“Mientras hay vida, hay esperanzas”
Multifacética / abogada y dependiente
Anita Johnson combina su profesión con la docencia, la asistencia y servir el café.
Anita Jonhson, es una mujer afrodescendiente, ella es abogada, y en los últimos dos años, tras la pandemia del COVID 19, las crisis sociales económicas y políticas que vive el país, se ha convertido en una mujer multifacética que acompaña a los aspirantes a embarcarse o en procesos para salir del país, la espera de los días cuando bajaron a los trabajadores de los cruceros, nadie estaba preparado para eso.
“Creo que tanto nosotros los blufileños como gente del mundo entero que tienen familiares trabajando en barco fue un golpe difícil porque no nos preparamos para esos días, esos días lluviosos que decían nuestros abuelos”
“No nos preparamos para esos días y entonces de repente te dicen en el barco todos tienen que regresar a la casa, hubo muchachos que se quedaron en barcos, hasta dos meses esperando ser repatriados a su casa, luego vienen aquí con lo que tienen, con lo poco del dinero que ellos traen en ese momento y no sabíamos las familias, no sabíamos que ese momento iba a pasar dos años”
Anita reflexiona y afirma que la mayoría de esos jóvenes que estaban embarcados, se fueron a Estados Unidos porque aún en la crisis y sin empleo la vida se tornó muy difícil para las familias.
“Ya no entraba más dinero, había una sola entrada y ese es el esposo, la madre o el padre que estaba en el barco y ahora esa persona estaba en casa, el dinero que ellos trajeron se tuvo que ser elástico, para poder al menos comer en esos dos años, no sabíamos cuando los iban a volver a llamar, no sabíamos cómo iba a terminar la industria del del turismo de los embarcados, esa tristeza del padre o la madre que trabajaba, de estar en la casa y ver que entraban los cobros cada mes”.
“Teníamos que volvernos psicólogas para poder ayudar tanto al a nuestros maridos como a los hijos para que todos entendiéramos y aceptáramos y tuviéramos un cambio en nuestras vidas, en esos dos años que no había tanto dinero entrando a la casa”.
“En la vida hay que buscar de todo, para sobrevivir”
Considera que el mayor drama en este flujo migratorio en busca de mejores oportunidades de vida, es la desconexión familiar, un golpe emocional muy duro que sufren los que se van y quienes se quedan en casa.
“La mayoría de los embarcados que llegaron con la pandemia del COVID, se fueron a Estados Unidos porque todos ellos tienen visa laboral que dura 6 meses, el costo de eso es dejar sus familias, porque una vez vencido ese plazo pasan a ser ilegales, muchas familias fracturadas porque quien se fue, o buscara como llevarse su familia de aquí, o creara una nueva donde se encuentre, ese un dolor que se vive”
Anita, quien también tiene a su esposo embarcado, señala que las cosas han cambiado en este ramo, ya no son los mismos beneficios, ni los mismos salarios frente a los altos costos de los productos en la actualidad, uno de los problemas sociales de los embarcados es no contar con un seguro social para su vejez porque se atiene únicamente a la liquidación que le entrega la compañía, dinero que no será suficiente para mantener una familia en varios años.
Debido a la crisis económica que vive el país, ella misma ha tenido que emprender y buscar los ingresos del hogar, trabaja como abogada litigante, profesora en la universidad, asesora embarcados y recién junto esfuerzo con su hermana Verónica y juntas pusieron un comedor popular de comidas tradicionales en el centro del barrio Beholden, en el local también tiene su escritorio de abogada y así transcurre el tiempo entre atender clientes por casos judiciales, una persona que solicita asesoría viajar fuera del país, hasta servir un plato de arroz con chacalines, un rondón o un ginga beer (refresco de jengibre).
“La mayoría de nosotros los negros, nuestra familia es grande, es grande porque en la mayoría de casas está la abuela, el abuelo u otra familia u otros hijos que es de mi hermana, pero viven conmigo y mientras más grande la familia, más sentimos el peso de la economía que está muy baja”
Y para levantar la economía familiar, las hermanas Jonhson también reinventaron las ideas que muchas familias quizás las han pensado pero no las concretan, ofrecer en el comedor la comida que ese día se hará en casa, pero además están vendiendo el bojo de comida a precio accesible, ofrecen los “bolones” que es el rice and beans (gallopinto con coco) acompañado de la salsita del camarón, del pollo o del pescado, dependiendo de lo que se haya cocinado ese día, así quién no puede pagar 130 córdobas por el plato de comida, se puede alimentar con un bolón por tan solo 20 córdobas.
“Ellos tuvieron dos años, dos años estuvieron a casa en casa para conocernos más, esa fue la parte positiva la parte negativa es que esa persona que estaba embarcado está aquí y saben que tiene X cantidad de dinero y está más preocupado estresado por si ese dinero le va a durar hasta que lo vuelvan a llamar o no”
“Entonces esa es la parte negativa, la frustración en momentos, no se no se pueden controlar, se pelean y eso es más o menos lo normal, sí, sí, si mi esposo está aquí y él pierde su trabajo es la forma normal que también actuaría, no. Y entonces somos humanos es difícil no hacer eso”
“Pero cuál era el papel de nosotras las que vivimos aquí, las esposas que estamos aquí, era entenderlos, hablar con ellos decirle que esto va pronto va a pasar, al menos en mi caso. Yo traté de hacerlo mucho y y en mi caso, pues siempre, Las esposas Teníamos que volvernos psicólogas para poder ayudar tanto al a nuestros maridos como a los hijos para que todos entendiéramos y aceptáramos y y tuviéramos un cambio en nuestras vidas”
“La Pandemia de la COVID 19 nos ha recordado que debemos estar juntas como hermanas y como socias, que podemos crecer en nuestros emprendimientos promoviendo nuestra identidad cultural afrodescendiente”
comenta Adelys
Fuertes frente a las adversidades
Los afrodescendientes son quienes optan por embarcarse y durante la pandemia del COVID 19, el retorno imprevisto de los trabajadores en el exterior, ocurrida en Bluefields en el 2019, generó la creación de nuevos negocios, sin embargo, debido a las bajas en la demanda de clientes por la situación económica agravada, algunos se han tenido que reestructurar para continuar abiertos.
Frente a las nuevas realidades estas emprendedoras se han reinventado propuestas de negocios y aprendieron que trabajar desde casa es una garantía para permanecer en el mercado.
Así, aunque no haya fiestas de palo de mayo todo el año, Esther puede cocinar cualquier comida que le soliciten los clientes, porque lo hace desde la cocina de su hogar.
Anita, valoró que, aunque es vecina de la casa de su hermana Verónica, tenía que trasladarse a ese punto que está en la orilla de la calle, así ella además de permanecer en familia, puede compartir desde escritorio algún proceso litigante, o ir a una de las bancas de corredor para asesor a quienes buscan empleo en el exterior, o servir a un comensal su vaso con limonada o el arroz con chacalines a la hora del almuerzo.
30 años de mano de obra para cruceros
De acuerdo a la investigación: Situación socioeconómica de las familias afrodescendientes de los trabajadores en barcos turísticos del barrio “Punta Fría”, Ciudad de Bluefields,2008, la migración laboral de jóvenes afrodescendientes de la Costa Caribe de Nicaragua, tuvo un auge a partir de 1990 con la transición de la democracia en el país, y se calcula que más de 12 mil costeños se han embarcado en los últimos 25 años,
En Bluefields, el señor Wade Hawkins (QEPD) era el representante reconocido por las agencias para la compañía Royal Caribbean, en la que se enviaban trabajadores a los barcos y ahí se desempeñan como personal de limpieza, meseros, camareras, bartender y afanadoras.
En 15 años la agencia Sr. Wade envió más de 4,200 personas a laborar en cruceros, a partir del año 1993, otras compañías está captando trabajadores de la región, entre estas NCL (Norwegian Cruise Line), Mediterraneo, Royal Caribbean International y Celebrity Cruise Line.(Ing. Wade Hawkins, Febrero 2008)
Las remesas de los embarcados y de los trabajadores en el exterior continúa siendo el único alucinante en la economía local y nacional, de acuerdo al banco central de Nicaragua, aumentó el flujo de remesas recibido del exterior, en el primer trimestre de este año, totalizó 632.6 millones de dólares, registrando un crecimiento interanual de 26.4 por ciento, lo que significó 132.2 millones más que lo registrado en igual periodo de 2021 (US$500.4 millones) y los principales países de origen de las remesas continúa siendo: Estados Unidos con el 70.0 por ciento del total, seguido de España (11.1%), Costa Rica (10.9%), Panamá (2.5%), y Canadá (1.2%).
Psicólogo recomienda: Tener un plan familiar antes de migrar
En el informe sobre el “Estado de la Economía y Perspectivas” del banco central de Nicaragua, este año 2022 el producto interno bruto (PIB) de Nicaragua subirá entre un 4 y 5 %, sin embargo, de acuerdo al informe del Banco Mundial “Nicaragua: panorama general” se espera que el crecimiento se desacelera a 2,9 por ciento, “Nicaragua sigue siendo uno de los países menos desarrollados de América Latina, donde el acceso a los servicios básicos es un desafío diario” señala el informe.
La región Caribe sur, han desempeñado un papel importante como mano de obra a cruceros como una de las pocas alternativas de trabajo, la cual consideran ellos mismos que no es la mejor opción; pero debido al alto índice de desempleo, esta es una salida y s una forma de subsistencia de muchas familias.
La situación laboral de los trabajadores en estos barcos turísticos muchas veces es difícil, porque son experiencias para las cuales en muchos casos los trabajadores no tienen un manejo concreto de los derechos humanos que ellos tienen como trabajadores.
Aunque la tecnología ha facilitado la comunicación entre los embarcados y sus familias, el drama emocional está presente para quienes se van y los miembros en casa, para el psicólogo Kesley Kelly, un plan familiar y tener claro los motivos y recursos de esa movilidad migratoria.
“Las personas que migran, que van en busca de empleo en el exterior deben tener su plan familiar, que ellos vean cuáles son los objetivos y cómo los va a obtener, deben tener una claridad del proceso y con quién se puede apoyar, la red de apoyo es importante porque disminuye los riesgos y le permite la agilidad y seguridad donde obtendrá ese empleo, en todo momento la personas que se está moviendo debe mantener la comunicación abierta para reducir el estrés de sus familiares que es importante que esta persona también se comunica y tenga la apertura comunicativa”
Para la familia en casa, desde antes de la salida de su miembro se debe garantizar los recursos necesarios, todos deben estar claros cual es el norte que deben seguir, deben estar claros sobre las motivaciones del porque están haciéndolo y siempre en comunicación con su familiar que salió de casa.
Dice el psicólogo que cualquier movimiento no debe ser antojadizo, debe ser planificado, pensado y se debe concientizarse sobre las diferencias culturales que pueden encontrar.
“Se debe hacer una gestión emocional y psicosocial sobre a dónde va, cuáles son esas herramientas que yo necesito para mí bienestar psicológico, para mi salud mental y para entender que voy a otro territorio en donde quizás mi sistema de creencias, mi forma de hacer las cosas, es distinto”
Las compañías de cruceros tienen décadas de estar reclutando costeños y costeñas, son personas a quienes les ofrecen contratos por el dominio del inglés, por sus esfuerzos personales, cuyas consecuencias implica permanecer lejos de sus familias.
Migrar no es la única opción en una economía de sobrevivencia
El psicólogo Kesley Kelly, argumenta que además del plan familiar para enfrentar el distanciamiento físico y emocional
“Todos nuestros estados como personas son transitorios, y debemos aprender que, frente a las dificultades, por malo que parezca un problema, este no es para siempre, y tampoco debemos precipitarnos por el futuro, debemos saber que hay cosas de la vida que no podemos controlar, pero nuestra actitud la podemos modificar para no atormentarnos por el pasado o por cosas que no ha ocurrido”
Como las hermanas Molina, Anita y Esther, buscan adaptarse a las formas necesarias para emprender en medio de las crisis impredecibles de la vida, la necesidad les ha obligado a emprender por el mejor bienestar de sus familias, son mujeres que no se quedaron con los brazos cruzados, no se rindieron con los desaciertos al inicio de abrir un negocio, ellas están claras que, si hoy no funciona, mañana puede ser diferente.
En una región pobre con una de las economías más costosas, con los altos índices de desempleo, y un país sumergido en la incertidumbre sociopolítica, en medio de la nada, cada día miles de costeños se la rebuscan para asegurar el pan en casa, unos dentro otros fuera, y en lo cotidiano del día a día se esconde el dolor del trauma de permanecer cerca a los suyos, albergados con la esperanza que mañana será mejor.
“De cada problema que uno vive, debemos preguntarnos ¿Qué puedo aprender de esto? ¿Cuál es el lado positivo? ¿Qué haré para mejorar en la próxima?, recomiendo el psicólogo Kelly. “Así nuestra vida tiene sentido, porque quejándonos no haremos nada. tenemos que crear un entorno que en momentos de necesidad nos apoye y nos ayude a superar situaciones de las que solo es mucho más difícil salir, se trata de redireccionar nuestras energías negativas en actos que nos dan satisfacción”
Señala el psicólogo, y como dice Esther “No me voy a quedar de brazos cruzados esperando que otros resuelvan nuestras necesidades, si ayer el negocio no fue tan bueno, seguro hoy será mejor”
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