manifestar que aprovecha las horas tempranas del día para comunicarse con su hijo, así también los sábados y los domingos cuando su vástago está libre. 

Sobreviven a la ausencia de su hijo Periodismo Unido
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  • Sobreviven a la ausencia de su hijo

Familia de migrantes

Mungia comenta, que 19 miembros de su familia han partido a Estados Unidos, dejando un enorme vacío en sus hogares.

“De nuestra la familia han partido sobrinos, primos, todos los hijos de mis hermanas, casi toditos han emigrado” para solventar el vacío de quienes dejaron la casa, los padres, hermanos y resto de familias están conectadas por el uso de la tecnología en el celular o la computadora, y las aplicaciones de videollamadas cada vez que están disponibles o fueras de sus horarios de trabajo.

“Lo más difícil aquí es sentimentalmente saber que no está, que no está junto que no le vas a estrechar la mano que no vas a abrazarlo, que hoy es un día especial feliz cumpleaños y lo vas a abrazar, o sea, no, no, no tenés eso”

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“A veces le salen sus lágrimas, porque dice que le hace falta casa, nosotros, su mamá, papá, hermanos, es porque somos personas de carne y hueso, muchas familias están viviendo esta esta situación, la manera de llevar su ausencia es comunicándonos, hay que llamar, hay que llamar por WhatsApp para verlo, porque lo miras en vivo y ya te sientes tranquilo” “Siempre debemos pensar en Dios, es el único que nos que nos puede ayudar a resolver la nostalgia, la tristeza”.

“Yo como abogado siempre tengo bastante trabajo, bastante gente, que me busca trabajo que hacer y del juzgado, entonces el trajín el movimiento en eso ahí. Yo siento que mi pensamiento se me desvanece, pero cuando llego a casa nuevamente los pensamientos de ¿cómo está mi hijo?, pero son superables, porque te das cuenta que está bien, que el Señor lo está bendiciendo”, sostiene.

 

La unidad familiar debe permanecer, aunque estén lejos. “No importa si estás en los Estados Unidos o si están embarcado o en Europa, uno siempre tiene que acordarse de su familia, el apoyo mutuo y tratar de mantener siempre la comunicación es una muestra de amor entre quienes migraron y los que están en casa”, expresa Mr. Robert.

Mr. Robert Atily, emprende con el negocio familiar “Jay Nash” ubicado en el corazón del barrio Cotton Tree, uno de los tradicionales lugares de Bluefields, el visionó la oportunidad de un negocio con el surgimiento del rancho “4 Brothers”.

Desde hace más 10 años, sus dos hijos migraron hacia Estados Unidos, uno de ellos está embarcado junto a su nuera, así que les propuso invertir en el futuro negocio y así crearon el “Jay Nash”

“Se llama Jay Nash, son los nombres de mi nuera y de mi hijo, por el apoyo que ellos nos dieron para poder hacer el negocio familiar” , explica Mr Robert.

Desde antaño cuando los visitantes llegan a Bluefields, existía la costumbre que, si llegas a esta ciudad, tenías que visitar el rancho cuatro hermanos o el “Four Brothers” es una discoteca local con infraestructura de un rancho tradicional afrodescendiente, que obliga a los visitantes a bailar el tradicional reggae, soca, y calipso, incluso hasta horas del amanecer, en sus buenos tiempos.

Mr. Robert, es un veterano vecino del local, su casa colinda con el típico rancho, una situación que tras el paso del tiempo observó que era una oportunidad de negocio. “La gente que llegaba al local buscaba comida, nosotros ofrecimos fritos, tacos, bocas y bebidas, y tuvimos gran aceptación en los clientes” señala

Ayuda familiar

“Cuando ellos (La Familia Wilson) hicieron el Rancho Cuatro Hermanos, comencé a vender fritos y entonces miramos que la venta iba muy buena y sobre todo el fin de semana y con todo eso, ahí logré hacer mi casa de concreto, y siempre doy, gracias a Dios por eso, también doy gracias a Don William, de la Ferretería el Tronco, el me ayudó con el crédito de los materiales de construcción”

Cuando Mr Robert inició el local, la casita era de madera, y ya no daba abasto en la cantidad de clientes que tenían y no podían usar la casa familiar como negocio,
así que la única manera era construir una segunda planta de la vivienda, pero debido a las limitaciones económicas y los altos costos de los materiales de construcción, era imposible hacerlo por cuenta propia.

“No teníamos suficiente espacio para poder atender la clientela a como nosotros quisiéramos entonces pensamos en hacer otra planta, donde la gente podía venir a sentarse a platicar y aprovechar de lo que tenemos y ofrecerle tanto como la comida y el buen tiempo que tenemos”, revela Mr Robert.

Con el tiempo, después de la pandemia del COVID- 19, pese a las limitaciones económicas, a causa de los bajones del negocio, Mr Robert junto a sus hijos y su nuera, lograron establecer el negocio “Jay Nash”.

Nunca quedarse de brazos cruzados

¿En algún momento pensó, qué hubiera pasado si el negocio no funciona?
“Dijimos vamos a probar como nos va, si esto funciona, bien, y si no, pues nos tiramos en otro negocio, si miramos que no funciona el piso arriba con el Sport Bar, pues podemos poner una venta de ropa y cuestiones así”, responde.

“Pero siempre ahí vamos, ahí siempre tenemos gente que vienen aquí (…) a veces estamos llamando, y ofreciendo a ellos y le están diciendo a la clientela a su a sus amigos ya sus hermanos a los vecinos que vengan a visitarnos, pues a ver el local y a ver si les gusta. Pero hay que probarlo y eso es lo que decidimos”, señala.

Desde mediados del año pasado 2021, el “Jay Nash” funciona como un centro recreativo de Sport Bar familiar que además de ofrecer comida corriente, disponen del local para rentar en eventos familiares como cumpleaños, bodas y cualquier actividad comunitaria.

En su vida, Don Roberto Lorenzo Atily Centeno, enseñó a sus hijos a trabajar con esmero y honestidad, hoy en día el negocio, además de ayudar a solventar las necesidades del hogar, también genera empleo a otras 4 personas, como cocineras, meseros, bar tender, además que los miembros de la casa también pueden emplearse en el local.

Para las familias que están separados por asuntos laborales o en busca de mejores oportunidades de vida, la distancia representa en ocasiones un obstáculo en la unidad familiar, pero para Mr. Robert con la comunicación constante es una muestra de amor en la unidad e independiente del país donde se encuentre debe mantener el respaldo a la familia.

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“No olvidemos de dónde venimos y quiénes somos”

Le preguntamos a Mr. Robert que le diría a quienes tratan de emprender un nuevo negocio y se dan por vencido sin antes experimentar que el negocio funcione.

“Uno tiene que seguir peleando y luchando para lo que quiere porque nada va a venir gratis en esta vida, uno tiene que buscar lo que necesite ya para poder seguir adelante.

“Yo les insto a que sigan luchando, uno no puede darse por vencido y decir porque caí voy a quedarme ahí, no, uno tiene que levantarse de vuelta y seguir luchando ya si son dos tres veces cinco o diez veces que sea necesario. “Ya si miramos que el negocio no funciona, pues podemos hacer otro, probar con otro tipo de negocio, pero tenemos que seguir luchando”

Remesas se duplicaron en Bluefields

El envío de remesas creció por la población migrante que sale del país en busca de mejores oportunidades de vida, debido a este crecimiento, hace unos días la agencia Western Union, abrió otra sub agencia 7, de AirPak en Bluefields.

“Existe gran necesidad de recibir remesas en la región, ya que en los últimos meses la demanda ha aumentado en un 100%.” Señala César López, supervisor de zona, por su parte Miriam Solano, administradora de la nueva sub agencia, informó que el objetivo principal es descongestionar la sucursal del barrio Central de Bluefields, donde se concentra la población.

Solano destacó que antes del mes de agosto recibían un aproximado de 4 mil remesas mensuales, pero desde septiembre están recibiendo más de 8 mil remesas por mes.

Para la socióloga costeña, Ana Chow los procesos de migración interna y externa puede incrementarse debido a una combinación de factores ambientales, económicos y políticos que ejerce presión sobre los recursos naturales. “Tras el paso del huracán Julia considera que hay un impacto en los procesos migratorios debido a los efectos del cambio climático sobre los niveles de producción agrícola.


“La vulnerabilidad de nuestras comunidades que han sufrido diversos fenómenos naturales y que nos han estado golpeando fuertemente en los últimos años, ha venido verdad a debilitar la producción en nuestras regiones y muchas personas de nuestras comunidades tienden a emigrar, interna o externa porque hay una necesidad de encontrar tierras más firmes, hay también muchas personas qie están buscando las cabeceras municipales, ya sea Bluefields y todas sus alrededores y posteriormente buscan migrar hacia otro país” señala Chow.


De acuerdo a la socióloga estas movilidades, genere la escasez de personas calificadas o especialistas en ciertas áreas profesionales “Uno de los efectos de las migraciones es que podamos ir perdiendo nuestros talentos, porque existe una naturaleza de satisfacer las necesidades básicas, cada persona está en busca de mejores condiciones para su supervivencia”

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Migrantes: ​Entre sueños y esperanzas​

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Migrantes:

Entre sueños y esperanzas

Gabriel Martínez Rivas sufrió en carne propia el rechazo y la discriminación de ser un migrante nicaragüense e indocumentado en España. Sin embargo 4 años después, logró superar las dificultades con tenacidad y mente abierta. Él es una muestra de que en “La hora más oscura del día es justo antes del amanecer” .

El joven nicaragüense debió realizar diversos trabajos temporales para sobrevivir en España y luego la misma adversidad a la que se enfrentó lo llevó a emprender iniciativas como incursionar en la fotografía y, capacitarse en otras tareas, las cuales le han permitido mejorar cada día su condición económica aún lejos de su patria.

Con una visa de turista Martínez, ingresó a España donde como guía llevaba que una tía suya vivía en Zaragoza. Junto a sus esperanzas de continuar sus estudios, a lo mejor una maestría en su profesión de comunicador social, por lo que en su maleta, este joven matagalpino, había incluido su cámara fotográfica y su computadora.  

Sin embargo, muy poco le  duró la ilusión, pues se topó con la realidad que para sobrevivir había que asumir los gastos de permanecer en ese lugar, la renta de una habitación, alimentación y sostener otras necesidades.

Para ello debió enfrentarse a una serie de limitaciones desde la xenofobia, por no ser “blanco ni ojos azules”, hasta el maltrato incluido de grupos mafiosos de latinos que disputan el trabajo entre los indocumentados. La adversidad que enfrentó Martínez y la necesidad de sobrevivencia también le llevó a abrirse camino el que  encontró en la fotografía, en la cual ahora se desempeña.

El caso de Martínez no es único, y es tan solo un ejemplo de las condiciones a las que deben adaptarse los migrantes nicaragüenses luego de pisar tierras extrañas. También demuestra la suficiencia y el arrojo con que muchos nacionales fuera de sus hogares han sabido enfrentarse a todo tipo de adversidad.

Las personas que migran de países como los de Centroamérica, en este caso de Nicaragua, deben conocer que en los países de destino, “se aprovechan de vos porque saben que no tenés papeles, porque saben que necesitan de un trabajo, necesitás comer, pagar la habitación, entonces necesitás también ayudar a tu familia que está en el extranjero, entonces te dicen bueno es lo que hay , si lo querés o lo dejas , y entonces pues uno lleno de incertidumbre dice me quedo aquí, y es la historia que se repite con cada migrante que viene en su mayoría son mujeres, las cuidadoras”, dice Martínez.

 

Empezar de cero

Gabriel Martínez, estudió filología y comunicación, pero normalmente  trabajó en el área de comunicación institucional con organizaciones no gubernamentales y hace 4 años dejó Nicaragua, decidido a buscar  “otros rumbos”.

En un inicio, “llegas lleno de dudas sin conocer a mucha gente (…) entonces eso te limita bastante también, una cultura diferente, un clima diferente, porque vine en el mero otoño que hacía frío, claro, también la parte bonita de la seguridad que existe, del orden que existe acá en este lado”, refiere Martínez.

Igual que Martínez la mayoría de migrantes nicas que han dejado su patria, cuando llegan al país de destino les toca trabajar en todo tipo de oficio, la mayoría para su sobrevivencia realiza labores que nunca pensaron hacer en sus hogares, pero son las actividades que mayor demanda tienen.

Ese cambio para el nicaragüense representaba “empezar de cero”, y debido a su condición migratoria que pronto fue de irregular le tocó trabajar “de lo que me saliera”, pues el título obtenido en Nicaragua “aquí eso no me vale para nada, no podés homologar”.

“No tenés papeles, tenés que trabajar a como dicen aquí trabajar en negro, que quiere decir trabajar en negro, trabajar sin cotizar seguridad social, en primer lugar, estar ilegal y que si el Ministerio del Trabajo te descubre o descubre a un empleador, descubre a tu patrón que te está dando trabajo pues va multado. Entonces la mayoría de migrantes lo que hacemos cuando llegamos sin papeles es irnos a meter como internos, e internas, que somos cuidadores de ancianos”, relata el joven.

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Y fue así como Martínez empezó a experimentar el pasar por diversas actividades laborales que le permitieran la sobrevivencia, a la espera de que en tres años pudiese regularizar su situación migratoria. Pero mientras esa documentación llegaba el joven tenía que aceptar todo tipo de trabajo.

Empezó como cuidador de un adulto mayor que estaba discapacitado: “Yo pasaba prácticamente todo el día, con el señor Julián y hacer un trabajo que yo en mi vida había hecho, porque si puedo decirte que en algún momento yo llevé a mi abuelo o a mi abuela al centro de salud, y fue lo máximo que hice cuidando ancianos en mi país. Pero aquí tenía que hacerle todo al anciano, desde limpiarlo, bañarlo y darle de comer, llevarlo de paseo en su silla de ruedas llevarlo de paseo al parque, entonces se le suma ese cambio drástico”.

Al pago precario que recibía el joven por esa labor, se le sumó enfrentar todo tipo de adversidad, “yo sufrí mucho racismo, mucha xenofobia, por parte del mismo señor que cuidaba por parte de la familia incluso. Pero hay gente que ha sufrido mucho más”.

Esto se ve expresado, según comenta en apodos, estigmatización, por ejemplo, cuando Martínez ingresaba al edificio donde trabajaba como cuidador del adulto mayor, los vecinos empezaban a decir: “¿Quién es ese chico que viene diario? Hay que tener cuidado con este chico, ‘porque no me miraban blanco ni ojos azules’”, comenta Martínez desde una mirada retrospectiva.

Una vez que muere el adulto mayor, que representaba el trabajo de Martínez, este se vio obligado a realizar todo tipo de trabajos, “como decimos en Nicaragua, rumbero”, que va desde ayudante de cocina, camarero y hacer trasteos, hasta largas jornadas nocturnas en los hospitales como cuidador de pacientes.

“Eso hice mucho durante mi estadía de ilegal, hice mucho que hay familias que no pueden ir a cuidar al anciano que está en el hospital, entonces contratan gente latina, ahí predominan los latinos. Tenía yo contacto igual me llamaban vení hacer una noche en el hospital, igual mal pagado desvelado toda la noche, pero ideay, era lo que había”.

En esa labor Martínez también conoció la existencia de grupos mafiosos de latinos en los hospitales que se imponen sobre otros indocumentados en cuanto al control en el cuido de los pacientes. De esa manera los indocumentados que no pertenecen a esos grupos reciben menor pago por el cuido de los pacientes que puede ser de 10 euros por la noche cuando el pago real oscila entre 20 y 25 euros.

“Mafias del mismo latino que ya son dueñas de los pacientes en los hospitales (…) te dicen: ‘Pero aquí yo estaba antes’, ‘yo siempre he estado aquí. No se a qué vienes tú’”.

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Fotógrafo de paisajes

En su búsqueda por obtener ingresos extras, Martínez que ha sido aficionado a la fotografía y nunca dejó de lado su cámara con la cual se dedicaba a captar imágenes de paisajes y sitios turísticos, empezó también a brindar servicios de sesiones fotográficas. Y así fue interrelacionándose con otros latinos que buscaban sus servicios para que les realizara sesiones con motivo de cumpleaños, bodas y otras celebraciones.

“Resulta que la comunidad latina comenzó a verme que yo hacía fotos, y bonitas, les gustaron siempre me llamaban: ‘Que quiero una sesión de fotos que voy a estar de cumpleaños, que quiero una sesión de fotos para mi hijo’ (…) cualquier actividad o evento, entonces yo estaba cuidando, claro al señor, pero nunca dejé de hacer fotografías no me consideraba en ese entonces como un fotógrafo profesional que hasta la vez he ido profesionalizándome”, relata el migrante.

El joven tomaba en cuenta sus limitaciones, así como los esfuerzos de las personas a quienes les ofrecía el servicio para no cobrar de forma exagerada.

“La comunidad latina es muy importante para mí, porque son los que me dan más trabajo, la comunidad latina siempre me busca, porque esto es un trabajo que va de boca en boca (…) y muchas veces el latino te prefiere”, expresa.

Llegó un momento en que el nicaragüense quedó sin empleo, por lo que empezó a visibilizar las alternativas con que contaba para ganarse la vida. Fua así que se inclinó por las posibilidades de dedicarle mayor tiempo a la fotografía. Y consciente que de fotografía solo conocía lo que en un semestre le habían impartido en la universidad, decidió capacitarse. Y aunque en ese país el Estado ofrece muchos cursos para quienes deseen estudiar, el joven no podía hacerlo por su condición de indocumentado.

Martínez optó por ingresar a una galería de arte en Zaragoza, una escuela con 44 años de experiencia en la enseñanza, y así estudió fotografía donde “poco a poco fui afinándome” en el campo   que es tan amplio.

A mediados de 2022 Cáritas Zaragoza promovió un concurso para reflejar la solidaridad que existe entre sus colaboradores, por lo que Martínez decidió participar con uno de sus trabajos, una fotografía que reflejaba el comercio justo. Y fue uno de los 20 trabajos seleccionados para ser expuestos.

Cuenta que en una feria donde había productos como café y artesanía nicaragüenses que lo trasladó a su tierra natal, captó el momento con su lente donde reflejaba el comercio justo.  

En la exposición su foto le gustó al jurado y el joven fotógrafo considera que le sirvió como incentivo.

 Y aunque ahora ya ha regularizado su situación migratoria está consciente que como migrante “muchas puertas se te cierran, se te estrechan, pero el camino lo tenés que ir haciendo como sea, ir bordeando los obstáculos, me ha tocado, ir tocando puertas metiéndome de aquí para allá, buscando como sortear toda esta competencia”, pues en esa profesión en la que ha incursionado “hay fotógrafos muy reconocidos que llevan toda una vida aquí y son los que la gente prefiere en este caso”.

Además, es de la idea de que hay que ver el lado positivo, de que en esta vida todo es aprendizaje. Y es así que ha continuado capacitándose y en base a su experiencia en Nicaragua donde trabajó con organizaciones no gubernamentales sacó un curso de monitor en tiempo libre y así aplicó para un trabajo en una ONG española que trabaja con niños hijos de personas migrantes que les permita insertarlos en la cultura de ese país europeo.

De esa manera trabaja en actividades recreativas con niños de unas 30 nacionalidades, incluidos nicaragüenses, así como de África, de Guinea, de Marruecos, de Argelia, de Ukrania, Rusia, Colombia y El Salvador.

“Esto es una riqueza grandísima trabajar con estos niños y ayudarlos a que estos niños se adapten tal y como yo me adapté, claro ya venía más preparado mentalmente, pero un niño que viene de África, o cualquier país de África, pobre que tuvo que cruzar el mar en patera, llegó aquí y viene a otro mundo total diferente, no hablan el mismo idioma tengo niños con los que me comunico mostrándole, por señas”, sostiene Martínez.

Y aunque recuerda que en Nicaragua había trabajado con niños en situación de riesgo, la experiencia actual es única, pues hay niños “que en su vida se han subido a un tren, o nunca han ido a una piscina (…) nunca han visto tanta agua, para ellos es algo maravilloso”.

Fenómeno similar para Centroamérica

Y aunque el fenómeno es histórico y es similar en otros países de Centroamérica, a simple vista el flujo ha incrementado en los últimos meses. En Nicaragua se ha visto reflejado en las largas filas frente a las oficinas de la Dirección de Migración y Extranjería (DGME), del Ministerio de Gobernación y en los grupos que cada vez son mayores de personas que hacen uso de transportes de excursiones hacia Guatemala.

 

Hasta el momento no hay un dato oficial que precise cuantos nicaragüenses han optado por dejar sus hogares y su país en lo que va del año. Pero los datos oficiales de la DGME sobre algunos servicios ofrecidos en los últimos dos meses pueden servir como indicativo de como está la migración nicaragüense.

Al hacer un recuento de los informes que la DGME hace cada semana sobre los servicios que brinda  podemos confirmar que solo en un período de dos meses que se contabilizan entre el 3 de septiembre y 4 de noviembre de 2022, la DGME ha extendido 59,295 nuevos pasaportes a nicaragüenses,  donde la semana con menor demanda fue entre el 10 al 16 de septiembre de 4,622 documentos, esta baja probablemente tuvo que ver con los días feriados, y a la de mayor demanda que registra un pico mayor de 8652 pasaportes entre el 29 de octubre y el 4 de noviembre.

Además, ante la demanda la DGME anunció servicios en línea.

El informe Estado de la región 2021 en su introducción resalta que “La migración nicaragüense es un fenómeno histórico multicausal caracterizado por el surgimiento y desarrollo de diversas ‘oleadas’, es decir, movimientos masivos de personas hacia otros territorios”.

Y destaca también, que “Las diferentes oleadas migratorias se han producido como resultado de los altos niveles de pobreza y la falta de empleos, la exclusión social y las crisis económicas, así como la violencia política, las revoluciones, las guerras, las masacres y los enfrentamientos a lo largo de la convulsa historia del país”.

El informe destaca, que los países centroamericanos han presentado distintas olas de migraciones tanto internas como externas a lo largo de su historia, propiciadas principalmente por la búsqueda de mejores oportunidades económicas.

Sin embargo, refiere que “distintos episodios de violencia, guerras, inestabilidad económica y represión política han conducido a importantes flujos migratorios en las últimas décadas”.

 

De acuerdo con analistas sobre el fenómeno y diferentes informes que han abordado el tema la oleada migratoria es multicausal y no es solo la región centroamericana la que ha sido afectada, sino que incluye a países sudamericanos que también usan de tránsito al istmo en busca del norte.

Los lugares de destino son variados pero diversas organizaciones que han mantenido un monitoreo sobre esta actividad han señalado que en el caso de Nicaragua su primera opción ha sido Costa Rica, Estados Unidos y en los últimos años Europa, particularmente España.

Migración - Fotografía: Mario Marlo

México “un tapón” para migrantes

En el pasado la ruta por tierra rumbo al norte había sido utilizada en menor proporción por los migrantes nicaragüenses en relación con el resto de las personas de la región. Pero en los últimos tiempos la situación ha variado y muchos de ellos han quedado atrapados en México sin poder continuar a Estados Unidos. Aunque la situación que atraviesan los migrantes hacia el norte no es diferente a la relatada por Martínez en España.

 Y es que, según la docente mexicana y estudiosa del fenómeno, Amarela Varela, “México es un tapón” para los migrantes, pese a que México también es expulsor de migrantes.

A criterio de la académica, a los migrantes los empuja una serie de causas político-sociales, una violencia de mercado, empobrecimiento extremo, hambre, precariedad y violencia patriarcal, muchas mujeres migrantes afirman que son objeto de violencia intrafamiliar, violencia sexual por parte de familiares, de vecinos empleadores entre otros.

Del millón de eventos de intentos al año para ingresar a Estados Unidos por las fronteras mexicanas, dice, que 8 de cada diez veces son deportados y una misma persona puede intentarlo varias veces.

Ella considera que, para algunos países de la región, sobre todos los del llamado Triángulo Norte, su país no solo es un país de tránsito, sino de destino, pues desde los años 90 se ha producido, lo que en migraciones se les llama las cadenas migratorias, como resultado de las guerras de contrainsurgencia ante el sueño de liberación nacional de algunos pueblos. Y de esa manera se asentaron estas comunidades en el sureste de México.  

Y en los últimos años después de la militarización de las políticas migratorias han surgido las demandas de refugio político en México que no son atendidas por el Estado de México. Menciona la académica que mientras México cuenta con 48 mil efectivos de la Guardia Nacional, que tiene como una de las principales tareas la vigilancia de la migración en las fronteras, esa nación apenas cuenta con 300 agentes de la Comisión Mexicana de Apoyo al refugiado.

 

La docente explica, que en México no hay políticas para integrar a las personas que se quedan atrapadas en su territorio, lo que llaman “la transitoriedad perpetua”, donde la respuesta a una persona que solicita puede durar hasta 3 años. Mientras tanto estas no tienen permiso para trabajar, por lo que deciden abandonar sus causas y viven sin documentación, situación que los expone a vivir sin una serie de derechos, incluido a una contratación legal de trabajo y aceptan realizar actividades que los coloca en desventaja. A esto añade, que estas personas sufren lo que calificó de “racismo social, porque los pobres persiguen a otros pobres como competencia”.

Actualmente por México pasan no solo los centroamericanos en mayor proporción hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, sino que ha aumentado en los últimos tiempos la presencia de personas venezolanas, haitianas y africanas.

A criterio de la académica la migración no se ha detenido ni siquiera con la pandemia de COVID-19 y más bien estima que fue utilizada como una herramienta de mayor control migratorio y profundizó las violencias estatales. Y en lo que respecta a México, donde también hay desplazamiento forzado hacia Estados Unidos y Canadá, más bien ha aumentado las desigualdades.

En cuanto a los cientos de miles de migrantes que quedan atrapados en su país, Varela estima que la violencia y la precariedad de estos se ha normalizado.

Y aunque también reconoce que “hay una tensión y una angustia social” que provoca manifestaciones de solidaridad de movimientos sociales, sobre todo, también considera que “se ha engordado mucho la industria de la caridad” del rescate en torno de la migración, que sigue siendo un tema más dentro de la agenda de ese país, donde únicamente se habla de desapariciones, violencia de Estado, asesinatos e impunidad.

La misma Varela expone en Ibero Forum, bajo el título México de “frontera vertical” a “país tapón”, migrantes deportados, retornados, desplazados internos y solicitantes de asilo que fue en octubre de 2018 cuando “comenzó un cambio gramatical, un giro copernicano, en la historia de México como país de tránsito, destino y retorno de millones de seres humanos”.

Varela también señala en su escrito cómo los migrantes atraviesan México “pagando todo tipo de extorsiones, experimentando todo tipo de violencias, repito, en su mayoría a cargo de funcionarios públicos como agentes de migración, policías y militares”.

Migración - Fotografía: Mario Marlo

Similitud en la región

Desde su experiencia en Honduras, Mercedes Pérez observa por su parte que el fenómeno es similar en todo Centroamérica y es muy complejo porque aparte de la población centroamericana que emigra, los países de la región sirven de tránsito a la población de América del Sur que va rumbo hacia Estados Unidos.  Los migrantes del Norte de Centroamérica buscan migrar a Estados Unidos, Canadá, y España, que son países de destino que ya también utilizan los nicaragüenses, quienes históricamente migraban en primer lugar más hacia Costa Rica.

“Es una situación mucho más complicada ahora y aparte también está el tema de deportaciones, Honduras se convierte en un país de origen porque expulsa mucha gente, también es un país de tránsito y también es un país de retorno”, dijo Pérez.

El tratamiento que le ha dado Honduras al fenómeno es complejo porque ni siquiera puede dar respuesta a su población deportada, destaca Pérez, quien señala que en el caso de su país las afectaciones primero por la pandemia de COVID-19, después las afectaciones de Eta y Iota, que les impactaron como tormentas tropicales y en Nicaragua fue en condición de huracanes, así como “las últimas tormentas que vinieron a agudizar las condiciones de pobreza que ya tenemos”. En el caso de Nicaragua los daños más recientes fueron a causa de las inundaciones provocadas por el Huracán Julia.

Pérez recuerda, que, tras Eta y Iota, en San Pedro de Sula, por ejemplo, miles de familias quedaron en las calles viviendo en casitas de nylon “y esas fueron las que tomaron la ruta migratoria, perdieron sus medios de vida”. A esto le agregó una serie de factores que contribuyen para que la gente decida a abandonar el país y buscar mejores derroteros, como es el hecho que los hondureños aún recienten el de los 12 años del gobierno anterior “que saqueó el país, actividades de narcotráfico, despojo del territorio, desplazamiento forzado”.

A esto agrega, que el narcotráfico está obligando a la población a salir de algunas comunidades, por ejemplo, menciona de La Mosquitia, hondureña, que “es donde se ha visto mucho este negocio de la narcoactividad y ha dejado muchas víctimas y a raíz de eso se están moviendo”. A esto añade la población campesina e indígena con mayor arraigo de sus tierras también en los últimos años han abandonado el campo en busca de nuevas alternativas.

Travesía bajo riesgos​

Y a diferencia de la forma que migró Gabriel Martínez, en las nuevas oleadas de migrantes nicaragüenses al igual que de otros países utilizan la vía irregular, por tanto, están expuestos a diferentes peligros. Aunque en el caso de Nicaragua últimamente utilizan las empresas de excursiones con destino a Guatemala, donde está vigente el CA-4 y luego con ayuda de “coyotes” o bajo riesgo, inician una travesía como indocumentados por territorio mexicano.

Y sobre todo actualmente que familias enteras abandonan sus hogares, las mujeres, niñas, niños, adolescentes y jóvenes, son los sectores de mayor vulnerabilidad.    

Mercedes Pérez, gerente del Programa de Apoyo Retornados de la Comisión de Acción Social Menonita, en Honduras, refiere que en su país hay empresas de transporte que hacen viajes directos a Tapachula, en otros casos aparentemente, dice,  están organizados los transportistas con las autoridades, pues “la gente paga un dineral y pasan como si nada”. Y la otra modalidad son las caravanas, aunque se mira en menor cantidad, a diario siguen saliendo cantidades de personas quienes hacen uso del CA-4 y  por puntos ciegos con apoyo de “coyotes”, siguen rumbo al norte.

Fotografía: Mario Marlo

Desde su perspectiva

Pérez, quien trabaja con el Programa de Apoyo Retornados de la Comisión de Acción Social Menonita, en Honduras, considera que los centroamericanos se exponen a todo tipo de riesgos al cruzar el territorio mexicano. Sin embargo, aunque estám consciente de ello, siguen haciéndlo, “primero porque es una ruta que para los centroamericanos se hace mucho más fácil, conocen de alguna manera Guatemala, México”.

Además, Pérez piensa que “la desesperación de la población es tal que no les importa exponerse a las situaciones, que ya conocemos, por ejemplo, las mujeres que terminan en manos de grupos de traficantes, de trata de personas, de explotación sexual”.

Pérez refiere, que hay cantidades de personas que están en manos de secuestradores, de los cárteles pidiéndoles hasta 7,000 dólares para que sean rescatados. Aún así la gente se sigue exponiendo, menciona casos de personas que han muerto encerrados, pero pese a “esa tragedia la gente continuó viajando en camiones”.

“Se enfrentan a todo tipo de riesgos, a que sean secuestrados a que los asesinen o vayan a terminar en grupos de explotación sexual, tráfico de órganos, ya se denuncia desapariciones de niños, niñas, se ha encontrado incluso caso de menores que están siendo explotadas en México, y desaparecieron de aquí como si nada, son niñas que también a través de las redes sociales son contactadas. Ellas creen que les están dando una oportunidad de trabajo, las engañan terminan cediendo y al final terminan en esos grupos de explotación sexual”, comenta Pérez.

Tras destacar, que como las redes sociales se vuelven peligrosas, pues en el caso de  Honduras ya hay denuncias de casos menores captadas por tratantes de personas a través de las misma. “Justamente ayer estaba escuchando a una madre, que dijo que sus dos hijos desaparecieron, hicieron una cita por internet con una persona fueron a las citas, ya no están, están preocupadas, hay redes de trata, que, por redes sociales, están engañando mucho a los menores de edad, jóvenes, adolescentes”.

Una lideresa en el norte de Nicaragua, que prefiere el anonimato, dice que es muy conocido que las mujeres nicas que deciden migrar de previo contemplan el uso de anticonceptivos, porque desde un inicio no descartan que entre los peligros que deben afrontar sea la violación y así evitan un embarazo.

Lo que a criterio de la lideresa eso representa “naturalizar la violencia que van a vivir, pero todo esto es una consecuencia trágica de que tengan que irse de sus casas y la vida que han llevado aquí”.

Para lograr irse las familias han vendido sus casas o empeñado sus casas y animales, que muchas veces con consecuencias fatales o mueren en el Río Bravo, o retornan con deudas lo que implica que regresan en peores condiciones.

Algunos indicadores de los niveles de migración en el norte del país, según la lideresa, es el hecho de las ventas de casas a bajos precios, las comunidades vacías y que se refleja por ejemplo la falta de mano de obra para el corte de café o en trabajos realizados por mujeres.   
Menciona que en el norte hay comunidades como El Coyolito, de La Concordia, alrededores de Jalapa, San Nicolás donde mucha población ha migrado. En el norte hay buses que trasladan a la gente hasta las fronteras. 

Pérez no descarta que al igual que en su país, en el resto de la región, continúe más fuerte el movimiento migratorio. Ella se basa en el número de deportados en ese país, que por ejemplo en el presente mes   ya casi alcanzan las 80,000 personas deportadas, que en relación al mismo mes del año pasado no llegaba a las 11,000  personas. Y quienes regresan a su país lo hacen con una situación más precaria, porque han vendido sus pocas pertenencias o asumieron deudas, dejaron sus empleos para pagar a un coyote por el traslado que va desde 5,000 dólares a 13 ,000 dólares. Hay otros casos que por falta de recursos se fueron solos por puntos ciego y cuando son deportados regresan en peores condiciones. Esta situación descrita por Pérez es un hecho que se repite en los países centroamericanos.

“Yo conozco a gente que dice mire yo agarré la ruta con mis hijos y ahí vamos preguntando, pero no conocemos, esa es la gente que no lleva nada que no tiene nada, se van pobres y cuando los deportan, viene aquí en un estado miserable”, apunta Pérez.

Esa situación les hace temer que aumente la extrema pobreza, al no contar estas personas retornadas con oportunidades para insertarse en la vida laboral. O en su lugar dice “la gente va a tomar nuevamente la ruta migratoria”, pues hay personas que lo ha intentado hasta 10 veces “y muchas veces son jóvenes que dicen lo volverán a intentar hasta que llegan”.

Y aunque Pérez reconoce que la migración es un derecho, pero debe ser “siempre y cuando la gente pueda regularizarse, pero estes es un sueño”.

“La gente sabe de los riesgos a que se exponen, pero mientras tanto no mejoren las condiciones en nuestros países, pese a muchas campañas la gente va a continuar porque hay desesperación, pobreza, necesidad de mandar a sus hijos a escuelas (…)”, señala Pérez.

Un diagnóstico realizado por World Vision sobre el tema migratorio en El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua, refiere que desde el inicio de 2021, el número de niños, niñas y adolescentes migrantes de manera irregular provenientes de la región centroamericana ha aumentado de manera considerable.

Al tiempo que menciona que ese segmento de la población se ve más afectada por las diferentes vulneraciones de derechos a los que se enfrentan, tanto en su lugar de origen, como en el trayecto del viaje irregular.

Sobre las causas que motivan a migrar de manera forzada a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes y sus familias antes y durante el contexto de pandemia y los fenómenos naturales ETA y IOTA, menciona cuatro razones fundamentales que propician la migración: La falta de oportunidades, especialmente de carácter económico; incluido el acceso a servicios básicos y educación, la reunificación familiar, la inseguridad ciudadana y el maltrato (físico y psicológico en los hogares).

Pérez indica que anteriormente se miraban solo jóvenes entre quienes migraban y luego se sumaron las mujeres, ahora se van las mujeres y los hijos. Luego son deportados se da la separación familiar.

Una Caravana liderada por mujeres - Fotografía: Mario Marlo

Añorando el retorno

Aún con los logros alcanzados en los países donde se han asentado y buscan adaptarse, los migrantes nicaragüenses añoran la tierra que los vio nacer y no descartan el retorno. Es lo que anhela Martínez.

“Me gustaría regresar en un futuro no muy lejano y contribuir en el desarrollo del país, enseñar de lo que ha aprendido tal vez en alguna Universidad, en alguna escuela de arte. Formar a las nuevas generaciones”, comenta Martínez a quien desearía ser profesor de fotografía, o de literatura.

Igualmente, al joven fotógrafo le gustaría captar con su lente los paisajes de Nicaragua y “darlos a conocer ahora que tiene mayor conocimientos fotográficos”, a su vez promover el turismo, a lo mejor desde Europa.

Entre lo que más extraña Martínez son esos días con su familia o sus amistades, así como los sabores de su tierra natal Matagalpa, las tradiciones como La gritería (7 de diciembre), las fiestas patrias, sobre todo lo relacionado a las bandas musicales.

Y algo tan simple, apunta, como “irse a sentar en un bar con los amigos, todo se vuelve añoranza. Esos momentos únicos de compartir con los amigos y por supuesto las tradiciones”.

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Nicas sobreviven en Costa Rica con el arte de las manualidades y gastronomía típica

Nicas sobreviven en Costa Rica con el arte de las manualidades y gastronomía típica

La gastronomía y las manualidades son las principales formas de sobrevivencia que han encontrado muchos nicaragüenses, especialmente las mujeres, que han emigrado hacia Costa Rica, ante la falta de una oportunidad de empleo para llevar ingresos a sus hogares.

Junieth, es una joven que ha encontrado en la cocina nicaragüense con platillos como el indio viejo y los nacatamales, una forma de ganarse la vida en Costa Rica. Ella asegura que al encontrarse fuera de Nicaragua le ha permitido expandir sus ideas de no quedar estancada y confiada en un trabajo estable, ella está contenta porque sus productos han tenido muy buen a aceptación.

Ruth Blass, es una arquitecta nicaragüense que emigró a Costa Rica, y  para sobrevivir creó una iniciativa de manualidades “Chereques Ruth”.

La idea del emprendimiento es, fue porque “tenemos que buscar una manera de como sobrevivir, de como generar ingresos para nuestras familias”

“Esta es una forma de generar ingresos,  soy de profesión arquitecto, pero acá no puedo ejercer, entonces me he dedicado a emprender con acá “Chereques Ruth” he tenido gran aceptación, tanto entre las personas de Costa Rica como los nicaragüenses”, apuntó Blass.

“Aquí con la voluntad de Dios todo se le da”, dijo Sofía, otra nicaragüense quien recordó que “la mujer nicaragüense es muy trabajadora, muy emprendedora”.

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  • Nicas sobreviven en Costa Rica con el arte de las manualidades y gastronomía típica

El nicaragüense es buen trabajador

Mientras que Darwin Valenzuela, es otro ejemplo, con un trabajo estable y un ingreso “competitivo” afirmó, que poco a poco ha logrado superarse después de más de cuatro años de permanencia en el vecino país.

Desde hace dos años, Valenzuela se desempeña en el departamento de ventas de una microempresa costarricense dedicada a la venta de insumos y maquinarias para la preparación del café, donde sostiene tiene buenas condiciones laborales. 

Valenzuela ya se ha trazado una meta de continuar sus estudios, concluir una carrera universitaria para conseguir un mejor trabajo. Esto porque “a pesar de que estoy bien, siento que puedo avanzar más todavía”.

Valenzuela comenta que conoce de nicaragüenses que han logrado superarse en ese país, como pequeñas empresas con las que han emprendido, puso de ejemplo el caso de un amigo suyo que aprendió el oficio de panadero y luego creó su empresa panadera, que a su criterio “es una panadería exitosa”.

EL joven señala “la oportunidad sí, está acá. Hay que saberla aprovechar, sacarle el máximo provecho a lo que yo he aprendido acá de lo que se dice del nicaragüense: que es muy trabajador, nunca le dice no al trabajo”. Por tanto aconseja a otros migrantes nicas que deben “echarle ganas, porque las oportunidades si están acá y si se puede salir adelante”.

Y añade: “He visto gente que ha avanzado mucho, se ha superado mucho, otros se han quedado estancados, otros se han regresado. Siento que hay que dar un poquito más (…) y dar todo el empeño y conseguir algo mejor con vista al futuro”, apuntó Valenzuela.

Migración activa

Según el estudio En busca de una ilusión, del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM), el comportamiento de la migración nicaragüense en el período 2018 – 2021,  “los flujos migratorios son dinámicos, cambian constantemente dependiendo de las motivaciones, las características de las personas migrantes, sus condiciones datos y las normativas migratorias”.

Y recuerda que Costa Rica, históricamente ha sido receptor de migrantes nicaragüenses, que de acuerdo el Observatorio Demográfico 2018 de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), es el país de América Latina con el mayor porcentaje de inmigrantes entre su población, que es del  9% y la población nicaragüense representa casi el 75% de ese universo de extranjeros que integran la población costarricense.

De acuerdo al informe fue hasta en 2020 que cambió la realidad migratoria a causa de la pandemia por COVID-19, que “ralentizó el flujo migratorio de

nicaragüenses debido a las estrategias de contención y prevención sanitaria

establecidas a nivel mundial en 2020”. Y en ese caso “Costa Rica estableció un fuerte operativo fronterizo en la línea limítrofe con Nicaragua para evitar el ingreso de nicaragüenses”, recuerda el informe de CETCAM.

Migran por falta de oportunidades en el país

Mientras tanto un diagnóstico de World Vision, realizado en Centroamérica sobre la movilidad de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en los municipios atendidos por ese organismo en los países El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua, que integran el Convenio Centroamericano de Libre Movilidad (CA4), indica que entre las cuatro razones fundamentales que propician la migración están: La falta de oportunidades, especialmente de carácter económico; incluido el acceso a servicios básicos y educación, la reunificación familiar,  la inseguridad ciudadana y el maltrato (físico y psicológico en los hogares).

Con relación a las vulneraciones a derechos de este segmento poblacional durante el tránsito migratorio, nueve de cada 10 personas entrevistadas conoce los riesgos que se afrontan en el camino. Sin embargo, en tres de los cuatro países (con excepción de Guatemala), las personas están dispuestas a migrar. Los factores de expulsión son fuertes y prioritarios, con lo cual a pesar de los diversos riesgos se mantiene la decisión de buscar nuevas y mejores oportunidades, refiere el diagnóstico de World Vision.

El diagnóstico de World Vision, tiene como propósito analizar este hecho antes y durante el contexto de pandemia y los fenómenos naturales Eta y Iota, que afectaron a la región.

“En cuanto a las acciones que harían cambiar de decisión, las principales respuestas están directamente relacionadas con factores de carácter económico (trabajo fijo, mayores/suficientes ingresos)”, refiere el informe en su resumen ejecutivo.

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Mujeres jefas de familia enfrentan más los efectos económicos de la COVID-19

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Mujeres “empoderadas” se reinventan y emprenden

Mujeres jefas de familia enfrentan más los efectos económicos de la COVID-19

Marcia es licenciada en comercio internacional y prefirió compartir su experiencia bajo el anonimato. Ella es una joven madre que trabaja por cuenta propia como asesora digital, sobre lo cual aclara su labor “va más allá de redes sociales”.

En el caso de Marcia antes de 2020, cuando comenzó la pandemia de COVID-19, las condiciones en su familia ya “eran precarias”. Poco a poco ella miraba como desaparecía un negocio familiar que les había llevado 18 años conservarlo, a causa de  las pocas ventas debido a la recesión económica por la situación político social del país.  

Y aunque comenta que en un inicio con la pandemia lograron levantarse un poquito con las ventas de alcohol llegó un momento que no pudieron sostener el negocio. 

“Al cerrar un mes nosotros no aguantamos, como pequeña empresa no aguantamos y luego toda la familia cayó enferma de COVID”, 

recuerda.

Al final el virus le vino a poner la lápida al negocio. Junto con los cinco familiares que le arrebató la pandemia Marcia también vio desaparecer el negocio que representaba el ingreso familiar.

De acuerdo a los datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y  publicados por el Observatorio de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), en Nicaragua entre 2020 a julio de 2022, la pandemia de COVID-19 ha causado 14,690 casos de contagios confirmados y 242 muertes. 

“De la noche a la mañana (quedamos) sin negocio. Fue un golpe emocional”, recuerda Marcia, quien posteriormente pasó meses buscando alternativas de empleo. Después de haber “probado de todo” sin éxito, ella decidió sentarse junto a su esposo y analizar:  “¿En qué soy buena, qué sé hacer?”. 

Y fue así que determinó sacarle provecho a su experiencia adquirida en el negocio familiar. Tenía capacitación como mentora, en diseño, y como editora de redes. Y de esa manera buscó opciones hasta que hace un año una empresa le tendió la mano. 

“Era ver qué es lo que me gustaba, más todo lo que hacía en el negocio y cómo podía monetizarlo. A mi me encanta la parte de asesorías, la parte de redes, la parte de desarrollo de marca y por ahí fue que empecé a comenzar a buscar (…) de quien te abra la puerta y diga yo voy a confiar en el trabajo que sabes hacer”, comenta la asesora digital.

Y aunque ella considera lo que hace como un proyecto piloto, su constancia le ha permitido extender el servicio a otros clientes que en lo general está dirigido a pequeñas y medianas empresas, un sector del cual conoce su funcionamiento y la importancia de contar con otro punto de vista de alguien que está fuera del negocio. 

El servicio que les brinda Marcia a sus clientes consiste algunas veces en prepararles un plan, otras veces ella les lleva todas sus cuentas empresariales que van desde sus fichas en Google, creación de contenidos en sitio web, y redes sociales.

“Siento que encontré el camino y que tengo ya como un plan elaborado para poderlo hacer crecer”, dice la emprendedora, quien para cumplir su tarea de búsqueda de clientes, que acepta le lleva tiempo y es cansado, debe adaptarse con el cuido de su bebé recién nacido, por lo que cuando este duerme ella organiza los pendientes.

Muchas veces, la emprendedora debe trabajar por la noche o debe levantarse más temprano, pero le queda la satisfacción de obtener ingresos y lo más importante que ayuda a otras personas.

“Cuando yo veo crecer negocios que tenían digamos algún problema y yo entro a trabajar con ellos y hay un crecimiento, a mí, eso me llena como persona”, expresa la asesora digital.  

A otras mujeres que están en su misma condición de ejercer el doble rol de trabajadoras y madres, ella les aconseja que si no tienen tiempo para seguir estudios universitarios que se capaciten a través de tutoriales en las redes sociales y que no empiecen un negocio porque otras lo tienen, sino que partan del conocimiento que ya tienen. 

Igual que Marcia, antes de la pandemia de COVID -19, Graciela Moreira, ingeniera de profesión y madre de tres hijos, había quedado sin empleo, por lo que decidió iniciar vendiendo un “poquito” de ropa nueva y usada. Su temor era que de la noche a la mañana se agotara la liquidación de su cesantía y no le quedara una opción extra de ingreso para su familia. 

Para poner en práctica su idea dispuso de un toldo y el garaje de su casa y con apoyo de otros parientes ella misma construyó con polines los percheros que utilizaría para mostrar la ropa. 

Sin embargo, fue hasta hace año y medio que Moreira ideó convertirse en la persona que sirviera de “plataforma” a otras pequeñas vendedoras. 

“Para mi todo era nuevo, fíjese, porque mi mundo era de construcción, usted sabe que la ropa es belleza tendencia y no tenía ni idea”, apunta Moreira, quien aún así se aventuró a comenzar un pequeño negocio. Después se acercaron a ella otras mujeres vecinas o conocidas que le confiaron sus productos para venderlos.

Esto le dio la idea de juntarse con otras personas para tener más productos que ofrecer, no en una sociedad como inicialmente pensaba, sino “hacer alianzas” con otras mujeres que estaban en una situación similar. Así dio vida al colectivo Ling Ya Fashion, que ahora cuenta con 20 aliadas.

“Me enfoqué en unir fuerzas y así nació el colectivo”, dice la coordinadora de Ling Ya Fashion cuyo sueño que espera concretizar en al menos dos años, es de expandirse y llevar el colectivo a los centros comerciales y poder generar empleos.

Martha Munguía relata que hubo otras experiencias de mujeres que sufrían violencia en sus hogares y durante la pandemia estuvieron encerradas con sus agresores. 

“Lo que sucedió ahí es que también tuvieron que inventar las maneras de protección. Como todo era virtual a veces lograban hacer llamadas sin la presencia de los agresores, para pedir orientaciones de cómo hacer para salvarse, salvar a sus hijos. Algunas veces tuvieron que migrar internamente en el país hacia otras comunidades y allí se dedicaron muchas, por ejemplo, a la agricultura, salieron del agresor y se dedicaron a una agricultura de sobrevivencia”, comenta la feminista. 

Otras, añade Munguía, crearon sus propios recursos, crearon sus propias formar de trabajar y desempeñarse, “que la que sabía hablar un poquito de inglés empezó a ganar por traducir, pero la que sabía hacer pan, entonces empezó a probar nuevas recetas (…) muchas mujeres tomaron cursos, aprendieron cosas simples como cultivar en sus casas, como poner una ventecita de tomates, cebollas que esté cerca del lugar y compraban cosas baratas para agregarle”.

Aunque “es muy pobre” la información en el país sobre la actividad económica que realizan mujeres trabajadoras como Melara, Ramírez, Moreira y Marcia, para el economista Leonardo Labarca, ha sido una forma paliativa encontrada por un sector para aportar a las economías de sus hogares. Pero que para Munguía, estas iniciativas generadas por mujeres en los últimos dos años no son más que de sobrevivencia. 

“Esas estrategias no resuelven los problemas ante el costo de la vida real. No equivale a una canasta básica que cuesta más de 14 mil córdobas, (lo que obtiene) una mujer que a lo sumo hará 3 mil córdobas”, dice Munguía.

La pandemia le enseñó a Marcia de que no puede quedarse solo con un negocio, sino que debe buscar otras pequeñas fuentes de ingresos, aunque reconoce que tampoco eso es sencillo.  Es por ello que como plan B, analiza la posibilidad de poner micronegocios virtuales, esto “porque la virtualidad nos ayuda mucho, por ejemplo, tiendas que solo están de forma virtual, (…) ya lo estamos viendo muchos negocios han sobrevivido a estas crisis porque se lanzaron a las redes y su negocio lo convirtieron bastante virtual, digital”. Además en esto ha contemplado la tendencia existente, de que los negocios ya no pueden mantener un alquiler debido a la crisis económica. 

“Mi mayor sueño es tener clientes en la región (Centroamericana), primero en la región, asesorando clientes, siendo aliada de organizaciones en la región para apoyar a emprendedores y emprendedoras (…) y luego escalar a América Latina”, expresa Marcia.   

Munguía refiere, que si bien es cierto, este tipo de iniciativas impulsadas por mujeres no resuelven del todo el problema de empleo, permiten que estas mantengan la esperanza. Por tanto les aconseja que las ideas que generan en momentos de crisis deben plasmarlas en pequeños programas o proyectos más sólidos, debido a que ya ha sido demostrado que  estas iniciativas “las ayudaron y que las ayudan actualmente a mantenerse a flote, a no hundirse, a seguir respirando”.

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Jessica Melara (2)
Tras COVID-19 surgen pequeños negocios en Managua liderados principalmente por mujeres
Yahoska Ramirez (51)
Con COVID-19 surgen negocios informales en la capital con ventas en línea o entregas a domicilio
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Con COVID-19 surgen negocios informales en la capital con ventas en línea o entregas a domicilio

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Mujeres “empoderadas” se reinventan y emprenden

Con COVID-19 surgen negocios informales en la capital con ventas en línea o entregas a domicilio

Ante la ausencia de programas estatales para enfrentar el impacto económico de la COVID-19 emergieron negocios informales en la capital como las actividades de ventas en línea o entregas a domicilio. 

En muchos de los casos fueron las mujeres las creadoras de estas iniciativas y como estrategia de ventas convirtieron sus perfiles en las redes sociales en un medio de publicidad, o usaron Marketplace para ofertar sus productos o servicios y otras pese al temor del contagio se arriesgaron a entregar el producto a las puertas del domicilio.

El presidente del Banco Central, en su intervención en un foro económico sobre el impacto de COVID-19, efectuado el 16 de marzo de 2022 confirmó, que las nuevas formas de trabajo, como el remoto, ha sido el resultado de las alternativas empleadas como efecto de la pandemia.

Y fue así como, recuerda la socióloga Munguía, también surgieron los grupos de envío “Yo te lo llevo. De puerta a puerta”, para la entrega de productos a las personas que permanecían en cuarentena y fue una forma de obtener ingresos.

Yahoska Ramírez, de 24 años, nunca había incursionado a la vida laboral, pero la agobiante situación económica del hogar y la urgencia de mantener al día el pago de sus estudios, la llevó a poner en práctica los conocimientos de belleza que había adquirido como “un hobbie”.

La joven que prepara su tesis para obtener el título en Relaciones Internacionales, asegura que tras la crisis sanitaria por la pandemia de COVID-19, no le fue posible conseguir un empleo relacionado con la profesión que estudió.

A raíz de la pandemia las redes sociales han cobrado una nueva utilidad, quien tiene un producto lo pone en venta y quien busca empleo ofrece sus servicios por esa vía.
Fue así que Ramírez decidió experimentar ofreciendo sus servicios en un campo de la belleza y desde las redes sociales publicitó la colocación de uñas acrílicas, así como hacer la manicure y pedicure a domicilio. Y le dio vida a “Nails Yaho” desde las redes sociales.

“Primero fue un hobbie, después viendo que no había trabajo, a raíz de la pandemia, no había trabajo aquí en el país, busqué como buscar clientes y atender a esas personas. Busqué a través de mi perfil, también me metí en Marketplace (…) publicaba mis trabajos, a las personas les gustaba me contactaban por WhatsApp, por el mismo Messenger, yo iba a sus casas”, explica Ramírez.

Para Ramírez, el buen uso de las redes sociales le ha permitido contactar a su posible clientela, por lo que aconsejó a otras jóvenes que las aprovechen, que usen Facebook, Instagram y, Twitter.

“Por ejemplo un reel en Instagram, lo hago lo subo y la gente empieza a preguntar que cuesta esos diseños. Tik tok es buena plataforma, llega a bastantes personas, ahí uno puede dejar su número de teléfono y ahí uno interactúa”, aconseja la joven creadora de “Nails Yaho”.

Adelayde Rivas, brinda asesoría a emprendimientos desde el programa Mujer Digital que impulsa la empresa Set net Comunicaciones, y asegura que ante el “declive” en la economía, sobre todo en el área de comercio por el temor al contagio, muchas personas, entre las que destacan las mujeres cuyos negocios entraron en crisis, empezaron a usar las redes sociales que anteriormente solo utilizaban para el ocio, para innovar y formular estrategias de venta.

Rivas, que también integra la iniciativa Creciendo Juntas, destacó la importancia del uso de las herramientas digitales para este tipo de actividad, pues anteriormente había resistencia al cambio. Y ahora las mujeres no solo promocionan un servicio sino que realizan ventas a través de las mismas. 

El auge de las pequeñas iniciativas y el uso de las redes sociales, como alternativas de empleo, a criterio de Rivas, fue por la situación económica agravada con la pandemia llevó a las empresas a cesantearlas y estas con sus liquidaciones en mano decidieron poner en práctica sus talentos. O en otros casos sus negocios decayeron y debieron cerrarlos por lo que se vieron en la necesidad de reinventarse: “Ofrecer otro servicio u otro producto”. 

Aunque no existen datos oficiales sobre el crecimiento de este tipo de iniciativas de empleo en Managua o en todo Nicaragua, según Rivas, el sector de belleza ha experimentado un crecimiento, pues muchas mujeres han abierto su propio salón y ofrecen su servicio a domicilio, así como las ventas de bisutería, artículos de belleza y de limpieza. 

También han prosperado los servicios de “coach” en temas de redes sociales, en temas de cómo emprender, contabilidad y finanzas, ya que mujeres que antes estaban trabajando y tenían un oficio, ahora son consultoras independientes y ofrecen sus servicios para orientar que también ha habido un crecimiento de especialistas.

Para comenzar su trabajo, Ramírez invirtió 30 dólares en la compra de los materiales que necesitaba los que “se han multiplicado”. Esto no solo tiene importancia en términos monetarios, sino porque le permitió enseñar el oficio a una hermana suya, que también de esa manera obtiene los recursos para el pago de los estudios en la universidad. 

Y en su caso ha podido hacerse un salario que le permita ayudar las necesidades en su hogar, donde anteriormente solo contaban con el ingreso de uno de sus miembros, costear el pago de su tesis y ahorrar para el pago de su título una vez que se gradúe.

Y aunque Ramírez asegura, que en su casa ella cuenta con “un rinconcito” donde puede atender a sus clientas, la mayoría opta por el servicio a domicilio, lo que disminuye sus probabilidades de atención de más de tres personas debido al tiempo que invierte en el diseño y decoración de las uñas. Pero es parte del servicio que ella ofrece.

Melara recordó, que en momentos picos de la pandemia a través de las redes sociales puso a la venta unos artículos de higiene que les quedaba de su antiguo negocio y los vendió. Madre e hija, fueron a entregarlas fuera de Managua.

Ese día con dos pesadas cajas ambas abordaron vehículos de transporte colectivo para hacer la entrega y aunque utilizaron todas las medidas de prevención necesarias realizaron la entrega “con todo el temor del mundo”; eso no les quitó la emoción de realizar la venta.

Igualmente, las herramientas digitales y las redes sociales, le han permitido a Melara mantener una interrelación con otras mujeres. Hace un año decidió empoderarlas a través de Nica Emprendedoras desde una página en Facebook. 

Nica Emprendedoras surgió luego que sus amigas se acercaban a ella preguntando “¿Cómo hago?” Y su respuesta ha sido: “Si son buenas en algo monetícenlo, dense a conocer”. Ella es de la creencia que una persona debe estar consciente de que “podés hacer esto y un poquito más”. Entre sus proyectos pendientes están la publicación de una pequeña revista que distribuirán a través de correo electrónico, pues “quisiéramos que cada emprendimiento liderado por una mujer tenga visibilidad”. 

Ramírez, también aspira a crecer y esto implica contar con un local en un sitio céntrico de Managua, donde ella y su hermana puedan prestar sus servicios, poder impartir clases en materia relacionadas con la belleza, incluidos en otros departamentos del país.

“En dos años me veo ya con mi título en mano y con mi salón”, dice confiada Ramírez, quien apunta que aunque le apasiona la profesión que está por concluir también la labor que realiza que está segura de continuar y con el que busca “ser una motivación” para otras jóvenes mujeres.

“Si ellas quieren salir adelante que se tiren a eso que les apasionan, si ellas son buenas a tejer que lo hagan, si ellas son buenas a vender ropa que lo hagan, si ellas son buenas a cocinar, a hacer repostería que lo hagan”, comenta la joven.

Ramírez es de la creencia de que “todas las mujeres podemos”, y la fuerza radica en “creer en vos misma, creer que vos podés hacerlo, que no te de miedo ser responsable. Siempre todos los días poder levantarse con una buena actitud, de saber que lo estás logrando, que estás trabajando para eso”.

Uno de los problemas que observa Rivas con las nuevas oportunidades que han surgido está relacionado con el tema del subsidio económico, lo que se conoce como “el fondo semilla”, así como que sus productos sean competitivos. Igualmente que muchas “siguen aventurándose a hacer emprendedurismo con prueba error”.

“Es decir yo voy a probar a ver cómo me va. Voy a abrir una panadería a ver cómo me va. Pero no saben de finanzas, no saben de marketing, no saben de tecnología, es ahí donde estamos perdiendo un capital valioso de estas emprendedoras”, sostiene Rivas. Tras recomendar a otras mujeres ansiosas por echar andar sus ideas que antes de crear una iniciativa deben documentarse sobre el tema y al menos contar con un 50 % de la inversión para no incurrir en deudas. 

Las mujeres incursionan con mayor frecuencia en las áreas de alimentos y bebidas, pues han creado pequeños restaurantes, pequeñas panaderías, con servicios a la puerta, para lo cual usan el servicio de delivery, que también ha crecido y que es pagado por el cliente, afirma Rivas.

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Tras COVID-19 surgen pequeños negocios en Managua liderados principalmente por mujeres
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