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“Aquí o adonde sea que me encuentre sigo siendo nica”, campaña promovida por Periodismo Unido

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“Aquí o adonde sea que me encuentre sigo siendo nica”, campaña promovida por Periodismo Unido

“Aquí o adonde sea que me encuentre sigo siendo nica”, es uno de los mensajes de la   campaña promovida por Periodismo Unido, una alianza colaborativa integrada por los medios digitales Noticias de Bluefields, Primer Orden, El Punto D y Obrera de la Tecla, con la intención de incentivar la identidad nacional entre los migrantes nicaragüenses.

La campaña busca que, independiente en el lugar o país donde se encuentre, lleven siempre con orgullo el amor por sus raíces. Y conserven esas riquezas de sus orígenes de una nación multicultural, multilingüe y multiétnica y que tenga la certeza de que independiente a donde vaya sigue siendo nicaragüense.  

Por eso es que uno de los mensajes utilizados ha sido: “Aquí o adonde sea que me encuentre sigo siendo nica”

Otro de los mensajes utilizados en esta campaña es el de “Chambeadores y buena onda, así somos los nicas”, con el cual también busca incentivar de alguna manera a que el nicaragüense se apropie de su valía, y no pierda sus expresiones de solidaridad, valentía y resiliencia, sirvan de inspiración entre unos a otros, y de esa forma puedan contrarrestar de alguna manera la estigmatización de la que son víctimas muchas veces en el exterior. 

La campaña también tiene como propósito incidir que los migrantes nicaragüenses no adopten unas culturas diferentes a la suya, independientemente que adopten formas de vida ajena como una forma de sobrevivencia temporal. 

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Las cicatrices dejadas por la violencia

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Las cicatrices dejadas por la violencia

Martha es una de esas mujeres que logró salir de una de las peores formas de violencia de género y que le robó muchos años de su vida. Ahora es una madre de tres hijos y mujer con mucho éxito en su profesión.

A petición de la sobreviviente en este reportaje le llamaremos Martha, ella   relató que tuvo su primer hijo cuando era una adolescente. Es como si el mundo se le vino encima porque llegó a pensar que nadie se interesaría en una mujer con hijo, y fue bajo esas circunstancias de vulnerabilidad que conoció a un hombre mayor.      

“Una persona que quiso aprovecharse jugando al salvador porque llegué a una relación casi forzada por mi madre (…) siempre hubo señales de que era una persona violenta. Extremista. Él consideraba que el estudio no era para las mujeres, no podía trabajar, no podía hacer ejercicios, no podía caminar. Al principio yo creí que era una forma de cuidarme porque uno confunde” expresó Martha. 

Cuando nació su segundo hijo, y primero con este señor, éste comenzó a tratar muy mal a su primer hijo. Las palabras, las ofensas subieron de tono hasta niveles vulgares.

“Me decía que tenía que ser agradecida con él, cosa que llegue a creer. La violencia pasó a violencia física: Empujones, jalones de pelo, fueron muchísimas situaciones que me lastimó muchísimo”, expresó Martha quien agregó que lo peor fue cuando le puso un cuchillo en el cuello para matarla frente a sus hijos.

Huir para encerrarse bajo llave en una habitación, fue la primera acción que le llevó a buscar la forma de escapar definitivamente de ese tipo de vida, a pesar de los chantajes, las amenazas, la dependencia económica y hasta la presión de su propia madre para que se mantuviera con ese hombre, decidió buscar redes de apoyo y hacer la debida denuncia.

Las restricciones con orden de alejamiento y el inicio de un proceso de terapia fue el primer paso que llevó a Martha a iniciar una nueva vida y tratar de sanar sus heridas emocionales. Luego buscó como prepararse profesionalmente para mejorar las condiciones de vida de sus tres hijos.

“Se lucha por muchos años por la autoestima, la inseguridad, con el miedo, incluso con la misma proyección de la violencia que uno tiene hacia los demás principalmente hacia los hijos. A mí me tomó muchos años recuperarme y es algo que se tiene que trabajar la vida entera”, concluyó Martha quien agregó le ha ayudado estar todo el tiempo pensando en estrategias de superación y ayudando a salvar a otras mujeres.

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Sobrevive a agresión

Existen otros casos donde las mujeres no han corrido con igual suerte que Martha, como ocurrió esta madrugada del 31 de octubre de 2022, donde Anielka Goff López, de 30 años sufrió femicidio frustrados de manos de su expareja Tayron Martínez Estrada, de 35 años.

Ese día el agresor llegó hasta la casa donde la víctima habita junto a su familia en la comunidad de Orinoco, municipio de Laguna de Perlas, Caribe Sur y la cargó a machetazos. Ella sobrevivió al femicidio frustrado, tras 10 días de permanecer hospitalizada a causa de la gravedad de las lesiones.

Goff López se había separado de Martínez dos meses antes, debido al maltrato físico y psicológico al que era sometida ella y sus dos pequeños hijos.

Al regresar a la comunidad, conoció que el autor del femicidio frustrado está libre a la vista y paciencia de la Policía de Orinoco, por lo que teme por su vida y la de su familia y demanda la detención de su agresor.

En lo que va del año, el Observatorio de Católicas por el Derecho a Decidir ha registrado 48 crímenes de odio en contra de mujeres y niñas en Nicaragua y 9 en el extranjero, mientras el 2021, el mismo Observatorio contabilizó 71 femicidios. No obstante, los datos oficiales registraron en 2021 una disminución de los femicidios en relación con el 2020 que contabilizan 22, según el Anuario Estadístico 2021 de la Policía.

Y uno de los femicidios registrados por el Observatorio de Católicas perpetrados a inicios de este 2022 que está por finalizar fue el de la joven abogada y madre de 3 niños, Martha Alicia Robinson Aragón que conmovió a la población de Bluefields, crimen que fue cometido por su excónyuge, el expolicía Bernardo Melecio Ruiz Chow.

El 31 de mayo del presente año, Ruíz Chow fue encontrado culpable por el delito de femicidio y la juez Ashley Archibold Rigby, le dictó cadena perpetua debido a la gravedad del crimen y la existencia de un acto misógino, con odio y saña, que fue demostrado durante el proceso.  

Las pruebas presentadas durante el juicio demostraron que Bernardo Chow, privó de la vida a la víctima de forma atroz pues la atacó a golpes y finalmente la asfixió.

Otro hecho que causó impacto en el país fue el femicidio perpetrado contra Elízabeth Montano, de 43 años, en agosto pasado en Chinandega. El pasado 10 de noviembre el Juzgado Segundo de Juicio de Chinandega declaró culpable al femicida Óscar Leonardo Hernández.

Para una la integrante del Grupo Venancia, esta es una cifra altísima y lo más preocupante es de que “hay niñas asesinadas, la crueldad con que se ejerce la violencia y la saña nos dice que es necesario la realización de acciones urgentes para la prevención, pero también para la sanción, que no haya impunidad en los casos de violencia contra las mujeres y que no se sigan sacando libres a los agresores”.

Es por ello, dijo, como redes “vamos a seguir diciendo de que necesitamos un acceso real a la justicia que se cumplan las leyes y que se haga un trabajo de prevención”.

 

Otros tipos de violencia que dejan secuelas

Aunque el femicidio es la expresión más grave de la violencia de género, también existen otros tipos de violencia que también dejan secuelas entra las víctimas y a las que a diario están expuestas las mujeres, recordó la sicóloga Ruth Quiroz, quien mencionó que entre los tipos de violencia están:  Emocional, sicológica, sexual, así como la violencia económica o patrimonial.

Y cuando una mujer es sometida a cualquiera de esos tipos de violencia tiene efecto en su salud mental, y que puede traducirse en sentimientos de tristeza, inferioridad, mucho estrés, irritabilidad, que muchas veces es traslada a los hijos, además frustración, autoestima baja, pérdida del amor propio, del cuidado personal puede causar incluso estados depresivos, muchísima ansiedad, alteración, pensamientos irracionales que las puede llevar a desvalorizarse a sí mismas. Incluso dice la sicóloga que en muchos de los casos las víctimas podrían presentar conductas autodestructivas como consumo de alcohol u otras sustancias para poder sobrellevar el dolor que les provoca esta situación.

Quiroz indicó, que para la mujer que está en el ciclo de la violencia es difícil percibirla, pero quienes están a su alrededor pueden identificar lo que está sucediendo, pues se manifiesta primero con críticas, comentarios destructivos, con gritos y con humillaciones.

Según la experta, el victimario empieza con mucho control con celos, es una persona que te aisla además de tus vínculos con tu familia y con tus amigos no te permite estudiar trabajar. También se puede identificar con golpes jalones de cabello Ya trata a la mujer como si fuese de su pertenencia. Para la mujer que está en el ciclo de la violencia es difícil percibirla ahí entra la responsabilidad social, pues es más fácil para los que están afuera identificar lo que está sucediendo.

El victimario hace pensar a la víctima que es inferior que no es capaz de salir adelante por sus medios generando dependencia económica, más cuando tiene hijos, es importante empoderar a esa mujer, crear una red de apoyo para ella para que pueda denunciar el hecho pues muchas veces el silencio puede llevar a situaciones terribles.

La integrante del Grupo Venancia coincide con Quiroz, en cuanto a la importancia de que las víctimas puedan romper el silencio y el aislamiento, para eso aconseja que cada mujer debe buscar dentro de sí, que es lo que le ha ayudado a superar otras crisis.

Por ejemplo, mencionó que cuando han brindado acompañamiento a víctimas de violencia “le preguntamos, a ver ¿qué te ha ayudado a sobrevivir en otras crisis?” Al tiempo que las motivan en cuanto les hacen ver que “estás viva, mientras estés viva vos tenés la fuerza para salir adelante”.

Y señala que muchas veces las mujeres destacan cuáles son sus fortalezas como “he sido una mujer que no se deja, que se mantiene a si misma, que es capaz de trabajar en lo que sea para darle de comer a sus hijos (…) eso se utiliza para animarlas y respaldar todo lo que ellas pueden hacer para salir de la violencia”.

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La violencia más generalizada

Según ONU Mujeres, la violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo la violación de los derechos humanos más generalizada en el mundo y se agravó como consecuencia de la pandemia de COVID-19, está aumentando aún más debido a las crisis interrelacionadas del cambio climático, el conflicto mundial y la inestabilidad económica.

Se estima que más de una de cada tres mujeres sufren violencia de género durante su vida y menos del 40 % de las mujeres que sufren violencia buscan algún tipo de ayuda. 

Uno de los tipos de violencia contra la mujer y cuyas denuncias es registradas de forma oficial en Nicaragua es la violación y según el Anuario Estadístico 2021 de la Policía, que representa el dato más actualizado, ese tipo de delito, se mantuvo entre 2020 y 2021 con tan solo un caso menos de diferencia entre un año a otro.  En 2021 los casos de violación sumaron 1169 casos, uno menos que los contabilizados en 2020. Y de acuerdo con esos datos oficiales la violación contra menores de 14 años pasó de 487 hechos en 2020 a 578 delitos en 2021. 

Este 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, las Naciones Unidas promueve la campaña de 16 días que concluye el 10 de diciembre, que es el Día Internacional de los Derechos Humanos Este año, bajo el lema “¡ÚNETE! Activismo para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas”.  

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Ingenio y creatividad: Así se la juegan los nicas

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Ingenio y creatividad: Así se la juegan los nicas

La difícil situación económica del país agravada con la pandemia de COVID-19, ha sacado lo mejor del ingenio y de la creatividad de los nicaragüenses, independiente del lugar donde habitan, así como del segmento poblacional.

A raíz de la pandemia con el peligro del contagio y la falta de un empleo formal, llevó a muchos a reinventarse. Fue así como surgieron nuevas iniciativas que respondían a las necesidades propias del momento y como una forma de sobrevivencia.

Muchos de estos como una forma de empleo que les ha permitido a las familias a obtener un ingreso mensual. 

Las redes sociales y las nuevas tecnologías han jugado un papel importante para la implementación y desarrollo de estas nuevas ideas. 

Dos años después muchas de esas iniciativas se han convertido en emprendimientos en crecimiento y de respuestas positivas al permitirles a las familias que las mismas sean generadoras de ingresos.

Y son estas formas de empleo por cuenta propia y de empleo informal las que le ha permitido al Banco Central sostener que existe un crecimiento económico en el país como aseveró en marzo pasado el presidente de esa institución, Ovidio Reyes, en un foro económico sobre el impacto de COVID-19.

Periodistas de cuatro plataformas digitales formamos Periodismo Unido y aquí contamos las diferentes iniciativas que por cuenta propia han surgido, tanto en el Pacífico como en el Caribe, como fuente de empleo.

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Con voluntad y valentía migrantes nicas resurgen en el exterior

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Con voluntad y valentía

migrantes nicas resurgen en el exterior

Detrás de cada persona que deja su casa y su Patria, hay una historia que contar.

 Todos llevan sus equipajes cargados de sueños y esperanzas que esperan cumplir, pero desconocen que el infortunio puede estar una vez que han iniciado su viaje a las y que deberán esforzarse cada día más para superarlo y alcanzar sus metas.

Una vez que los migrantes pisan el país de destino deben empezar de cero, y sin alguna persona que les ayude, la carga resulta más pesada pues requiere de sacrificios, que para muchos inician desde enfrentar peligros en sus travesías como indocumentados, y mayores esfuerzos para salir adelante.

El informe Estado de la región 2021 destaca. que los países centroamericanos han presentado distintas oleadas de migración tanto internas como externas a lo largo de su historia, propiciadas principalmente por la búsqueda de mejores oportunidades económicas y menciona que son el resultado de altos niveles de pobreza, falta de empleos, la exclusión social, así como los niveles de violencia política, entre otros.

Existe la percepción de un aumento en la migración de los nicaragüenses, sobre todo de quienes en los últimos meses han optado por la ruta del norte, donde los analistas advierten de una serie de riesgos que deben enfrentar a lo largo de todo el tránsito. Pero la oleada migratoria, que es histórica, no es solo de nicaragüenses, también de otros países centroamericanos y sudamericanos.

Muchos migrantes nicaragüenses han demostrado que con fuerza de voluntad y un propósito definido es posible superar las barreras encontradas como la xenofobia, el maltrato y la discriminación por el hecho de ser indocumentados y alcanzar las metas propuestas.

Migrantes: ​Entre sueños y esperanzas​

Gabriel Martínez Rivas sufrió en carne propia el rechazo y la discriminación de ser un migrante nicaragüense e indocumentado en España. Sin embargo 4 años después, logró superarlas con tenacidad y mente abierta. Él es una muestra de que en “La hora más oscura del día es justo antes del amanecer”.

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Claves del éxito de nicaragüenses en el extranjero

Las historias de éxito que han tenido muchos nicaragüenses en Costa Rica, España y Estados Unidos por mencionar algunos países son alentadoras y en su mayoría están ligadas a una buena actitud y la disponibilidad y el esfuerzo por alcanzar sus metas. Tal es el caso de Lisbeth Láinez.

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Claves del éxito de nicaragüenses en el extranjero

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Claves del éxito de

nicaragüenses en el extranjero

Las historias de éxito que han tenido muchos nicaragüenses en Costa Rica, España y Estados Unidos por mencionar algunos países son alentadoras y en su mayoría están ligadas a una buena actitud y la disponibilidad y el esfuerzo por alcanzar sus metas. Tal es el caso de Lisbeth Lainez.

La claridad en sus metas, el esfuerzo permanente y las convicciones de que los sueños se cumplen, forman parte de las claves del éxito que ha tenido Lisbeth Láinez, la nicaragüense que a la edad de 17 años decidió emigrar de su natal Somotillo, departamento de Chinandega en busca de sus sueños.

Pastelería Lainez ya es un referente de la buena degustación y elaboración creativa de los pasteles o tartas y servicio de cafetería en Zaragoza, municipio de España, capital de la provincia homónima y de la comunidad autónoma de Aragón.

Lisbeth Láinez nos cuenta que siempre tuvo esa chispita de buscar su autorrealización y teniendo buenos referentes en su papá y su mamá que también han desarrollado habilidades en el comercio y la administración decidió emigrar hasta la madre patria y fue recibida en la vivienda de una tía, donde su jornada de trabajo y preparación inició a partir de su llegada en el 2008.

Para viajar a España ya sea por motivos de estudios, residencia o petición de refugio, los migrantes tienen que buscar la asesoría adecuada porque los procesos duran entre uno a tres años para regularizar la estadía.

Lisbeth explicó que siempre le ha gustado socializar, por lo que estaba segura de su vocación por las relaciones públicas, la atención a las personas.

“Desde un inicio trabajé en bares” expresó Lisbeth, quien también logró laborar en museos donde hacía exposiciones de obras de arte, arquitectura, también de ropa porque “estuve en un centro comercial, en gerencia llevando el marketing. Hacíamos desfiles de modas, hacíamos pasarelas según la marca que sacaba una fábrica.

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En España existe la oportunidad de trabajar en fábricas y en residencias cuidando adultos mayores o niños, pero ante su deseo de poder socializar más con las personas, Lisbeth decidió formarse en lo que le gustaba.

A la par de su trabajo logró realizar diferentes estudios y obtuvo títulos como Azafata de congresos y Relaciones públicas, Cummity management, Marketing y ventas, Recursos humanos, Gestión de personal y Facturación electrónica.

“Desde que entras por esa puerta tienes que trabajar. Aquí una semana de vida es mucha carga para la persona que te recibe. La luz, el agua la habitación, el piso, la comida” expresó la emprendedora nicaragüense quien agregó que “cuando sales del país tienen que hacer un esfuerzo doble para poder evolucionar”.

En el 2014, Lisbeth Láinez inició su formación en el colegio de Zaragoza en temas de impuestos y como hacer un negocio y suplir sus gastos. Así es que surgió el proyecto de Pastelería Láinez.

“Es una pastelería cafetería con degustación, con tartas artesanales, con pedidos. Le damos opciones al cliente…de acuerdo a las configuraciones que le proponemos con la moda americana personalizada, caracterizamos personajes o imprimimos en papel de azúcar… y dependiendo de las expectativas mandamos a hacer los materiales. Cada día es constante la evolución” explicó Lisbeth.

Ahora con 32 años de edad, la propietaria de Pastelería Láinez considera que la idea es mantenerse y pensar que siempre hay metas por cumplir teniendo en cuenta el crecimiento del negocio que compite con las mejores pastelerías españolas y su autorrealización.

Nicaragüenses que triunfan

Una gran cantidad de nicaragüenses han tenido el ingenio para desarrollarse en distintas actividades, muchas de ellas emprendedoras que están dejando buenos frutos y aportes en la economía del país donde se desarrollan, además de que pueden ayudar a sus familias en Nicaragua.

Tal es caso de la emprendedora Chontaleña, Rosa Gaitán de 32 años licenciada en Administración de Empresas, creadora de su propia marca de ropa nicaragüense, La Maje que vende en España.
Gaitán relató que las condiciones en España han sido difíciles como para todo inmigrante, porque tuvo que empezar de cero, sin familia, pero con la plena confianza en Dios.

La Maje es una línea de camisetas y gorras con la marca y sello nicaragüense que vende en línea y “empezó con la idea, de generar más ingresos, y dar a cada Nica en España algo representativo con cada uno de ellos, como todo Nica siempre buscamos como salir adelante y más yo, tengo mi hijo el cual depende solo de mi” expresó Gaitán.

En un país tan lejano como España Rosa Gaitán experimentó también la soledad, la nostalgia de la familia, lo cual expresó es muy duro, pero actualmente dijo sentirse estable, y “seguimos con la fe puesta en Dios que las cosas avancen más”.

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“El dulce resurgir” de Lisbeth Ortega en Costa Rica

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“El dulce resurgir”

de Lisbeth Ortega en Costa Rica

Lisbeth Ortega estudió Banca y Finanzas en Nicaragua y aunque uno de sus grandes sueños es poner una pastelería, nunca se imaginó que tendría que hacerlo en el país vecino del sur, Costa Rica.

Junto a su esposo y su hija, Ortega migró a Costa Rica en febrero de 2019.  Pese a que considera que actualmente su negocio se está fortaleciendo, señala que al inicio era muy difícil abrir la puerta de este mercado.

“Pocas personas te conocen, no tengo muchos conocidos donde vivo por lo que la mayoría de las personas son costarricenses. Ellos están en su mundo y esto es uno de los grandes obstáculos”, dijo Ortega a Periodismo Unido.

Señala que aunque el negocio “va creciendo”, aun no ajusta para pagar los impuestos que exige el Gobierno de Costa Rica, el seguro y la inscripción ante el Ministerio de Hacienda.

Cifras de migración aumentan

La socióloga Elvira Cuadra, directora del Centro Transdisciplinario de Estudios Centroamericanos (CETCAM), considera que el fenómeno migratorio a Costa Rica tiene vieja data, pero que se incrementó a raíz de la crisis sociopolítica.

“Antes de 2018, la migración estaba motivada por la situación económica, pero a raíz de ese año hubo una oleada que se extendió a 2019, que se podría considerar como desplazamiento forzado por razones de persecución política”, señaló.

“En 2020, esto disminuyó significativamente y en 2021 se incrementó el flujo de migración y desplazamiento forzado. Ahí se combinan varias razones: la prolongación de la crisis sociopolítica, el efecto de la pandemia, la situación económica, la incertidumbre sobre el futuro del país y la violencia estatal sobre el pueblo nicaragüense”, añadió Cuadra.

“El dulce resurgir” Periodismo Unido
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  • “El dulce resurgir”

“Me veía como administradora”

Ortega expresó que en Nicaragua siempre tuvo presente su sueño de crear una pastelería y llevar la administración de la misma.

“Siempre me han gustado las panaderías, pero nunca fue algo que hice. Lo quería crear y ser administradora. En Nicaragua teníamos una constructora y yo llevaba parte de la contabilidad. Pero mi sueño era hacer la panadería”, expresó.

“Estando acá, tuvimos que buscar qué hacer. Luego vino la pandemia y me regalaron un curso de pastelería y así fue como arranqué. Sabía que en algún momento iba a tener mi emprendimiento de pastelería, pero lo pensaba más como administradora”, destacó.

Hizo varios intentos por incorporarse al mercado laboral

Ortega señaló que antes de empezar su negocio, en diciembre de 2021, hizo varios esfuerzos por laborar en empresas en Costa Rica.

“Cuando llegué, me pagaban menos del mínimo. Es complicado trabajar acá en lo que estudiaste, porque solamente me pudieron convalidar mi quinto año y eso cuesta mucho dinero. Mandar a traer papeles de Nicaragua es muy complicado. la opción que nos dieron fue comenzar a estudiar algo diferente o estudiar de nuevo. Pero para estudiar, necesitás recursos. Es como empezar de nuevo. Sería más fácil si pudiera homologar mi título, pero es muy complicado”, señaló. 

Ortega expresó que las condiciones cambiaron rotundamente al momento de salir de Nicaragua. 

“Venía de estar bien, de mi casa, que tenía un lugar y estaba construyendo una empresa. Tuvimos que venir y traer nuestros pocos ahorros a un país que es muy distinto. Como turismo es muy diferente, pero para quedarse es complicado”, señaló.

Fuga “de cerebros”

La socióloga Elvira Cuadra señala que el panorama social de Nicaragua promueve la migración de la Población Económicamente Activa y de recursos humanos calificados.

“Es una realidad; ya está ocurriendo la fuga de cerebros. Se está yendo del país gente de la Población Económicamente Activa y quienes aportan sus mayores energías a la productividad del país”, señala.

Al respecto, señaló que Costa Rica es un país que se encuentra saturado con la gran demanda de empleo por parte de población migrante.

“Hay una fuga de recurso humano calificado. Costa Rica está bastante saturado porque el flujo de desplazados y refugiados es bastante fuerte. La gente que va a Estados Unidos, por muy calificados que sean, no siempre tienen la posibilidad de ejercer la profesión o la especialidad que tienen, por lo que llegan a realizar trabajos precarios o de baja calidad”, dijo.

Cuadra añadió que la estructura poblacional también va a registrar cambios, debido a la migración.

“Va a quedar una estructura de población compuesta por personas de la tercera edad y por niños. La fuerza de trabajo joven está buscando como salir. Por otra parte, formar recursos humanos calificados toma varias generaciones y Nicaragua lo está perdiendo”, añadió.

Una Caravana liderada por mujeres - Fotografía: Mario Marlo

Costa Rica dice “No” a más migrantes

En su conferencia de prensa semanal, el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, aseguró que revisará la forma en que los migrantes hacen solicitud de refugio político para asentarse en Costa Rica con fines económicos.

“Sin embargo, se ha utilizado el régimen de refugiados políticos, nuestra legislación, nuestra apertura por parte de grupos que no son refugiados políticos sino que son migrantes económicos”, manifestó.

Caves aseguró que la comunidad internacional no está colaborando con Costa Rica para soportar el flujo de migrantes que llegan al país centroamericano.

“La comunidad internacional no está colaborando con los recursos que necesita este país para ser un bien ciudadano mundial, lo queremos seguir siendo, pero si no hay de dónde no podemos seguir pagando, seguir aceptando gente que no son refugiados políticos que son refugiados económicos», insistió.

Una Caravana liderada por mujeres - Fotografia: Mario Marlo

Costa Rica “a tope” con migración

Previo a las declaraciones de Chaves, la socióloga Elvira Cuadra coincidió que Costa Rica está saturado a nivel laboral.

“El Gobierno de Costa Rica tiene una responsabilidad con relación a la población que está llegando desde Nicaragua buscando refugio. Pero la sociedad costarricense tiene una capacidad de absorción de esa fuerza laboral técnica y calificada que tiene un límite”, dijo Cuadra.

“Es posible desarrollar espacios cuando hay un flujo migratorio gradual. Pero en este caso, que el desplazamiento es de manera rápida, es muy difícil”, añadió.

La situación económica de Nicaragua

El Cetcam, en un reciente informe titulado “El incierto Bienestar”, señala que  durante el período 2007–2017 se registró un crecimiento económico sostenido, que tuvo una variación en 2009,debido a la estabilidad macroeconómica que el Gobierno heredó de la administración Bolaños, la cooperación millonaria procedente de Venezuela y la mejora de los precios de los productos nicaragüenses de exportación, en los mercados internacionales. 

Después, el crecimiento se desaceleró y se quedó estable hasta que en 2018, la situación sociopolítica impactó negativamente en la economía del país y perturbó de forma continuada, un sistema económico modesto, altamente sensible a la inestabilidad política y social.

El shock interno en 2018 coincide en tiempo con el descenso (iniciado un poco antes), de la cooperación procedente de Venezuela, y el desplome de los precios internacionales del petróleo. Los analistas y especialistas en seguridad social habían predicho que la quiebra del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), exigía una reforma profunda. 

Las discrepancias en torno a la reforma del INSS fue el punto de quiebre entre el Gobierno y la élite empresarial, lo que significaba que se había agotado la estrategia de crecimiento sandinista “de diálogos y consensos”.

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Sobreviven a la ausencia

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Sobreviven

a la ausencia de sus hijos

Para las familias de migrantes “el trabajo cotidiano, la mente ocupada y la comunicación por videollamadas es una manera para enfrentar la nostalgia y el vacío en el hogar”.

Hace 7 meses, el joven Jonathan Munguía emigró hacia Estados Unidos. Sus padres Marlene Sinclair y Aversio Munguía, sienten cada día su ausencia y aunque saben que su hijo está mejor fuera del país, su ausencia es inevitable. Pero gracias a su trabajo la familia puede ayudarse a solventar los gastos del hogar. 

Y es que el logro de un migrante también puede traducirse en la capacidad de ayuda que puede enviar a los demás miembros de la familia que quedan en el país, como sucede con algunas familias de migrantes en el Caribe Sur, que han podido prosperar con iniciativas de negocios que han emprendido con la ayuda económica de quienes han dejado el país en busca de sus sueños. 

Tal es el caso de la familia del migrante Jonathan Munguía. “Su madre se preocupa mucho y siempre me pregunta ‘¿Cuándo lo veremos?

La mamá me dice cuándo voy a volver a ver a mi hijo’, yo le dije: ‘Ahora sí, ahora está la tecnología. Ahí está el Facebook. Ahí está el WhatsApp, vas a poder platicar con él todos los días’, expresa Munguía padre.

Munguía es un joven con una vida económicamente muy activa, su familia son una referencia como “cambistas” o “cambia dólares”, en el centro de la Ciudad de Bluefields. Sin embargo, el joven explorando otros mercados se había establecido en Bilwi, Puerto Cabezas, con una casa de cambio en la localidad. Pero su padre comenta, que de repente le dijo que se marchaba. 

“Me dijo: Papá me quiere ir a los Estados Unidos’ y fue una noticia impactante no como para un padre porque sabes que no vas a ver a tu hijo fácilmente nuevamente, yo le dije que la vida ahí es dura. Pero aun así él se fue, ahora me comenta que está muy bien, aunque reconoce que es duro porque tiene que levantarse tempranito para ir al trabajo, debe de tomar dos rutas durante dos horas dilatadas y es diario ese trajín”, relata el padre del joven migrante.

Aunque tus hijos sean adultos, los sigues viendo como niños

“Como padres nos afecta porque ya no estás con tu hijo, y aunque ya es mayor, pues él no es un niño, es una persona que tiene 30 años, pero a pesar de eso, como padres vos queres estar con tus hijos, con tu familia”, dice Munguía tras manifestar que aprovecha las horas tempranas del día para comunicarse con su hijo, así también los sábados y los domingos cuando su vástago está libre. 

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Familia de migrantes

Mungia comenta, que 19 miembros de su familia han partido a Estados Unidos, dejando un enorme vacío en sus hogares.

“De nuestra la familia han partido sobrinos, primos, todos los hijos de mis hermanas, casi toditos han emigrado” para solventar el vacío de quienes dejaron la casa, los padres, hermanos y resto de familias están conectadas por el uso de la tecnología en el celular o la computadora, y las aplicaciones de videollamadas cada vez que están disponibles o fueras de sus horarios de trabajo.

“Lo más difícil aquí es sentimentalmente saber que no está, que no está junto que no le vas a estrechar la mano que no vas a abrazarlo, que hoy es un día especial feliz cumpleaños y lo vas a abrazar, o sea, no, no, no tenés eso”

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“A veces le salen sus lágrimas, porque dice que le hace falta casa, nosotros, su mamá, papá, hermanos, es porque somos personas de carne y hueso, muchas familias están viviendo esta esta situación, la manera de llevar su ausencia es comunicándonos, hay que llamar, hay que llamar por WhatsApp para verlo, porque lo miras en vivo y ya te sientes tranquilo” “Siempre debemos pensar en Dios, es el único que nos que nos puede ayudar a resolver la nostalgia, la tristeza”.

“Yo como abogado siempre tengo bastante trabajo, bastante gente, que me busca trabajo que hacer y del juzgado, entonces el trajín el movimiento en eso ahí. Yo siento que mi pensamiento se me desvanece, pero cuando llego a casa nuevamente los pensamientos de ¿cómo está mi hijo?, pero son superables, porque te das cuenta que está bien, que el Señor lo está bendiciendo”, sostiene.

 

La unidad familiar debe permanecer, aunque estén lejos. “No importa si estás en los Estados Unidos o si están embarcado o en Europa, uno siempre tiene que acordarse de su familia, el apoyo mutuo y tratar de mantener siempre la comunicación es una muestra de amor entre quienes migraron y los que están en casa”, expresa Mr. Robert.

Mr. Robert Atily, emprende con el negocio familiar “Jay Nash” ubicado en el corazón del barrio Cotton Tree, uno de los tradicionales lugares de Bluefields, el visionó la oportunidad de un negocio con el surgimiento del rancho “4 Brothers”.

Desde hace más 10 años, sus dos hijos migraron hacia Estados Unidos, uno de ellos está embarcado junto a su nuera, así que les propuso invertir en el futuro negocio y así crearon el “Jay Nash”

“Se llama Jay Nash, son los nombres de mi nuera y de mi hijo, por el apoyo que ellos nos dieron para poder hacer el negocio familiar” , explica Mr Robert.

Desde antaño cuando los visitantes llegan a Bluefields, existía la costumbre que, si llegas a esta ciudad, tenías que visitar el rancho cuatro hermanos o el “Four Brothers” es una discoteca local con infraestructura de un rancho tradicional afrodescendiente, que obliga a los visitantes a bailar el tradicional reggae, soca, y calipso, incluso hasta horas del amanecer, en sus buenos tiempos.

Mr. Robert, es un veterano vecino del local, su casa colinda con el típico rancho, una situación que tras el paso del tiempo observó que era una oportunidad de negocio. “La gente que llegaba al local buscaba comida, nosotros ofrecimos fritos, tacos, bocas y bebidas, y tuvimos gran aceptación en los clientes” señala

Ayuda familiar

“Cuando ellos (La Familia Wilson) hicieron el Rancho Cuatro Hermanos, comencé a vender fritos y entonces miramos que la venta iba muy buena y sobre todo el fin de semana y con todo eso, ahí logré hacer mi casa de concreto, y siempre doy, gracias a Dios por eso, también doy gracias a Don William, de la Ferretería el Tronco, el me ayudó con el crédito de los materiales de construcción”

Cuando Mr Robert inició el local, la casita era de madera, y ya no daba abasto en la cantidad de clientes que tenían y no podían usar la casa familiar como negocio,
así que la única manera era construir una segunda planta de la vivienda, pero debido a las limitaciones económicas y los altos costos de los materiales de construcción, era imposible hacerlo por cuenta propia.

“No teníamos suficiente espacio para poder atender la clientela a como nosotros quisiéramos entonces pensamos en hacer otra planta, donde la gente podía venir a sentarse a platicar y aprovechar de lo que tenemos y ofrecerle tanto como la comida y el buen tiempo que tenemos”, revela Mr Robert.

Con el tiempo, después de la pandemia del COVID- 19, pese a las limitaciones económicas, a causa de los bajones del negocio, Mr Robert junto a sus hijos y su nuera, lograron establecer el negocio “Jay Nash”.

Nunca quedarse de brazos cruzados

¿En algún momento pensó, qué hubiera pasado si el negocio no funciona?
“Dijimos vamos a probar como nos va, si esto funciona, bien, y si no, pues nos tiramos en otro negocio, si miramos que no funciona el piso arriba con el Sport Bar, pues podemos poner una venta de ropa y cuestiones así”, responde.

“Pero siempre ahí vamos, ahí siempre tenemos gente que vienen aquí (…) a veces estamos llamando, y ofreciendo a ellos y le están diciendo a la clientela a su a sus amigos ya sus hermanos a los vecinos que vengan a visitarnos, pues a ver el local y a ver si les gusta. Pero hay que probarlo y eso es lo que decidimos”, señala.

Desde mediados del año pasado 2021, el “Jay Nash” funciona como un centro recreativo de Sport Bar familiar que además de ofrecer comida corriente, disponen del local para rentar en eventos familiares como cumpleaños, bodas y cualquier actividad comunitaria.

En su vida, Don Roberto Lorenzo Atily Centeno, enseñó a sus hijos a trabajar con esmero y honestidad, hoy en día el negocio, además de ayudar a solventar las necesidades del hogar, también genera empleo a otras 4 personas, como cocineras, meseros, bar tender, además que los miembros de la casa también pueden emplearse en el local.

Para las familias que están separados por asuntos laborales o en busca de mejores oportunidades de vida, la distancia representa en ocasiones un obstáculo en la unidad familiar, pero para Mr. Robert con la comunicación constante es una muestra de amor en la unidad e independiente del país donde se encuentre debe mantener el respaldo a la familia.

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“No olvidemos de dónde venimos y quiénes somos”

Le preguntamos a Mr. Robert que le diría a quienes tratan de emprender un nuevo negocio y se dan por vencido sin antes experimentar que el negocio funcione.

“Uno tiene que seguir peleando y luchando para lo que quiere porque nada va a venir gratis en esta vida, uno tiene que buscar lo que necesite ya para poder seguir adelante.

“Yo les insto a que sigan luchando, uno no puede darse por vencido y decir porque caí voy a quedarme ahí, no, uno tiene que levantarse de vuelta y seguir luchando ya si son dos tres veces cinco o diez veces que sea necesario. “Ya si miramos que el negocio no funciona, pues podemos hacer otro, probar con otro tipo de negocio, pero tenemos que seguir luchando”

Remesas se duplicaron en Bluefields

El envío de remesas creció por la población migrante que sale del país en busca de mejores oportunidades de vida, debido a este crecimiento, hace unos días la agencia Western Union, abrió otra sub agencia 7, de AirPak en Bluefields.

“Existe gran necesidad de recibir remesas en la región, ya que en los últimos meses la demanda ha aumentado en un 100%.” Señala César López, supervisor de zona, por su parte Miriam Solano, administradora de la nueva sub agencia, informó que el objetivo principal es descongestionar la sucursal del barrio Central de Bluefields, donde se concentra la población.

Solano destacó que antes del mes de agosto recibían un aproximado de 4 mil remesas mensuales, pero desde septiembre están recibiendo más de 8 mil remesas por mes.

Para la socióloga costeña, Ana Chow los procesos de migración interna y externa puede incrementarse debido a una combinación de factores ambientales, económicos y políticos que ejerce presión sobre los recursos naturales. “Tras el paso del huracán Julia considera que hay un impacto en los procesos migratorios debido a los efectos del cambio climático sobre los niveles de producción agrícola.


“La vulnerabilidad de nuestras comunidades que han sufrido diversos fenómenos naturales y que nos han estado golpeando fuertemente en los últimos años, ha venido verdad a debilitar la producción en nuestras regiones y muchas personas de nuestras comunidades tienden a emigrar, interna o externa porque hay una necesidad de encontrar tierras más firmes, hay también muchas personas qie están buscando las cabeceras municipales, ya sea Bluefields y todas sus alrededores y posteriormente buscan migrar hacia otro país” señala Chow.


De acuerdo a la socióloga estas movilidades, genere la escasez de personas calificadas o especialistas en ciertas áreas profesionales “Uno de los efectos de las migraciones es que podamos ir perdiendo nuestros talentos, porque existe una naturaleza de satisfacer las necesidades básicas, cada persona está en busca de mejores condiciones para su supervivencia”

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Migrantes: ​Entre sueños y esperanzas​

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Migrantes:

Entre sueños y esperanzas

Gabriel Martínez Rivas sufrió en carne propia el rechazo y la discriminación de ser un migrante nicaragüense e indocumentado en España. Sin embargo 4 años después, logró superar las dificultades con tenacidad y mente abierta. Él es una muestra de que en “La hora más oscura del día es justo antes del amanecer” .

El joven nicaragüense debió realizar diversos trabajos temporales para sobrevivir en España y luego la misma adversidad a la que se enfrentó lo llevó a emprender iniciativas como incursionar en la fotografía y, capacitarse en otras tareas, las cuales le han permitido mejorar cada día su condición económica aún lejos de su patria.

Con una visa de turista Martínez, ingresó a España donde como guía llevaba que una tía suya vivía en Zaragoza. Junto a sus esperanzas de continuar sus estudios, a lo mejor una maestría en su profesión de comunicador social, por lo que en su maleta, este joven matagalpino, había incluido su cámara fotográfica y su computadora.  

Sin embargo, muy poco le  duró la ilusión, pues se topó con la realidad que para sobrevivir había que asumir los gastos de permanecer en ese lugar, la renta de una habitación, alimentación y sostener otras necesidades.

Para ello debió enfrentarse a una serie de limitaciones desde la xenofobia, por no ser “blanco ni ojos azules”, hasta el maltrato incluido de grupos mafiosos de latinos que disputan el trabajo entre los indocumentados. La adversidad que enfrentó Martínez y la necesidad de sobrevivencia también le llevó a abrirse camino el que  encontró en la fotografía, en la cual ahora se desempeña.

El caso de Martínez no es único, y es tan solo un ejemplo de las condiciones a las que deben adaptarse los migrantes nicaragüenses luego de pisar tierras extrañas. También demuestra la suficiencia y el arrojo con que muchos nacionales fuera de sus hogares han sabido enfrentarse a todo tipo de adversidad.

Las personas que migran de países como los de Centroamérica, en este caso de Nicaragua, deben conocer que en los países de destino, “se aprovechan de vos porque saben que no tenés papeles, porque saben que necesitan de un trabajo, necesitás comer, pagar la habitación, entonces necesitás también ayudar a tu familia que está en el extranjero, entonces te dicen bueno es lo que hay , si lo querés o lo dejas , y entonces pues uno lleno de incertidumbre dice me quedo aquí, y es la historia que se repite con cada migrante que viene en su mayoría son mujeres, las cuidadoras”, dice Martínez.

 

Empezar de cero

Gabriel Martínez, estudió filología y comunicación, pero normalmente  trabajó en el área de comunicación institucional con organizaciones no gubernamentales y hace 4 años dejó Nicaragua, decidido a buscar  “otros rumbos”.

En un inicio, “llegas lleno de dudas sin conocer a mucha gente (…) entonces eso te limita bastante también, una cultura diferente, un clima diferente, porque vine en el mero otoño que hacía frío, claro, también la parte bonita de la seguridad que existe, del orden que existe acá en este lado”, refiere Martínez.

Igual que Martínez la mayoría de migrantes nicas que han dejado su patria, cuando llegan al país de destino les toca trabajar en todo tipo de oficio, la mayoría para su sobrevivencia realiza labores que nunca pensaron hacer en sus hogares, pero son las actividades que mayor demanda tienen.

Ese cambio para el nicaragüense representaba “empezar de cero”, y debido a su condición migratoria que pronto fue de irregular le tocó trabajar “de lo que me saliera”, pues el título obtenido en Nicaragua “aquí eso no me vale para nada, no podés homologar”.

“No tenés papeles, tenés que trabajar a como dicen aquí trabajar en negro, que quiere decir trabajar en negro, trabajar sin cotizar seguridad social, en primer lugar, estar ilegal y que si el Ministerio del Trabajo te descubre o descubre a un empleador, descubre a tu patrón que te está dando trabajo pues va multado. Entonces la mayoría de migrantes lo que hacemos cuando llegamos sin papeles es irnos a meter como internos, e internas, que somos cuidadores de ancianos”, relata el joven.

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Y fue así como Martínez empezó a experimentar el pasar por diversas actividades laborales que le permitieran la sobrevivencia, a la espera de que en tres años pudiese regularizar su situación migratoria. Pero mientras esa documentación llegaba el joven tenía que aceptar todo tipo de trabajo.

Empezó como cuidador de un adulto mayor que estaba discapacitado: “Yo pasaba prácticamente todo el día, con el señor Julián y hacer un trabajo que yo en mi vida había hecho, porque si puedo decirte que en algún momento yo llevé a mi abuelo o a mi abuela al centro de salud, y fue lo máximo que hice cuidando ancianos en mi país. Pero aquí tenía que hacerle todo al anciano, desde limpiarlo, bañarlo y darle de comer, llevarlo de paseo en su silla de ruedas llevarlo de paseo al parque, entonces se le suma ese cambio drástico”.

Al pago precario que recibía el joven por esa labor, se le sumó enfrentar todo tipo de adversidad, “yo sufrí mucho racismo, mucha xenofobia, por parte del mismo señor que cuidaba por parte de la familia incluso. Pero hay gente que ha sufrido mucho más”.

Esto se ve expresado, según comenta en apodos, estigmatización, por ejemplo, cuando Martínez ingresaba al edificio donde trabajaba como cuidador del adulto mayor, los vecinos empezaban a decir: “¿Quién es ese chico que viene diario? Hay que tener cuidado con este chico, ‘porque no me miraban blanco ni ojos azules’”, comenta Martínez desde una mirada retrospectiva.

Una vez que muere el adulto mayor, que representaba el trabajo de Martínez, este se vio obligado a realizar todo tipo de trabajos, “como decimos en Nicaragua, rumbero”, que va desde ayudante de cocina, camarero y hacer trasteos, hasta largas jornadas nocturnas en los hospitales como cuidador de pacientes.

“Eso hice mucho durante mi estadía de ilegal, hice mucho que hay familias que no pueden ir a cuidar al anciano que está en el hospital, entonces contratan gente latina, ahí predominan los latinos. Tenía yo contacto igual me llamaban vení hacer una noche en el hospital, igual mal pagado desvelado toda la noche, pero ideay, era lo que había”.

En esa labor Martínez también conoció la existencia de grupos mafiosos de latinos en los hospitales que se imponen sobre otros indocumentados en cuanto al control en el cuido de los pacientes. De esa manera los indocumentados que no pertenecen a esos grupos reciben menor pago por el cuido de los pacientes que puede ser de 10 euros por la noche cuando el pago real oscila entre 20 y 25 euros.

“Mafias del mismo latino que ya son dueñas de los pacientes en los hospitales (…) te dicen: ‘Pero aquí yo estaba antes’, ‘yo siempre he estado aquí. No se a qué vienes tú’”.

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Fotógrafo de paisajes

En su búsqueda por obtener ingresos extras, Martínez que ha sido aficionado a la fotografía y nunca dejó de lado su cámara con la cual se dedicaba a captar imágenes de paisajes y sitios turísticos, empezó también a brindar servicios de sesiones fotográficas. Y así fue interrelacionándose con otros latinos que buscaban sus servicios para que les realizara sesiones con motivo de cumpleaños, bodas y otras celebraciones.

“Resulta que la comunidad latina comenzó a verme que yo hacía fotos, y bonitas, les gustaron siempre me llamaban: ‘Que quiero una sesión de fotos que voy a estar de cumpleaños, que quiero una sesión de fotos para mi hijo’ (…) cualquier actividad o evento, entonces yo estaba cuidando, claro al señor, pero nunca dejé de hacer fotografías no me consideraba en ese entonces como un fotógrafo profesional que hasta la vez he ido profesionalizándome”, relata el migrante.

El joven tomaba en cuenta sus limitaciones, así como los esfuerzos de las personas a quienes les ofrecía el servicio para no cobrar de forma exagerada.

“La comunidad latina es muy importante para mí, porque son los que me dan más trabajo, la comunidad latina siempre me busca, porque esto es un trabajo que va de boca en boca (…) y muchas veces el latino te prefiere”, expresa.

Llegó un momento en que el nicaragüense quedó sin empleo, por lo que empezó a visibilizar las alternativas con que contaba para ganarse la vida. Fua así que se inclinó por las posibilidades de dedicarle mayor tiempo a la fotografía. Y consciente que de fotografía solo conocía lo que en un semestre le habían impartido en la universidad, decidió capacitarse. Y aunque en ese país el Estado ofrece muchos cursos para quienes deseen estudiar, el joven no podía hacerlo por su condición de indocumentado.

Martínez optó por ingresar a una galería de arte en Zaragoza, una escuela con 44 años de experiencia en la enseñanza, y así estudió fotografía donde “poco a poco fui afinándome” en el campo   que es tan amplio.

A mediados de 2022 Cáritas Zaragoza promovió un concurso para reflejar la solidaridad que existe entre sus colaboradores, por lo que Martínez decidió participar con uno de sus trabajos, una fotografía que reflejaba el comercio justo. Y fue uno de los 20 trabajos seleccionados para ser expuestos.

Cuenta que en una feria donde había productos como café y artesanía nicaragüenses que lo trasladó a su tierra natal, captó el momento con su lente donde reflejaba el comercio justo.  

En la exposición su foto le gustó al jurado y el joven fotógrafo considera que le sirvió como incentivo.

 Y aunque ahora ya ha regularizado su situación migratoria está consciente que como migrante “muchas puertas se te cierran, se te estrechan, pero el camino lo tenés que ir haciendo como sea, ir bordeando los obstáculos, me ha tocado, ir tocando puertas metiéndome de aquí para allá, buscando como sortear toda esta competencia”, pues en esa profesión en la que ha incursionado “hay fotógrafos muy reconocidos que llevan toda una vida aquí y son los que la gente prefiere en este caso”.

Además, es de la idea de que hay que ver el lado positivo, de que en esta vida todo es aprendizaje. Y es así que ha continuado capacitándose y en base a su experiencia en Nicaragua donde trabajó con organizaciones no gubernamentales sacó un curso de monitor en tiempo libre y así aplicó para un trabajo en una ONG española que trabaja con niños hijos de personas migrantes que les permita insertarlos en la cultura de ese país europeo.

De esa manera trabaja en actividades recreativas con niños de unas 30 nacionalidades, incluidos nicaragüenses, así como de África, de Guinea, de Marruecos, de Argelia, de Ukrania, Rusia, Colombia y El Salvador.

“Esto es una riqueza grandísima trabajar con estos niños y ayudarlos a que estos niños se adapten tal y como yo me adapté, claro ya venía más preparado mentalmente, pero un niño que viene de África, o cualquier país de África, pobre que tuvo que cruzar el mar en patera, llegó aquí y viene a otro mundo total diferente, no hablan el mismo idioma tengo niños con los que me comunico mostrándole, por señas”, sostiene Martínez.

Y aunque recuerda que en Nicaragua había trabajado con niños en situación de riesgo, la experiencia actual es única, pues hay niños “que en su vida se han subido a un tren, o nunca han ido a una piscina (…) nunca han visto tanta agua, para ellos es algo maravilloso”.

Fenómeno similar para Centroamérica

Y aunque el fenómeno es histórico y es similar en otros países de Centroamérica, a simple vista el flujo ha incrementado en los últimos meses. En Nicaragua se ha visto reflejado en las largas filas frente a las oficinas de la Dirección de Migración y Extranjería (DGME), del Ministerio de Gobernación y en los grupos que cada vez son mayores de personas que hacen uso de transportes de excursiones hacia Guatemala.

 

Hasta el momento no hay un dato oficial que precise cuantos nicaragüenses han optado por dejar sus hogares y su país en lo que va del año. Pero los datos oficiales de la DGME sobre algunos servicios ofrecidos en los últimos dos meses pueden servir como indicativo de como está la migración nicaragüense.

Al hacer un recuento de los informes que la DGME hace cada semana sobre los servicios que brinda  podemos confirmar que solo en un período de dos meses que se contabilizan entre el 3 de septiembre y 4 de noviembre de 2022, la DGME ha extendido 59,295 nuevos pasaportes a nicaragüenses,  donde la semana con menor demanda fue entre el 10 al 16 de septiembre de 4,622 documentos, esta baja probablemente tuvo que ver con los días feriados, y a la de mayor demanda que registra un pico mayor de 8652 pasaportes entre el 29 de octubre y el 4 de noviembre.

Además, ante la demanda la DGME anunció servicios en línea.

El informe Estado de la región 2021 en su introducción resalta que “La migración nicaragüense es un fenómeno histórico multicausal caracterizado por el surgimiento y desarrollo de diversas ‘oleadas’, es decir, movimientos masivos de personas hacia otros territorios”.

Y destaca también, que “Las diferentes oleadas migratorias se han producido como resultado de los altos niveles de pobreza y la falta de empleos, la exclusión social y las crisis económicas, así como la violencia política, las revoluciones, las guerras, las masacres y los enfrentamientos a lo largo de la convulsa historia del país”.

El informe destaca, que los países centroamericanos han presentado distintas olas de migraciones tanto internas como externas a lo largo de su historia, propiciadas principalmente por la búsqueda de mejores oportunidades económicas.

Sin embargo, refiere que “distintos episodios de violencia, guerras, inestabilidad económica y represión política han conducido a importantes flujos migratorios en las últimas décadas”.

 

De acuerdo con analistas sobre el fenómeno y diferentes informes que han abordado el tema la oleada migratoria es multicausal y no es solo la región centroamericana la que ha sido afectada, sino que incluye a países sudamericanos que también usan de tránsito al istmo en busca del norte.

Los lugares de destino son variados pero diversas organizaciones que han mantenido un monitoreo sobre esta actividad han señalado que en el caso de Nicaragua su primera opción ha sido Costa Rica, Estados Unidos y en los últimos años Europa, particularmente España.

Migración - Fotografía: Mario Marlo

México “un tapón” para migrantes

En el pasado la ruta por tierra rumbo al norte había sido utilizada en menor proporción por los migrantes nicaragüenses en relación con el resto de las personas de la región. Pero en los últimos tiempos la situación ha variado y muchos de ellos han quedado atrapados en México sin poder continuar a Estados Unidos. Aunque la situación que atraviesan los migrantes hacia el norte no es diferente a la relatada por Martínez en España.

 Y es que, según la docente mexicana y estudiosa del fenómeno, Amarela Varela, “México es un tapón” para los migrantes, pese a que México también es expulsor de migrantes.

A criterio de la académica, a los migrantes los empuja una serie de causas político-sociales, una violencia de mercado, empobrecimiento extremo, hambre, precariedad y violencia patriarcal, muchas mujeres migrantes afirman que son objeto de violencia intrafamiliar, violencia sexual por parte de familiares, de vecinos empleadores entre otros.

Del millón de eventos de intentos al año para ingresar a Estados Unidos por las fronteras mexicanas, dice, que 8 de cada diez veces son deportados y una misma persona puede intentarlo varias veces.

Ella considera que, para algunos países de la región, sobre todos los del llamado Triángulo Norte, su país no solo es un país de tránsito, sino de destino, pues desde los años 90 se ha producido, lo que en migraciones se les llama las cadenas migratorias, como resultado de las guerras de contrainsurgencia ante el sueño de liberación nacional de algunos pueblos. Y de esa manera se asentaron estas comunidades en el sureste de México.  

Y en los últimos años después de la militarización de las políticas migratorias han surgido las demandas de refugio político en México que no son atendidas por el Estado de México. Menciona la académica que mientras México cuenta con 48 mil efectivos de la Guardia Nacional, que tiene como una de las principales tareas la vigilancia de la migración en las fronteras, esa nación apenas cuenta con 300 agentes de la Comisión Mexicana de Apoyo al refugiado.

 

La docente explica, que en México no hay políticas para integrar a las personas que se quedan atrapadas en su territorio, lo que llaman “la transitoriedad perpetua”, donde la respuesta a una persona que solicita puede durar hasta 3 años. Mientras tanto estas no tienen permiso para trabajar, por lo que deciden abandonar sus causas y viven sin documentación, situación que los expone a vivir sin una serie de derechos, incluido a una contratación legal de trabajo y aceptan realizar actividades que los coloca en desventaja. A esto añade, que estas personas sufren lo que calificó de “racismo social, porque los pobres persiguen a otros pobres como competencia”.

Actualmente por México pasan no solo los centroamericanos en mayor proporción hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, sino que ha aumentado en los últimos tiempos la presencia de personas venezolanas, haitianas y africanas.

A criterio de la académica la migración no se ha detenido ni siquiera con la pandemia de COVID-19 y más bien estima que fue utilizada como una herramienta de mayor control migratorio y profundizó las violencias estatales. Y en lo que respecta a México, donde también hay desplazamiento forzado hacia Estados Unidos y Canadá, más bien ha aumentado las desigualdades.

En cuanto a los cientos de miles de migrantes que quedan atrapados en su país, Varela estima que la violencia y la precariedad de estos se ha normalizado.

Y aunque también reconoce que “hay una tensión y una angustia social” que provoca manifestaciones de solidaridad de movimientos sociales, sobre todo, también considera que “se ha engordado mucho la industria de la caridad” del rescate en torno de la migración, que sigue siendo un tema más dentro de la agenda de ese país, donde únicamente se habla de desapariciones, violencia de Estado, asesinatos e impunidad.

La misma Varela expone en Ibero Forum, bajo el título México de “frontera vertical” a “país tapón”, migrantes deportados, retornados, desplazados internos y solicitantes de asilo que fue en octubre de 2018 cuando “comenzó un cambio gramatical, un giro copernicano, en la historia de México como país de tránsito, destino y retorno de millones de seres humanos”.

Varela también señala en su escrito cómo los migrantes atraviesan México “pagando todo tipo de extorsiones, experimentando todo tipo de violencias, repito, en su mayoría a cargo de funcionarios públicos como agentes de migración, policías y militares”.

Migración - Fotografía: Mario Marlo

Similitud en la región

Desde su experiencia en Honduras, Mercedes Pérez observa por su parte que el fenómeno es similar en todo Centroamérica y es muy complejo porque aparte de la población centroamericana que emigra, los países de la región sirven de tránsito a la población de América del Sur que va rumbo hacia Estados Unidos.  Los migrantes del Norte de Centroamérica buscan migrar a Estados Unidos, Canadá, y España, que son países de destino que ya también utilizan los nicaragüenses, quienes históricamente migraban en primer lugar más hacia Costa Rica.

“Es una situación mucho más complicada ahora y aparte también está el tema de deportaciones, Honduras se convierte en un país de origen porque expulsa mucha gente, también es un país de tránsito y también es un país de retorno”, dijo Pérez.

El tratamiento que le ha dado Honduras al fenómeno es complejo porque ni siquiera puede dar respuesta a su población deportada, destaca Pérez, quien señala que en el caso de su país las afectaciones primero por la pandemia de COVID-19, después las afectaciones de Eta y Iota, que les impactaron como tormentas tropicales y en Nicaragua fue en condición de huracanes, así como “las últimas tormentas que vinieron a agudizar las condiciones de pobreza que ya tenemos”. En el caso de Nicaragua los daños más recientes fueron a causa de las inundaciones provocadas por el Huracán Julia.

Pérez recuerda, que, tras Eta y Iota, en San Pedro de Sula, por ejemplo, miles de familias quedaron en las calles viviendo en casitas de nylon “y esas fueron las que tomaron la ruta migratoria, perdieron sus medios de vida”. A esto le agregó una serie de factores que contribuyen para que la gente decida a abandonar el país y buscar mejores derroteros, como es el hecho que los hondureños aún recienten el de los 12 años del gobierno anterior “que saqueó el país, actividades de narcotráfico, despojo del territorio, desplazamiento forzado”.

A esto agrega, que el narcotráfico está obligando a la población a salir de algunas comunidades, por ejemplo, menciona de La Mosquitia, hondureña, que “es donde se ha visto mucho este negocio de la narcoactividad y ha dejado muchas víctimas y a raíz de eso se están moviendo”. A esto añade la población campesina e indígena con mayor arraigo de sus tierras también en los últimos años han abandonado el campo en busca de nuevas alternativas.

Travesía bajo riesgos​

Y a diferencia de la forma que migró Gabriel Martínez, en las nuevas oleadas de migrantes nicaragüenses al igual que de otros países utilizan la vía irregular, por tanto, están expuestos a diferentes peligros. Aunque en el caso de Nicaragua últimamente utilizan las empresas de excursiones con destino a Guatemala, donde está vigente el CA-4 y luego con ayuda de “coyotes” o bajo riesgo, inician una travesía como indocumentados por territorio mexicano.

Y sobre todo actualmente que familias enteras abandonan sus hogares, las mujeres, niñas, niños, adolescentes y jóvenes, son los sectores de mayor vulnerabilidad.    

Mercedes Pérez, gerente del Programa de Apoyo Retornados de la Comisión de Acción Social Menonita, en Honduras, refiere que en su país hay empresas de transporte que hacen viajes directos a Tapachula, en otros casos aparentemente, dice,  están organizados los transportistas con las autoridades, pues “la gente paga un dineral y pasan como si nada”. Y la otra modalidad son las caravanas, aunque se mira en menor cantidad, a diario siguen saliendo cantidades de personas quienes hacen uso del CA-4 y  por puntos ciegos con apoyo de “coyotes”, siguen rumbo al norte.

Fotografía: Mario Marlo

Desde su perspectiva

Pérez, quien trabaja con el Programa de Apoyo Retornados de la Comisión de Acción Social Menonita, en Honduras, considera que los centroamericanos se exponen a todo tipo de riesgos al cruzar el territorio mexicano. Sin embargo, aunque estám consciente de ello, siguen haciéndlo, “primero porque es una ruta que para los centroamericanos se hace mucho más fácil, conocen de alguna manera Guatemala, México”.

Además, Pérez piensa que “la desesperación de la población es tal que no les importa exponerse a las situaciones, que ya conocemos, por ejemplo, las mujeres que terminan en manos de grupos de traficantes, de trata de personas, de explotación sexual”.

Pérez refiere, que hay cantidades de personas que están en manos de secuestradores, de los cárteles pidiéndoles hasta 7,000 dólares para que sean rescatados. Aún así la gente se sigue exponiendo, menciona casos de personas que han muerto encerrados, pero pese a “esa tragedia la gente continuó viajando en camiones”.

“Se enfrentan a todo tipo de riesgos, a que sean secuestrados a que los asesinen o vayan a terminar en grupos de explotación sexual, tráfico de órganos, ya se denuncia desapariciones de niños, niñas, se ha encontrado incluso caso de menores que están siendo explotadas en México, y desaparecieron de aquí como si nada, son niñas que también a través de las redes sociales son contactadas. Ellas creen que les están dando una oportunidad de trabajo, las engañan terminan cediendo y al final terminan en esos grupos de explotación sexual”, comenta Pérez.

Tras destacar, que como las redes sociales se vuelven peligrosas, pues en el caso de  Honduras ya hay denuncias de casos menores captadas por tratantes de personas a través de las misma. “Justamente ayer estaba escuchando a una madre, que dijo que sus dos hijos desaparecieron, hicieron una cita por internet con una persona fueron a las citas, ya no están, están preocupadas, hay redes de trata, que, por redes sociales, están engañando mucho a los menores de edad, jóvenes, adolescentes”.

Una lideresa en el norte de Nicaragua, que prefiere el anonimato, dice que es muy conocido que las mujeres nicas que deciden migrar de previo contemplan el uso de anticonceptivos, porque desde un inicio no descartan que entre los peligros que deben afrontar sea la violación y así evitan un embarazo.

Lo que a criterio de la lideresa eso representa “naturalizar la violencia que van a vivir, pero todo esto es una consecuencia trágica de que tengan que irse de sus casas y la vida que han llevado aquí”.

Para lograr irse las familias han vendido sus casas o empeñado sus casas y animales, que muchas veces con consecuencias fatales o mueren en el Río Bravo, o retornan con deudas lo que implica que regresan en peores condiciones.

Algunos indicadores de los niveles de migración en el norte del país, según la lideresa, es el hecho de las ventas de casas a bajos precios, las comunidades vacías y que se refleja por ejemplo la falta de mano de obra para el corte de café o en trabajos realizados por mujeres.   
Menciona que en el norte hay comunidades como El Coyolito, de La Concordia, alrededores de Jalapa, San Nicolás donde mucha población ha migrado. En el norte hay buses que trasladan a la gente hasta las fronteras. 

Pérez no descarta que al igual que en su país, en el resto de la región, continúe más fuerte el movimiento migratorio. Ella se basa en el número de deportados en ese país, que por ejemplo en el presente mes   ya casi alcanzan las 80,000 personas deportadas, que en relación al mismo mes del año pasado no llegaba a las 11,000  personas. Y quienes regresan a su país lo hacen con una situación más precaria, porque han vendido sus pocas pertenencias o asumieron deudas, dejaron sus empleos para pagar a un coyote por el traslado que va desde 5,000 dólares a 13 ,000 dólares. Hay otros casos que por falta de recursos se fueron solos por puntos ciego y cuando son deportados regresan en peores condiciones. Esta situación descrita por Pérez es un hecho que se repite en los países centroamericanos.

“Yo conozco a gente que dice mire yo agarré la ruta con mis hijos y ahí vamos preguntando, pero no conocemos, esa es la gente que no lleva nada que no tiene nada, se van pobres y cuando los deportan, viene aquí en un estado miserable”, apunta Pérez.

Esa situación les hace temer que aumente la extrema pobreza, al no contar estas personas retornadas con oportunidades para insertarse en la vida laboral. O en su lugar dice “la gente va a tomar nuevamente la ruta migratoria”, pues hay personas que lo ha intentado hasta 10 veces “y muchas veces son jóvenes que dicen lo volverán a intentar hasta que llegan”.

Y aunque Pérez reconoce que la migración es un derecho, pero debe ser “siempre y cuando la gente pueda regularizarse, pero estes es un sueño”.

“La gente sabe de los riesgos a que se exponen, pero mientras tanto no mejoren las condiciones en nuestros países, pese a muchas campañas la gente va a continuar porque hay desesperación, pobreza, necesidad de mandar a sus hijos a escuelas (…)”, señala Pérez.

Un diagnóstico realizado por World Vision sobre el tema migratorio en El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua, refiere que desde el inicio de 2021, el número de niños, niñas y adolescentes migrantes de manera irregular provenientes de la región centroamericana ha aumentado de manera considerable.

Al tiempo que menciona que ese segmento de la población se ve más afectada por las diferentes vulneraciones de derechos a los que se enfrentan, tanto en su lugar de origen, como en el trayecto del viaje irregular.

Sobre las causas que motivan a migrar de manera forzada a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes y sus familias antes y durante el contexto de pandemia y los fenómenos naturales ETA y IOTA, menciona cuatro razones fundamentales que propician la migración: La falta de oportunidades, especialmente de carácter económico; incluido el acceso a servicios básicos y educación, la reunificación familiar, la inseguridad ciudadana y el maltrato (físico y psicológico en los hogares).

Pérez indica que anteriormente se miraban solo jóvenes entre quienes migraban y luego se sumaron las mujeres, ahora se van las mujeres y los hijos. Luego son deportados se da la separación familiar.

Una Caravana liderada por mujeres - Fotografía: Mario Marlo

Añorando el retorno

Aún con los logros alcanzados en los países donde se han asentado y buscan adaptarse, los migrantes nicaragüenses añoran la tierra que los vio nacer y no descartan el retorno. Es lo que anhela Martínez.

“Me gustaría regresar en un futuro no muy lejano y contribuir en el desarrollo del país, enseñar de lo que ha aprendido tal vez en alguna Universidad, en alguna escuela de arte. Formar a las nuevas generaciones”, comenta Martínez a quien desearía ser profesor de fotografía, o de literatura.

Igualmente, al joven fotógrafo le gustaría captar con su lente los paisajes de Nicaragua y “darlos a conocer ahora que tiene mayor conocimientos fotográficos”, a su vez promover el turismo, a lo mejor desde Europa.

Entre lo que más extraña Martínez son esos días con su familia o sus amistades, así como los sabores de su tierra natal Matagalpa, las tradiciones como La gritería (7 de diciembre), las fiestas patrias, sobre todo lo relacionado a las bandas musicales.

Y algo tan simple, apunta, como “irse a sentar en un bar con los amigos, todo se vuelve añoranza. Esos momentos únicos de compartir con los amigos y por supuesto las tradiciones”.

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Nicas sobreviven en Costa Rica con el arte de las manualidades y gastronomía típica

Nicas sobreviven en Costa Rica con el arte de las manualidades y gastronomía típica

La gastronomía y las manualidades son las principales formas de sobrevivencia que han encontrado muchos nicaragüenses, especialmente las mujeres, que han emigrado hacia Costa Rica, ante la falta de una oportunidad de empleo para llevar ingresos a sus hogares.

Junieth, es una joven que ha encontrado en la cocina nicaragüense con platillos como el indio viejo y los nacatamales, una forma de ganarse la vida en Costa Rica. Ella asegura que al encontrarse fuera de Nicaragua le ha permitido expandir sus ideas de no quedar estancada y confiada en un trabajo estable, ella está contenta porque sus productos han tenido muy buen a aceptación.

Ruth Blass, es una arquitecta nicaragüense que emigró a Costa Rica, y  para sobrevivir creó una iniciativa de manualidades “Chereques Ruth”.

La idea del emprendimiento es, fue porque “tenemos que buscar una manera de como sobrevivir, de como generar ingresos para nuestras familias”

“Esta es una forma de generar ingresos,  soy de profesión arquitecto, pero acá no puedo ejercer, entonces me he dedicado a emprender con acá “Chereques Ruth” he tenido gran aceptación, tanto entre las personas de Costa Rica como los nicaragüenses”, apuntó Blass.

“Aquí con la voluntad de Dios todo se le da”, dijo Sofía, otra nicaragüense quien recordó que “la mujer nicaragüense es muy trabajadora, muy emprendedora”.

Nicas sobreviven en Costa Rica con el arte de las manualidades y gastronomía típica Periodismo Unido
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  • Nicas sobreviven en Costa Rica con el arte de las manualidades y gastronomía típica

El nicaragüense es buen trabajador

Mientras que Darwin Valenzuela, es otro ejemplo, con un trabajo estable y un ingreso “competitivo” afirmó, que poco a poco ha logrado superarse después de más de cuatro años de permanencia en el vecino país.

Desde hace dos años, Valenzuela se desempeña en el departamento de ventas de una microempresa costarricense dedicada a la venta de insumos y maquinarias para la preparación del café, donde sostiene tiene buenas condiciones laborales. 

Valenzuela ya se ha trazado una meta de continuar sus estudios, concluir una carrera universitaria para conseguir un mejor trabajo. Esto porque “a pesar de que estoy bien, siento que puedo avanzar más todavía”.

Valenzuela comenta que conoce de nicaragüenses que han logrado superarse en ese país, como pequeñas empresas con las que han emprendido, puso de ejemplo el caso de un amigo suyo que aprendió el oficio de panadero y luego creó su empresa panadera, que a su criterio “es una panadería exitosa”.

EL joven señala “la oportunidad sí, está acá. Hay que saberla aprovechar, sacarle el máximo provecho a lo que yo he aprendido acá de lo que se dice del nicaragüense: que es muy trabajador, nunca le dice no al trabajo”. Por tanto aconseja a otros migrantes nicas que deben “echarle ganas, porque las oportunidades si están acá y si se puede salir adelante”.

Y añade: “He visto gente que ha avanzado mucho, se ha superado mucho, otros se han quedado estancados, otros se han regresado. Siento que hay que dar un poquito más (…) y dar todo el empeño y conseguir algo mejor con vista al futuro”, apuntó Valenzuela.

Migración activa

Según el estudio En busca de una ilusión, del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM), el comportamiento de la migración nicaragüense en el período 2018 – 2021,  “los flujos migratorios son dinámicos, cambian constantemente dependiendo de las motivaciones, las características de las personas migrantes, sus condiciones datos y las normativas migratorias”.

Y recuerda que Costa Rica, históricamente ha sido receptor de migrantes nicaragüenses, que de acuerdo el Observatorio Demográfico 2018 de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), es el país de América Latina con el mayor porcentaje de inmigrantes entre su población, que es del  9% y la población nicaragüense representa casi el 75% de ese universo de extranjeros que integran la población costarricense.

De acuerdo al informe fue hasta en 2020 que cambió la realidad migratoria a causa de la pandemia por COVID-19, que “ralentizó el flujo migratorio de

nicaragüenses debido a las estrategias de contención y prevención sanitaria

establecidas a nivel mundial en 2020”. Y en ese caso “Costa Rica estableció un fuerte operativo fronterizo en la línea limítrofe con Nicaragua para evitar el ingreso de nicaragüenses”, recuerda el informe de CETCAM.

Migran por falta de oportunidades en el país

Mientras tanto un diagnóstico de World Vision, realizado en Centroamérica sobre la movilidad de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en los municipios atendidos por ese organismo en los países El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua, que integran el Convenio Centroamericano de Libre Movilidad (CA4), indica que entre las cuatro razones fundamentales que propician la migración están: La falta de oportunidades, especialmente de carácter económico; incluido el acceso a servicios básicos y educación, la reunificación familiar,  la inseguridad ciudadana y el maltrato (físico y psicológico en los hogares).

Con relación a las vulneraciones a derechos de este segmento poblacional durante el tránsito migratorio, nueve de cada 10 personas entrevistadas conoce los riesgos que se afrontan en el camino. Sin embargo, en tres de los cuatro países (con excepción de Guatemala), las personas están dispuestas a migrar. Los factores de expulsión son fuertes y prioritarios, con lo cual a pesar de los diversos riesgos se mantiene la decisión de buscar nuevas y mejores oportunidades, refiere el diagnóstico de World Vision.

El diagnóstico de World Vision, tiene como propósito analizar este hecho antes y durante el contexto de pandemia y los fenómenos naturales Eta y Iota, que afectaron a la región.

“En cuanto a las acciones que harían cambiar de decisión, las principales respuestas están directamente relacionadas con factores de carácter económico (trabajo fijo, mayores/suficientes ingresos)”, refiere el informe en su resumen ejecutivo.

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Mujeres jefas de familia enfrentan más los efectos económicos de la COVID-19

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Marcia es licenciada en comercio internacional y prefirió compartir su experiencia bajo el anonimato. Ella es una joven madre que trabaja por cuenta propia como asesora digital, sobre lo cual aclara su labor “va más allá de redes sociales”.

En el caso de Marcia antes de 2020, cuando comenzó la pandemia de COVID-19, las condiciones en su familia ya “eran precarias”. Poco a poco ella miraba como desaparecía un negocio familiar que les había llevado 18 años conservarlo, a causa de  las pocas ventas debido a la recesión económica por la situación político social del país.  

Y aunque comenta que en un inicio con la pandemia lograron levantarse un poquito con las ventas de alcohol llegó un momento que no pudieron sostener el negocio. 

“Al cerrar un mes nosotros no aguantamos, como pequeña empresa no aguantamos y luego toda la familia cayó enferma de COVID”, 

recuerda.

Al final el virus le vino a poner la lápida al negocio. Junto con los cinco familiares que le arrebató la pandemia Marcia también vio desaparecer el negocio que representaba el ingreso familiar.

De acuerdo a los datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y  publicados por el Observatorio de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), en Nicaragua entre 2020 a julio de 2022, la pandemia de COVID-19 ha causado 14,690 casos de contagios confirmados y 242 muertes. 

“De la noche a la mañana (quedamos) sin negocio. Fue un golpe emocional”, recuerda Marcia, quien posteriormente pasó meses buscando alternativas de empleo. Después de haber “probado de todo” sin éxito, ella decidió sentarse junto a su esposo y analizar:  “¿En qué soy buena, qué sé hacer?”. 

Y fue así que determinó sacarle provecho a su experiencia adquirida en el negocio familiar. Tenía capacitación como mentora, en diseño, y como editora de redes. Y de esa manera buscó opciones hasta que hace un año una empresa le tendió la mano. 

“Era ver qué es lo que me gustaba, más todo lo que hacía en el negocio y cómo podía monetizarlo. A mi me encanta la parte de asesorías, la parte de redes, la parte de desarrollo de marca y por ahí fue que empecé a comenzar a buscar (…) de quien te abra la puerta y diga yo voy a confiar en el trabajo que sabes hacer”, comenta la asesora digital.

Y aunque ella considera lo que hace como un proyecto piloto, su constancia le ha permitido extender el servicio a otros clientes que en lo general está dirigido a pequeñas y medianas empresas, un sector del cual conoce su funcionamiento y la importancia de contar con otro punto de vista de alguien que está fuera del negocio. 

El servicio que les brinda Marcia a sus clientes consiste algunas veces en prepararles un plan, otras veces ella les lleva todas sus cuentas empresariales que van desde sus fichas en Google, creación de contenidos en sitio web, y redes sociales.

“Siento que encontré el camino y que tengo ya como un plan elaborado para poderlo hacer crecer”, dice la emprendedora, quien para cumplir su tarea de búsqueda de clientes, que acepta le lleva tiempo y es cansado, debe adaptarse con el cuido de su bebé recién nacido, por lo que cuando este duerme ella organiza los pendientes.

Muchas veces, la emprendedora debe trabajar por la noche o debe levantarse más temprano, pero le queda la satisfacción de obtener ingresos y lo más importante que ayuda a otras personas.

“Cuando yo veo crecer negocios que tenían digamos algún problema y yo entro a trabajar con ellos y hay un crecimiento, a mí, eso me llena como persona”, expresa la asesora digital.  

A otras mujeres que están en su misma condición de ejercer el doble rol de trabajadoras y madres, ella les aconseja que si no tienen tiempo para seguir estudios universitarios que se capaciten a través de tutoriales en las redes sociales y que no empiecen un negocio porque otras lo tienen, sino que partan del conocimiento que ya tienen. 

Igual que Marcia, antes de la pandemia de COVID -19, Graciela Moreira, ingeniera de profesión y madre de tres hijos, había quedado sin empleo, por lo que decidió iniciar vendiendo un “poquito” de ropa nueva y usada. Su temor era que de la noche a la mañana se agotara la liquidación de su cesantía y no le quedara una opción extra de ingreso para su familia. 

Para poner en práctica su idea dispuso de un toldo y el garaje de su casa y con apoyo de otros parientes ella misma construyó con polines los percheros que utilizaría para mostrar la ropa. 

Sin embargo, fue hasta hace año y medio que Moreira ideó convertirse en la persona que sirviera de “plataforma” a otras pequeñas vendedoras. 

“Para mi todo era nuevo, fíjese, porque mi mundo era de construcción, usted sabe que la ropa es belleza tendencia y no tenía ni idea”, apunta Moreira, quien aún así se aventuró a comenzar un pequeño negocio. Después se acercaron a ella otras mujeres vecinas o conocidas que le confiaron sus productos para venderlos.

Esto le dio la idea de juntarse con otras personas para tener más productos que ofrecer, no en una sociedad como inicialmente pensaba, sino “hacer alianzas” con otras mujeres que estaban en una situación similar. Así dio vida al colectivo Ling Ya Fashion, que ahora cuenta con 20 aliadas.

“Me enfoqué en unir fuerzas y así nació el colectivo”, dice la coordinadora de Ling Ya Fashion cuyo sueño que espera concretizar en al menos dos años, es de expandirse y llevar el colectivo a los centros comerciales y poder generar empleos.

Martha Munguía relata que hubo otras experiencias de mujeres que sufrían violencia en sus hogares y durante la pandemia estuvieron encerradas con sus agresores. 

“Lo que sucedió ahí es que también tuvieron que inventar las maneras de protección. Como todo era virtual a veces lograban hacer llamadas sin la presencia de los agresores, para pedir orientaciones de cómo hacer para salvarse, salvar a sus hijos. Algunas veces tuvieron que migrar internamente en el país hacia otras comunidades y allí se dedicaron muchas, por ejemplo, a la agricultura, salieron del agresor y se dedicaron a una agricultura de sobrevivencia”, comenta la feminista. 

Otras, añade Munguía, crearon sus propios recursos, crearon sus propias formar de trabajar y desempeñarse, “que la que sabía hablar un poquito de inglés empezó a ganar por traducir, pero la que sabía hacer pan, entonces empezó a probar nuevas recetas (…) muchas mujeres tomaron cursos, aprendieron cosas simples como cultivar en sus casas, como poner una ventecita de tomates, cebollas que esté cerca del lugar y compraban cosas baratas para agregarle”.

Aunque “es muy pobre” la información en el país sobre la actividad económica que realizan mujeres trabajadoras como Melara, Ramírez, Moreira y Marcia, para el economista Leonardo Labarca, ha sido una forma paliativa encontrada por un sector para aportar a las economías de sus hogares. Pero que para Munguía, estas iniciativas generadas por mujeres en los últimos dos años no son más que de sobrevivencia. 

“Esas estrategias no resuelven los problemas ante el costo de la vida real. No equivale a una canasta básica que cuesta más de 14 mil córdobas, (lo que obtiene) una mujer que a lo sumo hará 3 mil córdobas”, dice Munguía.

La pandemia le enseñó a Marcia de que no puede quedarse solo con un negocio, sino que debe buscar otras pequeñas fuentes de ingresos, aunque reconoce que tampoco eso es sencillo.  Es por ello que como plan B, analiza la posibilidad de poner micronegocios virtuales, esto “porque la virtualidad nos ayuda mucho, por ejemplo, tiendas que solo están de forma virtual, (…) ya lo estamos viendo muchos negocios han sobrevivido a estas crisis porque se lanzaron a las redes y su negocio lo convirtieron bastante virtual, digital”. Además en esto ha contemplado la tendencia existente, de que los negocios ya no pueden mantener un alquiler debido a la crisis económica. 

“Mi mayor sueño es tener clientes en la región (Centroamericana), primero en la región, asesorando clientes, siendo aliada de organizaciones en la región para apoyar a emprendedores y emprendedoras (…) y luego escalar a América Latina”, expresa Marcia.   

Munguía refiere, que si bien es cierto, este tipo de iniciativas impulsadas por mujeres no resuelven del todo el problema de empleo, permiten que estas mantengan la esperanza. Por tanto les aconseja que las ideas que generan en momentos de crisis deben plasmarlas en pequeños programas o proyectos más sólidos, debido a que ya ha sido demostrado que  estas iniciativas “las ayudaron y que las ayudan actualmente a mantenerse a flote, a no hundirse, a seguir respirando”.

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